Ojo usuario porno
Foto: Usuario: Pixabay | CC0  || Ojo: Maxpixel.net | CC0 | Collage: VICE
Tecnología

Los datos que PornHub y xHamster recopilan sobre ti mientras te masturbas

Hemos investigado cómo dos de los sitios de pornografía más visitados adaptan su publicidad y cómo lo hacen.

A la gente le mola el porno. Por algo Pornhub y xHamster están siempre entre los sitios web más visitados del mundo. Hay países en los que incluso tienen más visitas diarias que cualquier sitio de noticias, Twitter o Netflix.

Resulta curioso que, en una época en la que atacamos constantemente a compañías como Facebook o Google por el uso que hacen de nuestros datos, no nos mostremos igual de críticos con los sitios web de vídeos porno. Y es que detrás de estas páginas suele haber algún gigante tecnológico al que millones de usuarios regalan alegremente información sobre sus fantasías más íntimas.

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Analicé Pornhub y xHamster para averiguar qué saben estas empresas de nosotros y, lo que es más importante, qué hacen con toda la información recabada.

Para ello, me suscribí como cliente de sus plataformas de publicidad y comprobé hasta qué punto se podían llegar a personalizar los anuncios en función de los datos obtenidos de los usuarios. Descubrí que los sitios web porno están mercantilizando nuestros deseos sexuales y haciendo acopio de datos que, con el tiempo, podrían permitir identificar a individuos concretos.

“Respetamos tu privacidad”, anuncia Pornhub en su declaración de protección de datos. Una afirmación que, al parecer, no se corresponde con la realidad.

Hay infinidad de sitios web en los que puedes ver a dos personas follando, pero solo unos pocos, los más populares, están controlados por grandes empresas tecnológicas. MindGeek es probablemente la mayor de todas. Propiedad suya son Pornhub, YouPorn, RedTube y MyDirtyHobby. Por otro lado, está Hammy Media, propietaria de xHamster.

Hammy Media no tiene sitio web propio. Aunque MindGeek sí lo tiene, de buenas a primeras no es fácil darse cuenta de que esta empresa tiene relación alguna con la pornografía. De hecho, parecen poner mucho empeño en evitar el uso de la palabra “porno”. En lugar de eso, publican un montón de cifras: 115 millones de visitas, 15 terabytes de contenido al día, más de 1000 empleados en seis países, desde Luxemburgo a Montreal…

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Sin embargo, podemos hacernos una idea precisa de qué saben de nosotros los sitios web pornográficos a partir de los anuncios que nos muestran.

Screenshot von TrafficJunky

Para ayudarte a definir a tu público objetivo de forma más específica, TrafficJunky te hace sugerencias: ¿por qué contentarse con la categoría ‘MILF’ cuando también podrías elegir ‘La madre cachonda de mi amigo’? Captura de pantalla de trafficjunky.com

TrafficJunky es la plataforma publicitaria de MindGeek. En su página ya encontramos alusiones más explícitas a su relación con Pornhub y otros sitios web para adultos y un lenguaje más claro para atraer a clientes potenciales. “Personaliza cada anuncio y compra y selecciona su posicionamiento para que llegue al cliente adecuado”.

Tras leer esto, cuesta creer que Pornhub sea capaz de respetar tu privacidad y, a la vez, crear anuncios adaptados a las preferencias específicas de cada usuario.

Para investigar más al respecto, me suscribí en TrafficJunky como cliente y entré en su tienda en línea, donde puedes comprar el anuncio que quieras y seleccionar el banner que aparecerá en la parte superior de la pantalla. Allí personalicé un anuncio según distintos tipos de cliente objetivo.

Por ejemplo, puedes acotarlo para usuarios que buscan contenido de categorías específicas, como “MILF”, “BDSM” o “anal”. También podía indicar si quería que el público objetivo fuera gay, hetero o trans, así como elegir el lugar de residencia: país, región y ciudad.

¿Quieres que el anuncio solo aparezca por la noche? Ningún problema: solo tienes que establecer un límite de tiempo. También existe la opción de seleccionar criterios técnicos más específicos, como mostrar el anuncio en un sistema operativo concreto o para un público que busque en un idioma determinado. Todo esto se traduce en que podrías crear un anuncio hiperespecífico dirigido, por ejemplo, a personas que vieran porno gay en Barcelona y que hicieran búsquedas en inglés entre las 6:00 y las 7:00 y que buscaran las palabras clave “trío” y “exteriores”.

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xHamster funciona de forma similar, pero con la empresa TrafficStars. También con ellos puedes personalizar los anuncios a partir de especificaciones y preferencias sexuales concretas. Sin embargo, a diferencia de Facebook y de otros servicios, los anuncios posicionados por esta empresa solo se basan en datos recabados durante una sola visita a la página, sin tener en cuenta patrones de comportamiento anteriores en internet.

