De Tres Dedos: Pikolin, no es un chiste

Entre filtraciones, el pequeño chiste que hace unas horas hubiera signficado un sueño guajiro podría acabar siendo una gran realidad. Alejandro Palacios acabará siendo seleccionado nacional y defenderá por vez primera la casaca de México.

El tema se ha tomado con burla y con ironía. ¿El Pikolin? ¡Qué carajo tiene en la cabeza Juan Carlos Osorio!

Primero que nada hay que decirlo directamente, su llamado a la selección debe ser considerada como una decisión a destiempo, extraña, exagerada, pero no equivocada.

Deportivamente, es imposible comprender los éxitos de Pumas posterior a la etapa de Sergio Bernal en el arco universitario sin Alejandro Palacios.

En México nos encanta burlarnos de todo y jugar a ser juez y parte por todo. Analizamos todo menos lo que se debe verdaderamente analizar.

Durante mucho tiempo nos hemos burlado del Pikolin por su físico y no por su nivel. Hemos comparado erróneamente a Alejandro con Marco Antonio, su hermano gemelo, y nos hemos fijado más en algún fallo que como cualquier futbolista y ser humano ha tenido.

Palacios no solo ha sido un tipo cumplidor en el arco de Pumas, sino que frecuentemente debió ser considerado como el mejor del equipo. Sus atajadas, varias de ellas espectaculares, le dieron a Pumas puntos, de uno o de tres, clasificaciones a liguillas o a instancias definitivas, y por supuesto, campeonatos. Pero cómo observar eso si siempre lo vimos solamente como el 'Pikolin'.

Ha sido titular indiscutible en 10 torneos con un 'grande' como Pumas. Con 179 apariciones y un título bajo el brazo, sus números son por demás saludables.

Y entonces cuál vendría siendo el problema…

El tema es probar por vez primera a un portero que va a cumplir en un mes 34 años de edad. Y mucho más cuando en la cantera vienen buenos arqueros juveniles.

Nos esmeramos en joder a los jóvenes y nos encanta alargar los procesos cuando todo tiene un inicio y un declive.

Se puede caer en una contradicción cuando en el Tri vemos a jugadores como Rafael Márquez o bien, como los propios Corona o Talavera, casi de la misma edad que Palacios, pero a diferencia del Pikolin, hablamos de jugadores probados ya con años de prueba.

La llegada del Pikolin es justa. Difícilmente tendrá para competir por la titularidad del Tri, no tanto por nivel, sino por un tema de continuidad en la porteria, además, porque en efecto, hay mejor arqueros que él actualmente.

El caso de Dorados es increíble. Patéticamente vergonzoso y tristemente definitivo. Monarcas no va a descender y Chivas no tardará en carburar. Puebla no anda nada mal en el torneo y Veracruz está muy lejos del descenso. Sinaloa no solo es último de la tabla de cocientes, sino que además ha perdido todos sus partidos y no lleva ni un miserable gol.

Apostar por Carlos Bustos fue una decisión sensata en el entendido que fue el entrenador que los ascendió. Con solo dos victorias en 10 fechas, su despido era cuestión de tiempo. Después, la decisión arriesgada por contratar a Luis Fernando Suárez, un hombre que desconoce por completo el medio mexicano y la presión del descenso. El saldo, tan solo un triunfo en 10 apariciones.

Y ahora, la llegada de José Guadalupe Cruz, un técnico que vive del éxito de un torneo con Atlante hace casi 10 años, y que posteriormente, ha vivido de fracaso en fracaso por cuanto club tomó.

Dorados fue por una decisión sensata, pasó por una decisión arriesgada y acabó con una decisión aburrida y con poco futuro.A Sinaloa ya los milagros no lo van a alcanzar, pues una idea de juego es difícil que alcance la perfección en tan solo unos días de trabajo y con un calendario que tienes encima.

El 'Gran Pez' descenderá, y por segundo torneo consecutivo, será el recién ascendido el que pierda la categoría. Es esfuerzo hecho en el Ascenso acabará en una mera anécdota y ahora, más allá de la emoción por poner el descenso caliente, estará la intención de no ser el peor luchador porcentual y no caer al infierno antes de la mitad del campeonato.

La elección de un entrenador como Cruz, como siempre, nos hace pensar por qué carajo en México nos vamos por la misma, por la fácil y aburrida decisión.

Debo confesar que me hice del Barcelona desde pequeño. No con el Dream Team de Cruyff como algunos, y muchos menos por querer ser un villamelón con la llegada de Rafael Márquez, la magia de Ronaldinho o bueno, cómo ejemplificar lo que ha significado Lionel Messi. No, fui culé por un tal Ronaldo Nazario de Lima.

El 'Fenómeno' volvió loco al Camp Nou en su llegada al Barcelona. Su potencia y capacidad deslumbró a todos, incluyéndome. Después pasó lo que pasó con la mayor parte de las figuras que pasan por el equipo blaugrana y que acaban saliendo por la puerta de atrás del club.

Tras Ronaldo, poco y menos. Buenos jugadores, pero no lo suficientes para enamorarnos en una era de dominio blanco con los famosos 'Galácticos' –entre ellos Ronaldo-.

Fue con la llegada de Sandro Rosell que la máquina se volvió a echar a andar. Con Ronaldinho, con Giuly, Deco o Márquez, y también con Samuel Eto'o, un gran heredero del puesto de '9'.

Eto'o fue la pieza que heredara el favor 'Figo', y de qué manera lo hizo el Barcelona. Con el camerunés se ganó todo y se devolvió el prestigio de un auténtico killer de área que jugaba y hacía jugar.

Con la salida del africano llegó una serie de decisiones desafortunadas. Empezó con Eidur Gudjohnsen tras el adiós de Henrik Larsson, pasó por Maxi López, siguió con Zlatan Ibrahimovic y acabó con David Villa. Después, la figura del '9' se perdió con Lionel Messi jugando como delantero centro.

Tras 2012, la apuesta, muy arriesgada, por Luis Suárez, dinamitó la creación del 'MSN' y explotó las virtudes de un puesto que se habñia obviado. Los resultados son tremendos.

Con 26 goles esta temporada -19 en Liga, cuatro en Copa y cinco en Champions', el uruguayo va camino a ser la Bota de Oro de España. Enciende el juego culé con 12 asistencias en lo que va de temporada y es el socio ideal con movimientos perfectos alrededor de Neymar y Messi.

De la MSN, es el menos 'famoso', pero qué importa cuando la palabra gol siempre sale de tu boca y de tus pies. Los envidiosos recordarán tus momentos amargos de Brasil 2014, los que te aman, aceptarán que tu llegada fue lo mejor que le pudo pasar al Barcelona en años.