Artículo publicado originalmente por VICE Canadá.Toronto es un lugar divertido. Pero hace quince años parecía que a nadie le importaba. Ahora la gente está llegando en masa debido a la rápida gentrificación y a las oportunidades ilimitadas para tomarse selfies. Hoy en día es casi imposible vivir aquí si no tienes una renta congelada o padres millonarios que pueden conseguirte un apartamento caro en Palmerston.
Publicidad
Sin embargo, hay una actividad que es liberadora en un sentido monetario y espiritual; pool hopping (irrumpir en piscinas). Durante las noches de los meses de verano en Toronto, pueden encontrarse personas que irrumpen en las piscinas al aire libre en un intento por encontrar una salvación del calor. Me uno a ellos, me quito la ropa y salto al agua. Después de nadar un rato, monto mi cámara y comienzo a tomarles fotos.Hay una interacción interesante entre las personas cuando están juntos en la piscina. Una vulnerabilidad colectiva de haber allanado el lugar, además de estar completamente desnudo (en la mayoría de los casos). La energía es cruda y auténtica. Todos buscamos algo perdido en nuestra generación, algo que se siente como un tiempo menos limitado.El pool hopping no dura mucho. Si tienes suerte, puedes nadar media hora en la piscina antes de que las autoridades lleguen y saquen a todos. Es todo un espectáculo ver esos cuerpos desnudos corriendo frenéticamente, mientras recogen sus pertenencias en la oscuridad. Se desparraman sobre la reja, con las agujetas desamarradas, las camisetas al revés, de vuelta a la ciudad, recargados y listos para lo que sea que depare la noche.
Sigue a Mike Morris en Instagram.