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Identidad

Cómo Sailor Moon educó a toda una generación en temas LGBTQ+

Cuando la mayoría de los niños veían cómo se repartían golpes en 'Dragon Ball', los menos machines nos refugiábamos en historias como 'Sailor Moon'.

Los fans de Sailor Moon estamos de fiesta. Hace unos días, una cadena mexicana de cines anunció que traería a la pantalla grande Sailor Moon Crystal, una versión del anime más reciente y un tanto más apegada a la estética y la historia del manga. Pero no sólo eso: también una televisora local (TV Azteca) anunció que estrenaría la misma saga, pero en su versión doblada. Toda esta efervescencia por el regreso de las salilor scouts me hizo recordar cómo en mi adolescencia, cuando apenas me descubría gay, este anime me ayudó a entender que no estaba solo y que las orientaciones e identidades sexogenéricas diversas eran más naturales de lo que yo pensaba.

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Por supuesto, al menos para los chicos, aceptar públicamente que nos gustaba Sailor Moon no era fácil. Siendo este un anime “shojo” creado ex profeso para las chicas (de hecho en japonés la palabra “shojo” significa literalmente “niña joven”), el aceptar que nos gustaba algo “para niñas” ya era de alguna forma desafiar el machismo imperante. En aquellos tiempos, cuando la mayor parte de los niños y adolescentes estaban alucinados por cómo Gokú y compañía repartían golpes en Dragon Ball, nosotros, los menos machines, nos refugiábamos en historias como Sailor Moon o Las Guerreras Mágicas (Magic Knight Rayearth).

Eso no significaba, por ejemplo, que no pudiésemos disfrutar también de anime “para niños”. Unos años antes descubrí cuánto me gustaba el anime precisamente en una historia particularmente sangrienta y que marcó un hito en la historia de la TV mexicana: Los Caballeros del Zodiaco (Saint Seiya). Pero aun en ese tiempo me di cuenta que algo en mí no se identificaba del todo con esos chicos.

Tal vez por eso es que el personaje de Andrómeda siempre me llamó la atención y fue, de alguna manera, mi primer amor. Mientras algunos amigos me cuentan que descubrieron su sexualidad con amigos, fantaseando con actores o personajes de series, en mi caso mi primer despertar homoerótico fue con el personaje de Shun. Ese joven cortés de cabellos verdes, con su armadura rosa y que nunca quería combatir a menos de que tuviese una poderosa razón para ello, me parecía mucho más atractivo que el resto de los caballeros de bronce. Si bien su sexualidad siempre fue bastante ambigua y hay una escena del anime en la que de forma muy sospechosa “le da calor” con su propio cuerpo al caballero del Cisne, su creador siempre ha desmentido lo que para muchos eran un secreto a voces: que se trataba de un personaje gay.

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Por eso cuando Sailor Moon llegó a nuestro país tuvo mucho de revolucionario. Más allá de la anécdota principal aparentemente anodina de una chica boba y llorona a quien su novio tenía que rescatar al más puro estilo de las princesas Disney, había oculto un mensaje de inclusión y de diversidad que era bastante revolucionario para su tiempo. Hoy, cuando algunas series de TV e incluso dibujos animados se llenan la boca afirmando que son las primeras en mostrar personajes abiertamente LGBTQ+, habría que recordarles que hace más de un cuarto de siglo este anime mostró en televisión abierta a personajes gays, lesbicos y transexuales.

Hagamos un recuento de estos personajes. Ya en la primera temporada hubo una pareja gay que para muchos pasó desapercibida: la de Zoycite y Malachite. Estos dos personajes eran parte del grupo antagónico a las Sailor Scouts: los Cuatro Grandes del Negaverso. Para el público no tan “friki”, la relación entre estos dos villanos pasó como un romance heterosexual, debido a que en el doblaje mexicano, al personaje de Zoycite se le puso voz de mujer, aunque su personaje era hombre. A este respecto, Gloria Rocha, la directora de doblaje para Latinoamérica, llegó a afirmar en repetidas ocasiones que no se trató de censura, sino de un simple error, ya que a ellos los masters les llegaron desde Reino Unido, donde se indicaba que debían doblar a Zoycite con voz femenina.

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Al tener rasgos un tanto delicados o afeminados, a nadie le pareció contradictorio que el personaje tuviera voz de mujer. Pero cuando los fans comenzamos a indagar más sobre la historia, supimos que en realidad era hombre y que de hecho antes, —al menos en el manga—, había sido novio de Sailor Mercury. Fue precisamente Zoycite quien protagonizó la primera escena “travesti” del anime. En un episodio se viste de Sailor Moon e intenta ponerle una trampa a Tuxedo Mask, para que crea que se trata de ella y acuda a su rescate.

Podrían ser un par de villanos despiadados y muy crueles, pero entre ellos, Zoycite y Malachite se trataban con muchísimo cariño. De hecho, cuando la Reyna Beryl decide eliminar a Zoycite por no cumplir con matar a las Sailors, Malachite crea una ilusión haciendo aparecer un lecho de rosas, para que su novio muera en un entorno bello y lleno de paz. Más adelante, cuando Malachite también muere, se muestra feliz porque al fin podrá descansar al lado de su amado.

