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Sexo

Lo que aprendí estudiando fetiches de canibalismo, globos y más

Katharine Gates ha pasado décadas documentando un nicho de fetiches. Y nos cuenta lo que podemos aprender del sexo poco extravagante.
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traducido por Elvira Rosales
Foto de una fetichista por los globos Mark McQueen. Todas los fotos de Deviant Desires por Katharine Gates, publicada por powerHouse Books

En 2000, la experta en erotismo Katharine Gates publicó un libro llamado Deviant Desires que hace una crónica, como ella la describe, "de un sexo increíblemente extraño". Su portada retrata a una payasa lasciva, un hombre restregando sus genitales en un globo y una persona en cuatro con tacones y una montura de caballo. Pero adentro hay más: robots, gigantes, body inflation (inflar partes del cuerpo con globos o prendas infables) y más.

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Durante casi dos décadas, el libro ha servido como una brújula antropológica, empujando a los pervertidos, experimentadores y los meramente curiosos hacia rincones torcidos que la mayoría de las personas ni siquiera creen posibles. Pero los apetitos sexuales están en constante cambio, así que Gates lanzó hace poco una segunda edición actualizada y ampliada de su libro con nuevas entrevistas, temas originales y una sección adicional sobre el canibalismo (simulado, por supuesto).

¿Cuánto podría haber cambiado el sexo en sólo 20 años? Mucho, y eso es en gran parte gracias a internet. En 2000, el acceso a internet apenas había comenzado a extenderse por el mundo; el video en línea era torpe y las redes sociales apenas existían. Pero hoy, la geografía no es una barrera para la exploración sexual, las herramientas sofisticadas de producción de medios son de fácil acceso, e incluso los fetichistas más oscuros pueden encontrarse en línea.


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Además, la actitud en torno al consentimiento ha dado un salto gigante desde que Deviant Desires se publicó por primera vez. Particularmente en el último año, la conversación sobre las mejores prácticas sexuales (y sus violaciones) ha tomado un lugar central. Pero dentro de las comunidades fetichistas, el consentimiento siempre ha sido el eje. Detrás de los gustos sexuales ocultos de la mayoría de los fetichistas se esconde una cultura de consideración y atención en la que la comunicación se establece mucho antes de que se quiten cualquier prenda.

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La segunda edición de Deviant Desires toma en cuenta estos cambios, y se hace especialmente oportuna por la intensidad de las conversaciones recientes sobre el consentimiento y el "mal sexo". Desde encuentros vainilla hasta prácticas aún no descubiertas, las comunidades documentadas en Deviant Desires tienen lecciones para nosotros.

Hablé con Gates sobre todo esto.

Foto de Ron H.

VICE: Cuéntame sobre el trabajo que haces y cómo empezaste.
Katharine Gates: a finales de los 80 y principios de los 90, estaba relacionada con la escena de las revistas del punk-rock, y amigos trabajadores sexuales y freaks en general. Cuando estaba distribuyendo revistas, iba a algunos kioskos como Atomic Books en Baltimore o See Here en Nueva York, y tenían enormes secciones con material fetichista. Se trataba de revistas que algún chico o chica publicaba por su obsesión en particular; por ejemplo, mujeres calvas, ponygirls (googléalo), o sploshing (usar comida durante el sexo).

Había una revista llamada Ticker y sólo trataba de hacer cosquillas a los pies. O había una página sólo de nalgadas, así que sólo veías traseros rojos. También tenía muchos amigos que eran trabajadores sexuales e incluso yo hacía algunos trabajos, así que recibíamos clientes con peticiones muy particulares que parecían como sacados de otra dimensión. Por ejemplo, un tipo quería ver mujeres desnudas y me pintó sobre la piel las marcas para cortar carne.

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Escuchaba estas historias y era testigo de ellas, así que quería saber en primer lugar qué estaba pasando y por qué es excitante; y en segunda, ¿es tan exótico y extraño como parece, o es algo que aparenta ser exótico, pero en realidad es comprensible para personas que no comparten esos intereses? ¿Hay algo que todos los humanos compartimos en nuestro bagaje erótico?