Sin embargo, es posible hacer un seguimiento de los hábitos de los visitantes a lo largo de un periodo prolongado de tiempo, incluso aunque borren las cookies o abran ventanas de incógnito. Cuando un usuario visita una página, automáticamente se transfieren una serie de datos del buscador al sitio web, como la dirección IP, la carga de batería del dispositivo con el que te conectas, la versión del buscador que utilizas, tu zona horaria, la resolución de la pantalla, los plugins que tienes instalados y mucho más.

Si logra reunir suficientes puntos de datos, un sitio web puede crear una especie de huella digital capaz de distinguir entre un visitante y otro a partir de sus características propias, ya que es muy probable que una serie de conexiones con un buscador específico, en una zona horaria concreta, con un conjunto de plugins, una resolución de pantalla y una configuración de idioma determinados las haya hecho la misma persona. Esta huella digital podría usarse para realizar un seguimiento de los usuarios en diversos sitios web y para crear un perfil publicitario específico para cada uno de ellos.

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Según un estudio de 2010 llevado a cabo por Electronic Frontier Foundation (EFF), una ONG que vela por las libertades civiles y la privacidad en internet, el 83,4 por ciento de los buscadores analizados generaban de forma automática una huella digital única. En un intercambio de emails con VICE, tanto Pornhub como xHamster negaron rotundamente estar haciendo un seguimiento de los usuarios a partir del rastro digital que dejan en la red. Un portavoz de MindGeek dijo: “No analizamos los hábitos de visualización de los usuarios de forma individual”. El portavoz de xHamster también dijo: “Examinamos patrones generales, pero evitamos asociar datos a usuarios de forma específica”.

Asimismo, en su declaración de privacidad, Pornhub asegura que mantiene el anonimato de las direcciones IP de sus usuarios. Pero como ya hemos mencionado anteriormente, no es necesario conocer la dirección IP para seguir el rastro de un usuario, ya que hay otros elementos que delatan su identidad digital única. En cualquier caso, solo es posible identificar a los usuarios en función de sus hábitos si la información recopilada es lo suficientemente exhaustiva o se combina con otros conjuntos de datos.

Entonces, ¿qué datos reúnen Pornhub y xHamster cuando visitas sus páginas? Utilicé la extensión “Don’t Fingerprint Me” para comprobar qué métodos de rastreo aplicaban estos sitios web para recabar información y descubrí que, si bien ambos recogían datos que podían transformarse en un perfil digital de usuario, no lo hacían en mayor medida que otras páginas.

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Dominik Hermann, profesor de Privacidad y Seguridad en Sistemas de Información de la Universidad de Bamberg, en Alemania, señala que estos datos podrían ser suficientes para crear un perfil digital, pero solo a nivel individual. Lo que sí sabemos es que existe un abismo entre hacer un seguimiento de los hábitos de consumo de un usuario y asociar dicho patrón a un nombre y un apellido. Es fácil revelar nuestra identidad sin querer con nuestra conducta de uso de la red, como por ejemplo al facilitar la información de la tarjeta de crédito o una dirección de email que contenga el nombre. Desde un punto de vista técnico, es posible relacionar ambos al unir conjuntos de datos, pero no disponemos de pruebas que demuestren que esto ya esté ocurriendo.

El uso que se da a nuestra información también depende del lugar desde el que accedemos a estos sitios web. Gran parte de Europa se rige por El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que determina cómo deben procesarse, usarse, almacenarse y distribuirse los datos personales de los usuarios europeos. Por datos personales entendemos toda aquella información que pueda asociarse a un individuo identificable, como el nombre, la dirección o la renta, así como su información sanitaria, sus inclinaciones políticas, su raza o su orientación sexual.

Según esta normativa, todo ciudadano europeo tiene derecho a saber cómo, cuándo y con qué propósito se están procesando sus datos; también puede ejercer su derecho a “ser olvidado”, esto es, a que eliminen toda su información personal de cualquier base de datos. El objetivo de las huellas digitales es permitir un seguimiento individualizado de los usuarios en internet para poder presentarles anuncios personalizados. Por tanto, esta práctica debe ajustarse a lo estipulado por la normativa.

El RGDP exige a todas las empresas que procesan datos de ciudadanos europeos que demuestren que lo hacen por motivos legales. Puesto que el consentimiento debe ser informado y dado de forma voluntaria, en teoría, las empresas deben dar a conocer los métodos con los que crean nuestros perfiles digitales, esperar que el usuario dé su consentimiento y entonces aplicarlos. Sin embargo, suelen declarar que la recopilación de información personal de los usuarios forma parte de sus “intereses legítimos”.

Por desgracia para nuestra afición al porno, el término “intereses legítimos” sigue siendo un concepto jurídico extremadamente vago.

Este artículo se publicó originalmente en VICE Alemania .