Amarna Miller entrevista a June Fernández, cofundadora de Pikara

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Amarna Miller entrevista a June Fernández, cofundadora de Pikara

Nos sentamos con June aprovechando que sigue con la promoción de su libro '10 ingobernables: historias de transgresión y rebeldía'.
Alejandra Núñez
ilustración de Alejandra Núñez

Quedo con June en la salida del metro de Lavapiés. Ella está en plena promoción de su novela 10 ingobernables: historias de transgresión y rebeldía, pero ha retrasado su tren un día para que podamos reunirnos en Madrid. Llevamos ya un tiempo hablando a través de las redes sociales y como hemos tardado meses en conseguir coincidir en el mismo plano espacio temporal, decidimos aprovechar bien el momento. Esta va a ser una entrevista a dos bandas, la mía será publicada en Broadly. La suya aparecerá en Pikara magazine, la revista con perspectiva de género que dirige desde su creación en el año 2010.

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Encontramos mesa en el Achuri y pedimos el menú del día mientras luchamos por activar las notas de voz en nuestros respectivos móviles. June me regala el último ejemplar de Pikara en papel, una revista que editan gracias a un proyecto colaborativo de crowfunding (actualmente están llevando a cabo la campaña para financiar el quinto anuario en papel). Sus gestos irradian tranquilidad, y contrastan claramente con mi hiperactividad crónica. Cuando comenzamos a hablar puedo sentir que piensa sus palabras con la mesura de quien está acostumbrada a contestar entrevistas muy a menudo.

No se lo digo, pero verla cara a cara me produce respeto, y admiración. June es un ejemplo de mujer empoderada que ha luchado por crear su proprio camino en un mundo que muchas veces es hostil a la hora de representar ideas que cuestionen lo hegemónico. De la mano de Pikara ha conseguido demostrar que para crear un periodismo plural y objetivo hay que poner sobre la mesa esos temas que la prensa convencional estaba excluyendo por defecto: las demandas de las mujeres, el colectivo LGTBI+, las minorías oprimidas…

Broadly: ¿Quién es June Fernández?

June Fernández: Soy periodista, soy vasca, soy… ¡Muchas cosas! [risas]

¿Y cómo empezaste en todo esto? ¿De qué manera surge la idea de fundar Pikara?

Mi primer blog 'Puntos Suspensivos' surgió en el año 2006, cuando terminé la carrera. Yo quería trabajar en prensa escrita, y una profesora que ha sido una pieza clave en mi vida (Lucía Martínez Odriozola) me aconsejó que hiciese un blog para llamar la atención de los medios cuando quisiese echar mi curriculum. Comencé a postear desde una perspectiva muy estratégica, esperando encontrar un trabajo que cumpliese con mis expectativas. Pero una vez conseguí mi primer curro, en El País, decidí seguir usando el blog para dar a conocer temas que en mi trabajo no tenían tanta cabida. Así empecé a conseguir cada vez más visibilidad como blogera sobre todo hablando sobre feminismo y antirracismo.

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Cuando dejé de trabajar para el periódico, Lucía me recomendó que empezase mi propia revista. Me pareció una auténtica locura, pero conocía en EE. UU. una publicación feminista llamada Bitch Magazine y me parecía que en España todavía no había nadie llenando ese hueco en el mercado. Un medio feminista y atractivo con un punto un poco pop.

"Un periodismo que no es inclusivo no es buen periodismo. Es sesgado y solo está dando una mirada, la ligada al poder"

Finalmente me animé a crear Pikara con la idea de hacer periodismo de calidad sobre todo tipo de temas pero siempre con un punto fresco y atractivo que permitiese llegar a más gente que a la ya convencida.

Así empezó mi etapa como Mari Kazetari ('Doña periodista', en euskera) haciendo pedagogía feminista a través de artículos en los que usaba como punto de partida mis experiencias personales.

Hablas en pasado, ¿tu alter ego 'Mari Kazetari' ha desaparecido?

En estos momentos la verdad es que doy esa etapa por cerrada. Hablar en primera persona hace que conectes rápidamente con la gente pero el estar tan expuesta también desgasta. Ahora mismo estoy más centrada en mi faceta como coordinadora de Pikara y en explorar el reporterismo, las entrevistas… ¡y en 10 ingobernables, claro!

Pikara abrió la puerta del periodismo con visión de género en España. ¿Cómo viviste la experiencia?

Fue increíble descubrir a través de Pikara que había otra posibilidad. Que era posible crear mi propia aventura alejada de los medios convencionales. Eso sí, yo creo que no fuimos las primeras en abrir esa puerta. En el feminismo siempre ha habido tradición de elaborar productos propios, programas, fanzines… Creo que Pikara fue innovadora sobre todo a la hora de utilizar las redes sociales, convirtiendo en virales artículos que se alejaban completamente de la visión androcentrista que aportaban los medios más convencionales.

