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El Editorial VICE

Donald Trump: por qué nuestra generación tiene que derrotarlo

OPINIÓN | Al presidente gringo, que la semana pasada retiró a su país del histórico acuerdo climático de París, es muy probable que los jóvenes le importemos muy poco.

En la semana que acaba de pasar pudimos ver al gobierno de Donald Trump en todo su diabólico esplendor. Ya habíamos recibido los primeros abrebocas de su manera primitiva de entender y ejercer la política cuando presenciamos sus acciones para bloquear la inmigración a Estados Unidos, su forma sistemática y desvergonzada de maltratar a la prensa, o su precoz y premonitorio acto de borrar del sitio de la Casa Blanca todas las referencias al cambio climático.

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Pero la imagen de un Trump desafiante retirando a su nación del histórico Acuerdo de París, ratificado en 2016 para reducir las emisiones de CO2 y mitigar el cambio climático, es el primer bocado del plato fuerte: de lo que realmente nos espera con este nuevo presidente del país más poderoso de la Tierra.

Y digo que "nos espera" porque me refiero en especial a los miembros de mi generación y de las que vienen. Trump no va a acabar con el mundo en que él vive. Va a acabar con el nuestro: con el que entrará en una crisis de dimensiones imprevisibles cuando él y las personas de su edad ya hayan muerto y el ascenso de la temperatura global supere los 2 grados.

En otras palabras, va a acabar con nosotros.

Trump debería darnos miedo. Claro, su figura es comidilla para la sátira y para los fabricantes de memes, pero debería causarnos terror. El humor, muchas veces, oculta el horror. Y es un horror que las cuerdas del poder estén en manos de un hombre como él: de un ignorante, pero también de un ciego. Lo suyo no solo es patanería de ultraderecha, también es incapacidad de entender críticas y argumentos. No parece importarle quién las pronuncie y tampoco la posibilidad de un juicio político en su contra cuando lleva apenas seis meses en la presidencia.

Hay en particular una imagen que me gusta, es decir, que me disgusta. La reseñó el Nobel de economía Paul Krugman en su columna de la semana pasada en The New York Times: En la Cumbre del G-7 en Taormina, Italia, mientras seis líderes de las naciones más desarrolladas del mundo recorrían la ciudad la ciudad a pie, Trump los seguía a bordo de un carrito de golf.

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¿Por qué impacta tanto esa foto? Krugman lo resume: "Tal vez Trump no acabe con el Acuerdo de París o tal vez se vaya antes de que el daño sea irreversible. No obstante, hay una posibilidad real de que la semana pasada haya sido un momento crucial en la historia de la humanidad, el momento en el que un líder irresponsable envió al mundo entero al infierno mientras andaba en un carrito de golf".

Trump no va a acabar con el mundo en que él vive. Va a acabar con el nuestro. Es decir: va a acabar con nosotros

Así las cosas, es muy probable que los jóvenes muy poco le importemos a este hombre. Apenas retiró a Estados Unidos del acuerdo de París, la elite científica de su país le expresó su decepción. Y hasta el genial fundador de Tesla Motors y SpaceX, Elon Musk, protestó renunciando al consejo asesor de la Casa Blanca. Pero nosotros callamos. Callaron los millennials en Estados Unidos, pero también en otras partes del mundo, incluida Colombia.

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Quiéralo o no, la Casa Blanca hoy por hoy justifica los actos de supremacía blanca y los insultos que cada vez más ciudadanos del común dirigen contra inmigrantes latinoamericanos o musulmanes en Estados Unidos. Con la decisión de Trump de la semana pasada, también justifica ahora la destrucción del planeta.

Trump es el enemigo de nuestra generación, y tenemos que derrotarlo. Sus palabras y sus actos simplistas, racistas, machistas y retrógrados se dirigen como un misil contra los avances de la sociedad y nos obligarán a vivir en una especie de prehistoria. Sus palabras ya se reproducen con facilidad en las mentes y en las calles. Y hay que decirlo: también serán su herencia.

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* Este es un espacio de opinión. No representa la visión de Vice Media Inc.


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