Así fue cuando los boxeadores mexicanos pidieron apoyo para llegar a Rio 2016

Este artículo fue publicado originalmente el 17 de septiembre de 2015

Hay casos que verdaderamente no dejan de sorprendernos en México. Cuando más se presume el apoyo a los deportistas nacionales, es cuando por abajo del agua, menos se les da y pasan casos como éste.

Uno se sube al pesero con la intención de llegar su destino. En el camino, puede encontrarse con un vendedor de dulces, con un payaso que busque sacarnos una risa a cambio de unos pesos o incluso, para no sorprendernos, con algún amante de lo ajeno. Lo que no tenemos jamás pensado encontrarnos, es a un deportista olímpico, con el uniforme oficial de su federación, pedir dinero en un bote y así poder asistir a un torneo oficial.

Resulta que parte del equipo mexicano de boxeo tuvo que subirse a los camiones del Distrito Federal, pedir permiso a los choferes y a los usuarios, para pedir feria con tal de asistir al Mundial de Boxeo que se realizará en Doha, Catar.

Ir al excéntrico país de Medio Oriente no es nada barato, así que dudamos que nuestros boxeadores puedan conseguir el suficiente dinero para comprar un boleto de avión hacia Catar y reunir la suficiente plata para quedarse en un hotel durante la competencia. El reclamo es más bien una manera de evidenciar las nefastas condiciones en las que se encuentran y dejar expuestas a las federaciones que no los están apoyando.

Joselito Velázquez, Lindolfo Delgado, Marvin Cabrera, Misael Rodríguez, Edgar Ramírez y Raúl Curiel fueron los boxeadores que esta mañana ingresaron al transporte público mexicano para pedir una ayuda. Evidentemente, tendrían que ser los menos culpables en un conflicto de intereses que existe dentro de las federaciones afiliadas a CONADE.

Antes ha sido la federación de atletismo, o la de natación o la baloncesto, y ahora la de boxeo. El punto es que tarde o temprano, algo falla y deja asquerosamente mal parado a nuestro deporte cuando estamos a unos cuantos meses de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Y como es normal en nuestro país, ahogado el niño, intentan tapar el pozo, aunque en el camino, el hoyo solo deje al descubierto toda la mierda que hay dentro de esa cloaca. No tardaron unos y otros en tirarse piedras y bolas de lodo con tal de evidenciar la putrefacción en la que se encuentran. En mediosiempre estarán los deportistas y el sector público que ama el deporte.

Primero, fue la Federación Mexicana de Boxeo quien acusó a CONADE de la falta de apoyo a sus deportistas. Las críticas a Alfredo Castillo, titular del organismo central del deporte, no han parado prácticamente desde que tomó el cargo, y hoy no son la excepción luego que el dirigente iniciara un procedimiento para revocar el registro de la federación de box.

La respuesta de CONADE no se hizo esperar y se fue directo y a la garganta de la Federación de Box llamándola lastre.

CONADE no va a ceder a ningún chantaje. La Federación de Box es un lastre. Lamentable que usen a los atletas para mantener sus privilegios.
— Alfredo Castillo (@ACC_Castillo) septiembre 17, 2015

Alfredo Castillo no tiene precisamente un historial que lo defienda, aunque en esta ocasión atinó a criticar que ante las necesidades de unos, se utilice a los propios deportistas para conseguir un objetivo. Más triste aún sería pensar que conociendo los problemas internos que las federaciones tienen, sean en este caso los boxeadores los que se presten a caer en estos bochornosos actos de tener que salir a botear dinero para ir a un torneo.

Lamentablemente todos los días mucha gente tiene que ir a pedir una moneda para sobrevivir. Pero esa misma palabra lo define: sobrevivir. El deportista, por muy complicada situación que esté viviendo, no tendría que salir a la calle a mostrar las miserias que padece nuestro deporte.

Ni Federación y mucho menos CONADE, quedan bien parados ante las fotos y cruce de declaraciones que han tenido este día. En medio, inocentes o con cierto grado de culpabilidad están los que en unas semanas o en unos meses nos representarán ante el mundo.

Y luego por qué nos sorprendemos cuando los resultados en Juegos Olímpicos no llegan.