A medio partido de fútbol (o de cualquier deporte, en realidad) es normal perder un poco el control, dejarse llevar por el euforia del momento y gritar. Por desgracia, tampoco es raro ver que alguien se levanta con la cara más roja que la manzana de Blancanieves y empieza a acordarse de todo el árbol genealógico del árbitro.Vale, estas cosas pasan. Pero de ahí a sacar una pistola…Lo que pasa es que hay quien no conoce los límites: gente a quien le da igual la ley y el derecho a la vida. Este árbitro innovador y súper alternativo es un ejemplo. Según Yahoo Sports, se llama Gabriel Murta Barbosa Maciel y es un policía que ejerce de colegiado en partidos de la Federación Mineira de Fútbol, una liga amateur que se juega en el estado brasileño de Minas.
Ocurrió que el trencilla-policía expulsó a un jugador de un equipo llamado Amantes da Bola (qué bonito nombre). Al parecer, el futbolista no se lo tomó muy bien y se rebotó a golpes. El árbitro, que al parecer no se anda con chiquitas, decidió sacar la pistola. En VICE Sports tememos que su intención fuera hacer algo parecido aesto.Según The Guardian, Maciel tendrá que empezar a visitar un buen psicólogo y se arriesga seriamente a perder la licencia de árbitro… lo cual no nos extraña demasiado, sinceramente.