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Aunque empezamos en los márgenes, gracias a internet nos hemos convertido en una referencia. Hemos hecho bastantes colaboraciones con medios mainstream y eso nos han puesto en una posición a caballo entre lo alternativo y lo hegemónico que me resulta súper interesante.

Ahora mismo hay una proliferación de medios feministas y también una nueva generación de medios críticos, como La Marea o Ctxt. Nosotras nos ubicamos más en ese segundo tipo de medios. Desde luego somos feministas, pero lo que intentamos poner sobre la palestra es una forma de hacer periodismo crítico donde el feminismo es una mirada, más que un tema.

No somos prensa especializada. De hecho a mi compañera Andrea le gusta decir que prensa especializada es el Caza y pesca. Nosotras hablamos de salud, economía, política… Simplemente nuestra mirada es feminista mientras que la de otros medios es androcentrista.

Desde luego habéis dado voz a un movimiento que necesitaba urgentemente ser representado en los medios. Pero con esta proliferación de medios con perspectiva feminista, no puedo sino preguntarme: ¿Cuál es ahora la misión de Pikara?

Nos preguntamos a menudo cuál es nuestro papel ahora que muchos medios tradicionales y los nuevos medios están haciendo contenidos sobre feminismo. En su momento fuimos de las primeras a la hora de hablar de acoso machista cotidiano, consentimiento… Eso de alguna manera conquistó ciertas atalayas y abrió la puerta para que otros medios y muchos lectores entendiesen discursos que no tenían un altavoz potente.

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"Ahora creo que nuestra labor es abrir brecha a favor de la interseccionalidad"

Ahora creo que nuestra labor es abrir brecha a favor de la interseccionalidad. Que si estamos hablando de acoso machista callejero, nos acordemos que no es lo mismo el tipo de acoso que sufrimos tú y yo que el que vive una mujer trans, una mujer negra, una gorda… Espero que esa sea nuestra contribución.

¿De qué manera podemos alcanzar un periodismo más responsable?

El otro día publicaron un artículo en Playground sobre la polémica que ha habido con Paula Echevarría, refiriéndose a España como el país que hace 'feminismo a ratos'. Me gustó mucho esa manera de definirlo porque es exactamente cómo yo lo siento. Todos los medios de comunicación están haciendo artículos con perspectiva feminista porque tienen un par de colaboradoras que los venden. Pero en cambio cuando no están haciendo temas 'sobre feminismo', su mirada sigue siendo heterosexista, androcentrista…

Es un tema complejo. ¿Cómo hacer que en la sección de deportes se informe de aquel practicado por todas las personas de todos los géneros? ¿Cómo hacer que el periodismo de guerra tenga un enfoque de paz, en vez de recrearse en la polémica? ¿Cómo hacer que las mujeres aparezcan como expertas en todo tipo de temas, no solo en sociedad? ¿Donde están las expertas en economía? En España las mujeres representan únicamente el 9 % de las fuentes expertas en los medios. ¡Es de locos!

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Lo tenemos tan normalizado que no nos sorprende encender la tele y que veamos solo a tíos. Lo primero que habría que hacer es señalar que un periodismo que no es inclusivo no es buen periodismo. Es sesgado y solo está dando una mirada, la ligada al poder.

¿Cómo ves la situación del feminismo en España?

Nos estamos despertando de un letargo, el del espejismo de la igualdad. A las personas nacidas en los 80 se nos ha enseñado que con las leyes de igualdad los problemas habían desaparecido y yo creo que es ahora cuando ese espejismo se está rompiendo.

El feminismo a partir de los 90 se fragmentó, para bien y para mal. Las asambleas multitudinarias se transforman en una pluralidad de corrientes y opiniones y me parece que es ahí donde encontramos un nuevo reto. Hay un feminismo súper plural y muy potente teóricamente pero que muchas veces cuesta articular.

Las redes sociales nos han servido para posicionar discursos y demandas de sujetos que estaban en la periferia del feminismo: la visibilidad trans, las gordas, las trabajadoras sexuales, las migradas. En ese sentido estamos en un momento muy chulo, pero tenemos que tener en cuenta que la parte más visible del movimiento sigue siendo la relacionada con la experiencia de las mujeres blancas, occidentales, jóvenes…

¡Es que la interseccionalidad sigue siendo una materia pendiente! ¿Qué herramientas crees que deberíamos usar para dar voz a otras miradas del movimiento más allá de la blanca y privilegiada?

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Internet es un arma súper poderosa. Ha permitido que las personas que no somos el hombre blanco y heterosexual pasemos de ser objetos representados, suplicando a los medios que nos hicieran caso, a ser sujetos que producen información. Esto es súper potente. Que un montón de medios convencionales hagan reportajes sobre la gordofobia porque movimientos como 'Stop gordofobia' se hayan vuelto virales en las redes sociales me parece súper positivo. Pero sí, es un tema complicado.

