Tibor Pleiss, intentando descansa en una cama de 1.90 metros. Imagen vía Morgen Post.
Ser jugador de baloncesto profesional debe molar bastante: entrenas con los mejores técnicos, juegas en los mejores pabellones, eres conocido allá adonde vas… sí, debe tener su gracia, sin duda.No obstante, dedicarse profesionalmente al deporte de la canasta también tiene sus defectos. Medir más de dos metros causa conflictos a la hora de entrar en un coche, ducharse, encontrar ropa… o poder dormir de una manera cómoda en una cama.Así le pasó a distintos jugadores de varias selecciones que participarán en el Eurobasket que empieza el próximo 5 de septiembre. Al parecer, las Federaciones de sus respectivos países no calcularon bien los riesgos y eligieron como hotel de concentración una residencia donde las camas eran demasiado pequeñas para los largos cuerpos de los jugadores.Uno de los equipos afectados es Alemania. Su gran figura, Dirk Nowitzki —cuya estatura es de 2.13 metros—, se encontró con serios problemas para descansar en una cama cuya medida apenas superaba los 1,90 metros. Mismo caso que el también teutón Tibor Pleiss, ex del FC Barcelona, que mide hasta 2,18 metros.Ante estos problemas, el Hotel Oficial de Berlín, donde se hospedan hasta cinco selecciones (España, Alemania, Islandia, Serbia, Italia y Turquía) tomó una decisión bastante sui géneris y alargó 40 camas hasta los 2,50 metros para que los jugadores pudieran caber.Cabe destacar que el Hotel Oficial solo tiene cuatro estrellas, lo que hace aún más comprensible su esfuerzo por mantener tranquilos a sus huéspedes.Queda claro que no todo son ventajas cuando eres jugador de baloncesto profesional (o un tío muy alto en general). Pero si juegas en una liga 'top' y ganas buenos billetes, es más sencillo encontrar soluciones: que se lo digan a Al Jefferson, de los Utah Jazz, que pagó 25.000 dólares por una cama de 3,60 metros de largo por 3 metros de ancho. ¡Así sí que da gusto!
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