¿Encontraste alguna respuesta a tus preguntas?
Creo que todos estamos construidos para excitarnos en diferentes niveles —fisiológico, emocional y psicológico— por cosas que son táctiles, sensibles u olorosas; cosas relacionadas con el poder, que involucra el confort y la intimidad, el miedo. Todas estas cosas son parte del bagaje que podemos usar para intensificar una experiencia erótica o sexual. Es sólo que muchos hemos cerrado este bagaje, porque tenemos miedo de que si no hacemos algo genital, entonces seremos raros. Y una de las cosas que me quedaron claras es que todo y cualquier cosa puede convertirse en material erótico.

¿Algún fetiche que descubriste en el camino te sorprendió?
Una de las historias que brillan en el primer libro era de una amiga (yo sabía que era dominatrix), ella tenía un cliente llamado Turkey Man [Hombe Pavo]. Cada vez que él estaba en la ciudad, iba a su habitación de hotel, lo desnudaba por completo, lo ataba, lo colocaba en una caja y decía que lo estaba cocinando. Y el hombre tenía un orgasmo ahí, así. Sólo pensé: "vaya, parece único y muy específico, el deseo de ser un pavo navideño; quizá es el único hombre que lo tenga". Pero si hay diez personas que tengan el mismo interés, no importa en qué parte del mundo se encuentren, el internet hace posible que se encuentren. Quizá seas el único hombre pavo en Nueva York, pero es posible haya más en Inglaterra o en Australia. De hecho, ahora mismo hay hombres pavo en todo el mundo, y existen comunidades reales de personas que se reúnen para hablar sobre el juego caníbal. Y eso se convirtió en un nuevo capítulo del libro.

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¿Cómo es el juego caníbal?
Es una escena donde la mayoría de los involucrados quieren convertirse en la comida de otras personas. Quieren verse transformados en un objeto, así que los cosifican, pero a la vez son un objeto de deseo intenso, así que quieren ser algo que a otras personas les parezca tan bueno que quieran comerlos. Les gusta estar encerrados en una caja, porque esa forma de contenedor es muy excitante o quieren imaginarse cocidos en una olla, casi como una caricatura.

Muchos de los temas que trata mi libro son sobre gente que piensa: Bueno, nadie hará este tipo de porno por mí, así que supongo que tendré que hacerla yo mismo. Muchos se convierten en artistas, así que pueden recrear imágenes que alimenten esa necesidad erótica.

Existe un enfoque DIY real en esta comunidad, desde las revistas noventeras hasta hoy, ¿cierto?
Absolutamente. Y por eso me emociona tanto, la verdad. Como la audiencia para el canibalismo es tan pequeña que no existen grandes corporativos que decidan hacer porno caníbal, ¿me entiendes? Y entonces la gente tiene que hacerlo por sí misma y se las ingenian muy bien. O sea, como dijo una de las chicas carne que entrevisté, le gusta ir a tiendas de cocina elegantes como Sur La Table y piensa para sus adentros: ¿Cómo puedo usar esto en el sexo? Mira esa perilla tan grande. Parece que puedo usarla.


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¿Hay formas de complacer un fetiche que pueden ser más peligrosas que otras?
Algunos conllevan un cierto peligro y no son seguros. Hay gente que en verdad le encanta ser aplastada, muy duro bajo mucho peso, y algunos entre más pesado, mejor; así que hay fetichistas que le piden a su pareja que los atropellen con el auto. Eso no se puede hacer de manera segura.

¿Qué hay de los riesgos emocionales o éticos?
Obviamente en esta época es un problema. Hablamos de situaciones en que la gente no escucha un "no", "por favor más lento" o "detente por favor". El asunto con el consentimiento y la comunicación debería ser una prioridad en cualquier interacción interpersonal. Y creo que una de las cosas que se ha vuelto más evidente es que la comunidad BDSM debería ser un tipo de guía para lograr esto.

Si tienes un fetiche por hacer algo como, por ejemplo, momificar a alguien o ser momificado, vas a tener que hablar con la persona en cuestión para describir exactamente qué te gusta y qué no. Todo esto está construido en la ética del BDSM. Estaba claro que, para que funcionara el BDSM y esta comunidad, si quieres volver a ver a una pareja o tener otras parejas —y esta es una comunidad donde todos se hablan entre sí—, no puedes violar el consentimiento. Nunca volverás a jugar otra vez si lo haces. Y así es como esta comunidad ha creado un sentimiento de responsabilidad y comunicación. Ha habido problemas dentro de la comunidad, pero la gente denuncia, se comunica y toma responsabilidad; y me parece que ése es el modelo para todos.

Esta entrevista fue editada y resumida para una mejor claridad.

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