"A mí me parece una buena noticia y una conquista que el feminismo esté 'de moda'. Hay un interés que, en mi opinión, se ha conseguido a través del ciberfeminismo"

¿Sientes que se está forjando una moda alrededor de hablar de feminismo? ¿Te parece algo positivo o negativo?

A mí me parece una buena noticia y una conquista que el feminismo esté "de moda", sobre todo para quienes hemos intentado demostrar que los temas que los medios no estaban tratando son vitales e interesan. Hay un interés que, en mi opinión, se ha conseguido a través del ciberfeminismo.

Y ahora… ¡Pasemos a hablar de 10 ingobernables! Se publicó hace apenas unos meses y ya vais por la tercera edición. ¿Cómo y cuando surge la idea de escribirlo?

La editorial —Libros del K.O.— me contactó con la idea de publicar una recopilación de artículos que presentasen el feminismo de una forma fresca y atractiva. Yo les contesté con una propuesta que se acercaba mucho más a mis intereses vitales: hacer una serie de crónicas y entrevistas a personas que me han fascinado a lo largo de mi vida, teniendo en común ser gente que desobedece a los mandatos corporales, sexuales y de género.

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Empecé por las historias recopiladas en mis viajes por el Caribe y Centroamérica, personas en las que esa disidencia de género y sexualidad también conecta con el racismo. Más tarde y gracias a Pikara algunas personas empezaron a contactarme con historias que a lo mejor me podrían resultar interesantes para el libro. "Oye, que hay un viejito que pasa por delante de la redacción todos los días y te puede explicar en primera persona lo que significó ser marica en el franquismo". Y así, poco a poco, se ha ido completando el texto.

Este es un libro muy transversal y súper interseccional. Sin lugar a dudas se trata de un libro feminista pero mientras lo leía me sorprendió darme cuenta de que no mencionas la palabra "feminismo" en ningún lugar. ¿Ha sido premeditado?

Completamente. Me apetecía contar historias sin centrarme en las etiquetas y que de alguna manera eso hiciese el libro atractivo para un publico más amplio. Si hubiese etiquetado el libro como una narración sobre feminismo lo leería únicamente la gente ya convencida o la poquita gente que es proactiva a la hora de cuestionar su contexto.

A mí me parece una forma de visibilizar y normalizar el colectivo. Cuando se habla de feminismo sin etiquetarlo como "una charla sobre feminismo" estás de alguna manera naturalizando que esa mirada existe sin la necesidad de ser señalada.

Los y las protagonistas de tus historias no son nada típicos: viejitos homosexuales que venden ajos en el mercado de Barcelona, líderes de pueblos remotos que intentan luchar contra la violencia o transexuales que luchan por transitar plantando cara desde un contexto que les es adverso. En definitiva, mujeres y hombres que rompen moldes desde los márgenes de lo establecido. ¿Intentabas contar la historia de un feminismo más costumbrista, menos institucional?

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Sí, me interesa aportar referentes que sean cotidianos ¿Qué puede enseñarnos sobre feminismo una mujer indígena guatemalteca de 63 años que si le preguntas si es feminista, probablemente te diga que no, pero que está dedicando su vida a luchar contra la violencia machista? ¿O qué te puede enseñar sobre la teoría queer un viejito de 86 años que no tiene ni idea de lo que significa queer pero que se ha reapropiado de los insultos que le lanzan y que se define como "maricón" con mucho orgullo?

La gente me pregunta mucho dónde consigo conocer a gente tan interesante, tan distinta. Yo no puedo distinguir entre mi vida de periodista, activista, viajera… Todos los ámbitos que componen mi vida se nutren unos a otros. No creo en ese tipo de periodismo que llama a una ONG y dice "Oye, consígueme a un par de víctimas de trata que quieran hablar, estoy haciendo un artículo". En mi vida identifico a la gente de mi entorno con historias que contar, y cuando gano confianza con ellos puedo transmitir su historia de una manera más certera, segura y sin sentir que vampirizo la experiencia de alguien para después olvidarme de esa persona.

Por eso en 10 ingobernables me siento como una mediadora que acerca experiencias de vida y discursos que no están tan presentes en los medios.

¿Qué respuesta está teniendo el libro?

La gente que se siente en los márgenes de alguna forma se ha identificado con los relatos, no desde el victimismo sino desde el punto de vista de la superación y el empoderamiento. Y la gente que no se siente en esos márgenes puede abrir ventanas a mundos no conocidos y reflexionar dónde se encuentra su posición ellos ¿Por qué no tengo ni idea de lo que significa ser trans? ¿Por qué nunca me he planteado ninguna de estas cosas? Esta labor me resulta súper interesante, el interpelar a las personas que nunca han tenido contacto con ciertas opresiones.

Y ya para terminar, ¿qué proyectos futuros tienes en mente?

Creo que he iniciado un camino en el periodismo narrativo que tengo ganas de seguir explorando en un formato u otro. Y por supuesto, seguir con Pikara a tope.