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How to Sex

Jengibre por el ano a modo de dildo: una introducción al 'figging'

Es como un tapón anal, pero quema.
MA
traducido por Mario Abad
ÁG
traducido por Álvaro García
Photo (L) by Javier Pardina, via Stocksy; (R) via Wikimedia Commons.

El figging se originó como una forma de infligir dolor a los animales, pero hoy es una práctica sexual más. Las maravillas del sexo no conocen límites.

¿Qué es el figging?

Según la definición clásica, esta práctica consiste en colocar un trozo de raíz de jengibre crudo y pelado en el ano de una persona, aunque su uso se ha extendido también a vaginas y, en algunos casos, incluso uretras.

También conocido como gingering, el figging produce una sensación de calidez, cosquilleo o ardor que algunas personas encuentran erótica, intensa, humillante o dolorosa y excitante a la vez. Si la raíz se va a introducir en el ano, se debe pelar un trozo y darle forma de tapón anal —es decir, más delgado por el punto de inserción y con una parte ancha en el otro extremo, para evitar que la raíz se pierda por ahí dentro—.

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Si bien el alimento más utilizado para el figging es el jengibre, realmente puede usarse cualquier otra cosa que te ponga caliente, como guindillas, canela, ajo, pimienta, salsa tabasco, aceite picante… Todo depende del nivel de tolerancia y de lo bien surtida que tengas la despensa.

También se considera figging el hecho de espolvorear jengibre molido por las partes bajas de una persona.


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¿Por qué lo llaman ‘figging’ si no se usan higos?

¡Buena pregunta! Se cree que la palabra inglesa fig (higo) procede de feague, que se usaba para designar la práctica de introducir jengibre (¡o incluso anguilas vivas!) en el ano de los caballos para obligarlos a alzar la cola y que así parecieran “más briosos, según The Dictionary of the Vulgar Tongue, escrito en 1811 por Francis Grose.

Pero, ¿por qué le gusta a la gente meterse jengibre en los orificios?

Según la creencia popular, en la época victoriana se recurría al figging para castigar a los pupilos díscolos, aunque tratándose de esos tiempos, bien podría ser que lo hicieran por un tema sexual.

Hoy día la gente lo hace simplemente porque le gusta sentir ese ardor. Pero cada cuerpo es diferente, y mientras que algunos encuentran esa sensación insoportable, a otros les parece agradable y excitante, como si fuera un enjuague bucal para el colon. También hay gente a la que no le gusta y precisamente ahí radica la gracia si eres masoquista o estás participando en algún juego sexual de roles dominante/esclavo.

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El ardor aumenta de forma progresiva. A medida que el aceite del jengibre es absorbido por el delicado tejido del recto (o la vagina o la uretra), el receptor sentirá calor, luego un cosquilleo, y a partir de ahí el calor irá en aumento. Para potenciar la intensidad, la persona que tiene el jengibre en su interior puede apretar los esfínteres. O, como explica el bloguero de fetiches sexuales Franklin Veaux en este tutorial, también se puede aumentar la potencia del jengibre fermentándolo previamente.

Un buen complemento para el figging pueden ser los azotes, ya que estos obligan a quien los recibe a cerrar el ano como reacción, incrementando así la sensación de quemazón.

¿Qué riesgos implica esta práctica?

Aunque el jengibre es irritante, los riesgos del figging son muy bajos, ya que se trata de una raíz natural y la sensación de ardor solo dura unos 20-30 minutos.

El mayor peligro sería que la base del tapón de raíz no fuera lo suficientemente ancha y la raíz se acabara perdiendo en el interior del recto o que te olvidaras de lavarte las manos después de manipular el jengibre y te tocaras los ojos o se los tocaras a tu pareja, provocando un picor mucho menos excitante.

Asegúrate de que la raíz no tiene partes puntiagudas o que pudieran hacer daño e introdúcela lenta y cuidadosamente. Hay cierta controversia sobre si conviene o no usar lubricante para practicar el figging.

Cuando comer un culo sale mal

Los hay que creen que el jengibre ya está lo suficientemente resbaladizo y no es necesario, y que, de hecho, el lubricante reduce la sensación de ardor. Sin embargo, otros aseguran que todo juego sexual anal debe realizarse con lubricante. Como en todos los asuntos del corazón y el recto, dejaremos que seas tú la que pruebe y decida.

En los estudios que he podido consultar no se ha informado de daños en el colon o el tejido rectal, aunque sí he descubierto que —irónicamente—, tomar jengibre por vía oral puede reducir la inflamación del colon y el riesgo de cáncer.

A quienes les pique la curiosidad, pueden empezar por frotar un pequeño trozo de raíz de jengibre por la zona y ver cuál es la reacción. Recuerda que tarda un poco en hacer efecto, así que no insistas hasta que haya pasado un rato. Y si alguien tiene alergia al jengibre, ¡no practiques el figging! Eso no es BDSM, sino crueldad.

Este artículo apareció originalmente en Broadly.