"¿Quieres un dildo?" fue lo primero que me dijeron cuando entré al domo Traición en Ceremonia

Un domo con una pirámide roja al centro llena de santos y deidades católicas, una sex shop -de ahí lo del dildo que me ofrecieron-, maniquíes con cuerdas de bondage y jaulas sobre el escenario eran algunas de las cosas que podías encontrar en el domo de Traición dentro del Festival Ceremonia 2018. Éste era un espacio identificado como un safe-space gender fluid, lo cual quiere decir que podías expresarte libremente utilizando tu cuerpo y sexualidad, siempre con respeto a los demás claro y es que ésta siempre ha sido la premisa para Traición, las épicas fiestas que han venido sucediendo durante los pasados tres años principalmente en la Ciudad de México, aunque el crew también ha visitado otros lugares, como San Francisco en Estados Unidos.

Comenzó la fiesta —me gusta decirle fiesta porque eso es lo que pasaba dentro del domo donde no dejó de haber fila para entrar ni por un segundo del festival—, a los asistentes, aún sin conocer de qué va Traición, les daba curiosidad saber que estaba sucediendo dentro: ¿por qué había drag queens desfilando con banderas hacía allá? ¿por qué los mejores vestidos salían de ahí? ¿qué era esa música que hacía retumbar al Centro Dinámico?

Pues las respuestas son simples: Traición está identificado como un espacio de género fluido, los representantes musicales y hosts se identifican a sí mismxs de la misma manera. House of Mamis, casa de vogue de la ciudad de México liderada por “La Mendoza” fueron las encargadas de desfilar con increíbles atuendos alrededor del festival y arriba del escenario mientras tocaban algunxs de los performers; Quien dio inició a todo el aquelarre fue Audri Nix, su set corto dio muestras de una buena gama para acercarse a la infinita diversidad de ritmos urbanos que coexisten hoy en día.

Poco tiempo después Rafa Esparza, artista chicano, nos impresionaría con el que ha sido al menos para mi de los mejores performances que he visto en mi vida, Rafa entraba con una lápida de piedra pesadísima labrada con la Coatlicue, la cual le cubría la cara, ésta la sujetaba de alguna manera con su boca; el artista vestía una bata negra y arnés de cuerpo completo, uñas largas doradas en manos y pies y una pieza de cabello larguísimo impresionante -todo esto trabajado por Tanya Melendez-; después de hacer su majestuosa entrada, el performer se sentó en la pirámide acomodada en el centro de la pista luciendo como un completo y absoluto dios para después tomar una por una las deidades acomodadas en la misma y así, una a una, estrellarlas contra la lápida-cara, haciéndolas explotar frente a todos; podías ver los rostros del público, alguno no entendían al cien lo que sucedía pero después los podías escuchar gritando “rómpela”. Pienso que todxs pudimos sentir lo que Rafa nos decía: la cosa iba sobre volver a nuestras raíces destruyendo el colonialismo, éste mismo acto sucedió unas tres veces más, ahora mientras los DJs tocaban, hasta que el artista terminó con todas las deidades.

La tarde transcurría, el atardecer era hermoso, lxs drags seguían desfilando y dentro la música seguía sonando, Derré Tida, Born in Flamez y Perreo Pesado se encargaron de calentar los motores y poner a todo el mundo a bailar, la combinación de ritmos y djs hacía que éste fuera un lugar único dentro del festival, podías bailar ritmos club y después cantar algunas de tus canciones de reggeaton favoritas al lado de Rosa Pistola, Krizis y Sueño quienes estrenaron su nuevo track “Bailando Sola”.

Cuando cayó la noche, los ánimos estaban más que encendidos y no cabía nadie más dentro de la carpa llegó Mexican Jihad a tocar un set para volverse loco: industrial, techno, vogue y hasta un remix de la legendaria canción “La Puta de la Cabra” hicieron que todo el mundo gritara y bailara.

En algún momento sucedió inesperado que dejó marca —pareciera que siempre tuviera que haber una aparición del patriarcado en los espacios libres de violencia y libres de género, los hombres por alguna razón parece siempre necesitan figurar en primer plano—, a medio set de Jihad hicieron su aparición algúnxs de lxs Drags para bailar vogue, todos les gritaban con euforia mientras ellxs hacían dead drops en el piso y entonces llega éste sujeto, se trepa al escenario, se coloca al frente y empieza a levantar las manos como para que el público lo siga, sin embargo produjo lo un silencio en medio del éxtasis general; nadie sabíamos lo que pretendía y fue entonces cuando Mendoza, la madre de “las mamis”, con un montón de clase y usando pasos de baile, se encargó de hacerle saber que no era bienvenido en su escenario y que ellxs tenían el control, ahí el público gritó y aplaudó a “la mami”, hasta que el tipo se sintió tan incómodo que se bajó para que la fiesta siguiera su curso normal.

Para terminar Linn Da Quebrada creadora del documental Bixa Travesti, ganador de un Teddy Award en Berlinale 2018, llegó para encender el escenario con ritmos que hacían que se te moviera el cuerpo casi por su propia voluntad, yo no hablo portugués pero aún así había algo en los lyrics y la actuación de Linn Da que me hacían sentir empoderada, como si mientras que ella cantaba fuéramos todxs capaces de lograr lo que fuera.

El final se acercaba y llegó el turno de Tayhana, la dj Argentina favorita de CDMX, quien ya es conocida por poner siempre los sets más puercos esos que te llevan hasta abajo, para ese momento ya todxs eramos amigos dentro de la carpa, todo era felicidad, las drags seguían bailando dentro de las jaulas, en la pirámide el mismo público, ese que en su mayoría jamás había asistido a Traición se había vuelto ya fan de lo que estaba viviendo, ésta será una fiesta a la que no podrán dejar de asistir cada vez que se anuncie, si hay algo muy mágico acerca de éste evento es que ahí, todxs los que nunca nos hemos sentido parte de la sociedad nos podemossentir como si por fin estuviéramos en casa.

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