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medioambiente

Groenlandia indignada con los residuos tóxicos que EE. UU. ha dejado enterrados en el hielo

Los estadounidenses abandonaron las bases militares de Groenlandia sin preocuparse de los nocivos residuos que generaron, pues creían que se quedarían congelados. No contaban con el cambio climático.
Los trabajadores realizan un ensayo en una de las vías de escape de la estación polar Camp Century, en Groenlandia. Imagen por W.Robert Moore/National Geogrpahich/Getty Images

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Este artículo fue publicado por primera vez en Motherboard.

Groenlandia está cabreada por el trato dispensado por EE. UU. que se ha comportado como si la isla fuera el vertedero de los estadounidenses. En realidad, esta historia viene de lejos y es necesario remontarse a tiempos de la Guerra Fría.

La isla del norte de Europa se convirtió en esa época en uno de los múltiples destinos en que Estados Unidos repartió sus bases militares europeas. Lo hizo en previsión de una escalada del conflicto que le enfrentaba, principalmente, a la entonces Unión Soviética. Claro que tras el fin de la tensa contienda, aquellas bases fueron abandonadas de cualquier manera.

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Ahora, la editorial de un periódico de la isla ha hecho un llamamiento a Dinamarca —Groenlandia es un territorio autónomo que pertenece a la administración danesa— para que se haga cargo del desastre ambiental que dejaron los estadounidenses a su paso. La editorial señala que después de décadas de aguantar silenciosamente, "Groenlandia ha perdido la paciencia".

Una de las bases abandonadas por los estadounidenses es la de Camp Century. Allí todavía quedan muchos nocivos componentes químicos y hasta radiactivos de los que ningún país desearía responsabilizarse. Motherboard ya denunció anteriormente la peligrosa situación.

En imágenes: la base aérea abandonada que está contaminando Groenlandia. Leer más aquí.

En Camp Century, que fue construida en 1959, soldados a los que se conocía bajo el sobrenombre de "soldados de hielo", desplegaron operaciones de destacamento de misiles contra Rusia en el interior de la corteza polar. Aquellos soldados se ganaron su nombre, porque se pasaron la mayor parte del tiempo viviendo debajo del hielo que recubre la isla.

En los años 60, la administración estadounidense decidió desmantelar la base, claro que nunca se preocupó de deshacerse del material que había sido trasladado y enterrado bajo su superficie. De alguna manera, los estadounidenses creyeron que su arsenal se quedaría plácidamente congelado eternamente en las entrañas de la isla.

Igual es que no contaban con el cambio climático. El caso es que ahora, el derretimiento del hielo amenaza con liberar toda clase de sustancias tóxicas en las décadas venideras. Y, como es natural, Groenlandia exige que alguien limpie el área inmediatamente.

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En una editorial publicada por el periódico Berlngske el jueves pasado, el ministro groenlandés de Asuntos Exteriores, Vittus Qujaukitosq, arremetió contra Estados Unidos por haberse desentendido de los residuos tóxicos — y contra la administración danesa por no haber hecho nada al respecto.

Sucede que Camp Century y otras bases fueron establecidas después de que Estados Unidos y Dinamarca suscribieran un acuerdo legal al respecto, dado que, por aquel entonces, Groenlandia era una colonia danesa.

Bloque de hielo del tamaño de dos Empire State se desprende de un glaciar en Groenlandia. Leer más aquí.

El casquete glaciar y las costas de Groenlandia ocultan hay "la contaminación indiscriminada que los estadounidenses dejaron tras de sí tras desplegar sus instalaciones militares durante 75 años", asegura el artículo. La gente que vivía en las inmediaciones de las bases militares sigue viviendo de la caza y de la pesca. Ahora, sin embargo, están seriamente preocupados por su salud y por la salud del medioambiente.

"Me parece que es perfectamente comprensible que el gobierno de Groenlandia quiera conseguir algunas respuestas y dilucidar responsabilidades. Especialmente para determinar quién deberá de hacerse cargo del monumental coste financiero de la operación", asegura Jeff Colgan, un profesor de ciencias políticas en la universidad de Brown, y autor de un ensayo académico en el que se subrayan los problemas de Camp Century.

"Si bien es cierto que los residuos podrían tardar décadas en afluir a la superficie", cuenta a Motherboard, "ahora mismo en lo que hay que concentrarse es en la supervisión y en la investigación".

El cambio climático provocará que empiecen a salir a la luz muchos conflictos análogos. El dramático derretimiento del Ártico sacará a la luz una ristra de sustancias nocivas que muchos se convencieron en su día que permanecerían congeladas a perpetuidad.

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