Afganistán ha vivido a lo largo de este año una grave situación de inseguridad y anarquía que ha dejado miles de civiles muertos y heridos en medio de una violencia que involucra a grupos militantes como Estado Islámico y los talibanes.Este jueves el Estado Islámico habría decapitado a 15 de sus propios combatientes debido a luchas internas en la provincia oriental de Nangarhar, dijeron funcionarios locales, mientras que un ataque suicida separado dejó al menos ocho muertos en la capital provincial, Jalalabad.En un día sangriento para la provincia, un atacante suicida detonó explosivos adheridos a su cuerpo y mató al menos a ocho personas en una reunión de partidarios de un comandante de la policía que fue despedido por apropiarse ilegalmente de tierras.
Estado Islámico quema pozos petroleros en el norte de Irak.
No hubo una reivindicación del atentado ni indicios inmediatos de quién estuvo detrás del ataque contra la multitud en Jalalabad, que se había congregado para exigir la reinstauración del comandante, quien sobrevivió al atentado.Un portavoz del hospital de Jalalabad confirmó la muerte de ocho personas y dijo que 15 resultaron heridas.Nangarhar, en la frontera con Pakistán, se ha convertido en un bastión para Estado Islámico, conocido generalmente como Daesh en Afganistán, y que se ha convertido en uno de los grupos militantes más peligrosos del país desde que apareció cerca de comienzos de 2015.
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El portavoz del gobernador provincial, Attaullah Khogyani, dijo que los 15 combatientes de Estado Islámico fueron ejecutados tras luchas internas del grupo, que se ha hecho conocido por su brutalidad. Las matanzas tuvieron lugar en el bazar de Surkh Ab, en el distrito de Achin.No había más detalles disponibles y tampoco una confirmación por parte de Estado Islámico, cuya rama local es conocida como Estado Islámico en Khorasan, un nombre antiguo para el área que incluye al moderno Afganistán.Sigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEs
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No hubo una reivindicación del atentado ni indicios inmediatos de quién estuvo detrás del ataque contra la multitud en Jalalabad, que se había congregado para exigir la reinstauración del comandante, quien sobrevivió al atentado.Un portavoz del hospital de Jalalabad confirmó la muerte de ocho personas y dijo que 15 resultaron heridas.Nangarhar, en la frontera con Pakistán, se ha convertido en un bastión para Estado Islámico, conocido generalmente como Daesh en Afganistán, y que se ha convertido en uno de los grupos militantes más peligrosos del país desde que apareció cerca de comienzos de 2015.
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