En tierra de ciegos, el tuerto es rey

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En tierra de ciegos, el tuerto es rey

El hecho de no hablar del todo español o no haber nacido en México no quita el hecho que hay peloteros con ganas de romperse el alma por nuestro país.

Ser deportista ha sido, es, y seguirá siendo un negocio rentable para quien decida practicarlo y además sea bueno. Las guerras deportivas son tan importantes que los países pelean soldados. Cualquier hilo conductor que una al jugador con la causa de un país es suficiente para "repatriarlo" y usarlo como artillero en competencias internacionales.

Yovani Gallardo, actual pitcher de los Orioles de Baltimore, nació en Michoacán el 27 de febrero de 1986. Vivió muy poco en nuestro país, a los cuatro años aproximadamente, el lanzador mexicano emigró a Texas. Un texano nacido en México.

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El michoacano debutó a los 21 años con los Cerveceros de Milwaukee, y lo hizo sin antes haber pasado por el beisbol de nuestro país. En aquél debut, en 2007 trabajó durante seis entradas y un tercio, se enfrentó a Barry Bonds, a quien sólo le permitió un imparable. La mesa estaba puesta para que se convirtiera en el mejor lanzador mexicano en la historia de las grandes ligas.

Yovani tiene un hilo delgado que lo une con nuestro país, puede no ser suficiente, pero ese guerrerodecidió pelear del lado de México. Gallardo no suele ser blanco de las cámaras que apuntan siempre a lo más brillante: no todo lo que brilla es oro. El abridor mexicano no niega sus orígenes, sin embargo sus diálogos en inglés suelen ser más fluidos que el español, su lengua materna la cual no domina del todo.

La historia deportiva de Gallardo suele ser como la de cualquier deportista mexicano que se mantiene a cierto nivel en el extranjero. Ni espectacular, ni mediocre: los reflectores se los llevan los que se ubican en el blanco o en el negro. Yovani suele estar en el gris.

Su buen paso por la gran carpa abrió la posibilidad de que el lanzador mexicano pudiera formar parte de los seleccionados para disputar el Juego de Estrellas en 2011. Justo en vísperas de haber sido aprobada la ley SB1070 en Arizona. Una cacería de inmigrantes.

El pitcher mexicano amenazó con boicotear el juego, en forma de protesta por las decisiones políticas que se habían tomado en Arizona. Yovani no fue llamado al juego a pesar de que sus números en ese momento eran lo suficientemente buenos como para ocupar un puesto en aquél juego.

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En 2015 dejó pertenecer a la nómina de Milwaukee, para convertirse en abridor de los Rangers deTexas, el sueño que había tenido desde pequeño. ¿Quién no quiere jugar en el equipo de su ciudad? Yovani dejó una marca positiva con los Cerveceros, 89 ganados con 64 derrotas.

Gallardo alcanzó un lugar privilegiado dentro delos mejores lanzadores nacidos en México al conseguir 100 partidos ganados dentro de las grandes ligas, lugar que ya ocupaban Fernando Valenzuela, Ismael "Rocket" Valdez y Esteban Loaiza. El michoacano lo consiguió en agosto de 2015 jugando para los Rangers de Texas.

Romo, representante mexicano pese a no haber nacido en el país. Foto: PanAmerican World

Al parecer ese lazo que sostenía al pitcher con México fue mucho más resistente de lo que hubiéramos pensado. En el Clásico Mundial de 2013, Yovani Gallardo y Sergio Romo se encargaron de vencer a la novena estadunidense, en un marcador de cinco carreras por dos.

Suena lógico que ambos soldados elegidos para enfrentar en aquel Clásico al país con la mejor liga de beisbol tengan más relación con los Estados Unidos que con nuestro país: Gallardo desde los cuatro años vive allá, Romo de padres mexicanos, nació en California: para que la cuña apriete debe ser del mismo palo.

Romo es el beisbolista mexicano con más anillos de campeón de la Serie Mundial, ha conseguido tres en cinco años, todos con los Gigantes de San Francisco (2010, 2012 y 2014). A pesar de no ser nacido en México, el californiano ha decidido vestir los colores mexicanos en competiciones mundiales.

El sentido de pertenencia de este par de pitchers tiene más relación con sus orígenes que con el lugar en el que han hecho vida y carrera. Es cierto que en el beisbol ligamayorista existen lanzadores con mayor calidad que compiten de tú a tú con este par de mexicanos, razón por la cual sería más complicado formar parte de un representativo del país de las barras y las estrellas.

Podría ponerme romántico y ensalzar el sentido de pertenencia, y el amor por las raíces de los jugadores que teniendo la posibilidad de representar a otro país, deciden portar el uniforme tricolor. Pero también existe la posibilidad de que decidan jugar con México por tener más posibilidades y menos competencia a pesar de que en nuestras ligas existan buenos beisbolistas.

Al final, el deporte es un negocio que utiliza de gancho los sentimentalismos para generar empatía con los aficionados. Los jugadores con posibilidades de jugar en otros seleccionados no lo hacen por la competencia y porque brillan más en selecciones con menos estrellas. Así funciona el deporte. En tierra de ciegos, el tuerto es rey.