Hasta ahí la cuestión podría haber estado velada, pero cuando llegó la tercera temporada (Sailor Moon S) apareció la que sería una de las parejas más emblemáticas y queridas de la serie, para muchos incluso más que la pareja protagónica: Haruka y Michiru. Si bien Sailor Uranus y Neptune representaban hasta cierto punto un cliché binarista en el que una chica era delicada y femenina mientras que su pareja era hombruna, eso no quitó que su presencia fuera realmente inspiradora.

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Esta pareja abiertamente lésbica entrelazaba sus manos, se daban celos, se tomaban del brazo en la calle, se hacían rabiar. Pero no sólo eso: representaban una de esas duplas incondicionales y capaces de sacrificarlo todo con tal de hacerse mutuamente felices. Más adelante, cuando una de las Sailor Scouts “renace” (Sailor Saturn) también se convierten además de manera involuntaria en una tierna pareja lesbomaternal, mostrando algo que para ser la década de los 90 resultaba realmente transgresor.

Tal vez una de las escenas más desgarradoras ocurre cuando ambas cuando deciden sacrificar su vida en la pelea contra Sailor Galaxia. Cuando están a punto de morir, Sailor Uranus y Neptune rozan sus manos por última vez. Mientras ambas se miran a los ojos, Haruka pronuncia las palabras “puedo sentir tu calor, Michiru” y luego la pareja muere ante los ojos atónitos de Sailor Moon. Sí, podían ser personajes de ficción, pero al menos a mí, me enseñaron mucho de mutuo compromiso, de amor y de sacrificio en pro de un bien mayor.

Pero sigamos hablando de personajes LGBTQ+. En la cuarta temporada, Sailor Moon Super S, aparece la primera villana (o villano, según la ocasión) transgénero: Ojo de Pez, uno de los integrantes del Trío Amazonas. Esto generó otra controversia a nivel doblaje en Latinoamérica, pues fue la segunda vez que un personaje de sexo masculino era doblado con voz de mujer. Pero en esta ocasión no ocultaron su género —como con Zoycite—, así que en eso el doblaje acertó: cada que Ojo de Pez se expresaba de sí mismo usaba el género masculino, a pesar de su voz y de su apariencia femeninas.

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Este exterior delicado y atractivo hizo que Ojo de Pez, a pesar de tener genitalidad masculina, se hiciera pasar por chica cuando se trataba de elegir a sus víctimas, quienes siempre resultaban ser hombres atractivos. De hecho, en un episodio incluso llegó a besar al novio de Sailor Moon, Darien, de quien estaba profundamente enamorado(a). Al darse cuenta de que Darien nunca le correspondería, le roba el espejo de los sueños y después coloca sus labios sobre los suyos. Ojo de pez pasaba fluidamente de lo masculino a lo femenino y no esto nunca le causó conflictos.

No fue sino hasta la última temporada que la comunidad trans tuvo oportunidad de reivindicarse ante los ojos de los fans. En el quinto arco argumental del anime, Sailor Stars, aparecen tres personajes trans que además adquieren un papel central dentro de la trama: las Sailor Star Lights. Taiki, Seiya y Yaten estudiaban como cualquier chico en la preparatoria en incluso tenían una banda de rock progresivo, pero cuando se trataba de luchar contra el mal, se transformaban en mujeres.

Esta fue quizá la parte más escandalosa en cuanto a lo LGBTQ se refiere, porque su transformación de hombres en mujeres era bastante explícita, apareciendo completamente desnudos y mostrando cómo crecían sus caderas, sus pechos y sus nalgas. Además, por si lo anterior fuera poco, Seiya (Sailor Star Fighter) tanto en su forma de hombre como de mujer demuestra un profundo enamoramiento por Sailor Moon, llegando incluso a tener una cita y ofreciendo reemplazar a su novio (Darien) cuando este parece haberla abandonado.

Pero no todo fue apertura y buen recibimiento por parte de la audiencia. En aquel entonces la presentadora mexicana Lolita de la Vega criticó duramente al anime y manga, tomando como ejemplos a Sailor Moon, Ranma 1/2 y Dragon Ball, argumentando que eran pornográficos y satánicos y por tanto, una mala influencia para la niñez y la juventud. Con argumentos más cercanos a los del Frente Nacional por la Familia que a los de una comunicadora seria, Lolita de la Vega provocó que la barra de caricaturas Caritele, que nos presentó joyas del anime como Caballeros del Zodiaco, Sailor Moon y Dragon Quest, saliera del aire definitivamente. Fue así como se cerraba una ventana no sólo de entretenimiento, sino también educativa, en la que muchos conocimos por primera vez sobre diversidad sexual.

Esperemos que ahora que Sailor Moon Crystal llegue a la TV abierta, no sufra de la censura (deliberada o accidental) que sí tuvo en los años 90 en su doblaje. Es una magnífica oportunidad para que los personajes, ya sean héroes o villanos, muestren su orientación sexual y sus identidades sexogenéricas diversas. ¿Será que ahora sí veremos en todo su esplendor a la pareja de villanos gay conformada por Zyocite y Malachite? Estamos a punto de saberlo.

@PaveloRockstar