FYI.

This story is over 5 years old.

Sexo

Consejos para hacer ‘facesitting’ cuando tienes sobrepeso

‘Antes me daba miedo que pudiera matar a alguien… pero luego me di cuenta de que si un hombre muere mientras tengo el culo sobre su cara, al menos habrá muerto haciendo lo que le gusta’.
Rachel Matheson, una mujer a favor del facesitting
Rachel Matheson. Foto cortesía de Rachel

Tras años de experiencias sexuales gratificantes y también mediocres, y de experimentar con la obesidad en el sexo, he llegado a la conclusión de que me encanta practicar el facesitting. Para quien no lo sepa, el facesitting consiste en sentarse sobre la cara de una persona. Y francamente, haciéndolo he tenido los mejores orgasmos.

Como mujer obesa, he sufrido rechazo por mi cuerpo y en el sexo; por eso dudaba que pudiera gustarme algo como el facesitting. Cuando empecé a tener relaciones, no dejaba que nadie me tocara el vientre, así que supuse que lo de rodearle la cara a alguien con los muslos y plantarle las nalgas encima no era para mí. Mis inseguridades se originaban en mi interior. Me miraba en el espejo y me preguntaba : ¿Estoy demasiado gorda como para probar esta práctica sexual? ¿Me cargaré a mi pareja?

Publicidad

No soy la única mujer obesa que ha pensado lo mismo. “Antes me daba miedo de que pudiera matar a alguien, literalmente”, me cuenta Rachel Matheson, de 28 años y residente en Toronto. “Pero luego me di cuenta de que si un hombre muere mientras tengo el culo sobre su cara, al menos habrá muerto haciendo lo que le gusta”.

Me costó mucho tiempo llegar a darme cuenta de que todas esas inseguridades estaban en mi cabeza. Aprendí que, al margen de su tamaño, cualquier persona puede disfrutar del sexo en todas sus formas si lo aborda de la forma adecuada. Pero ¿cómo superar esos complejos y disfrutar del facesitting por primera vez?

La primera vez es normal sentir nervios

Para practicar el facesitting tienes que sentirte segura de ti misma, aunque es cierto que a veces la seguridad la da la práctica. Matheson recuerda que la primera vez estaba tan preocupada por su aspecto y por cómo olía que perdió de vista todo lo demás. Sin embargo, ahora es toda una experta.

Preocuparse por el aspecto y el olor de tus genitales es algo que afecta a las mujeres de todas las tallas y edades. No dejes que el miedo te prive de disfrutar de lo que quieres, necesitas y deseas. Empieza a apreciar lo que ves cuando te miras en el espejo, no solo durante el sexo, sino todos los días.


Comunica tus deseos de forma verbal y no verbal

La terapeuta sexual Sonalee Rashatwar me cuenta que es necesario que las parejas acuerden de forma explícita qué indicadores verbales y no verbales usará la persona que esté debajo para expresar si la experiencia le resulta placentera. Si la persona que está encima se emociona demasiado durante la práctica, podría bloquear por completo el suministro de aire de la que está debajo. Rashatwar recomienda una palmada en los muslos o los brazos de la persona que esté encima para hacerle saber que nos falta el aire.

“La comunicación debería ser constante”, añade Rashatwar. “No solo para preguntar a tu pareja si puede respirar, sino para asegurarte de que está disfrutando, si le excita, si hay algo que podrías hacer para lograr que se sienta mejor o si le gustaría usar algún tipo de juguete”.

Publicidad

Las parejas deberían ponerse de acuerdo de antemano sobre qué prácticas les parecen más excitantes. “No a todo el mundo le gusta la estimulación oral del clítoris o del ano” dice Rashatwar. Antes de ponerte manos a la obra, deja claros tus deseos para garantizar que la experiencia sea placentera para todos.

1544115054195-AmaScriver1

La autora. Foto cortesía de Amanda Scriver

Busca técnicas que funcionen para tu tipo de cuerpo

El facesitting puede ser complicado para ciertas personas obesas, por lo que Rashatwar da unos cuantos consejos para facilitarles las cosas. Sugiere, por ejemplo, que la persona que esté debajo use una almohada para elevar el cuello de forma que tenga suficiente espacio para respirar y mover los brazos y el cuello durante la sesión. Si en casa tienes uno de esos colchones de espuma con memoria, Rashatwar recomienda que paséis a uno más firme o incluso al suelo, ya que en un colchón de espuma es fácil que os vayáis hundiendo y perdáis el equilibrio.

La almohada también ofrece a la persona que se sienta encima un apoyo para las piernas que agradecerá especialmente si tiene problemas en las rodillas. En cualquier caso, lo importante es que ambas personas vayan probando hasta encontrar una postura que les resulte cómoda.

Escucha a tu cuerpo

Ser obesa y estar encima puede ser agotador físicamente. Escucha a tu cuerpo. Si empiezan a dolerte los cuádriceps o no estás cómoda, tómate un descanso. Yo suelo parar para beber un vaso de agua o ir al baño.

1544115087879-Minerva-Siegel

Minerva Siegel. Foto cortesía de Minerva

Publicidad

Tú estás al mando

Independientemente de tu peso o tu tamaño corporal, la práctica del facesitting se centra exclusivamente en ti: tú eres la que controla tus propias sensaciones. “La gracia del facesitting es que yo controlo mi placer sexual, que obtengo usando el cuerpo de otra persona”, explica Minerva Siegel, escritora y modelo de 27 años que asegura que para practicar el facesitting tiene que estar de humor. Sin embargo, le encanta la sensación de control que siente cuando lo hace. “El poder decidir cómo quiero que se me estimule a veces hace que la experiencia sexual sea mejor”.

Hay personas obesas que pueden sentirse excluidas del placer sexual. Los estudios demuestran que a veces se tiene una idea estereotipada de las personas obesas como individuos perezosos, incompetentes y poco atractivos. Este tipo de actitudes humillantes pueden influir negativamente en la capacidad de quien las sufre de sentirse segura en el ámbito sexual.

Hablo desde la experiencia: no fue hasta que descubrí el movimiento de aceptación de las personas gordas, a través de Tumblr y las obras de escritoras como Virgie Tovar, que me di cuenta de que las personas obesas también somos sexualmente deseables. Las gordas merecemos todo el placer del mundo. Sin embargo, a menudo acabamos siendo objeto de fetichismos, avergonzándonos de nuestro cuerpo o teniendo que aguantar que piensen que somos vírgenes. Nada más lejos de la realidad.

“Mi cuerpo es exuberante, rollizo, cómodo y apetecible”, señala Siegel. “Merezco tener orgasmos flipantes tanto como cualquiera, y me aseguro de que así sea”.