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Italia

La historia del futbolista senegalés adoptado por su agente

El futbolista senegalés del Bolonia Ibrahima Mbaye y su agente, Guiseppe Accardi, protagonizan un remake real de La Cenicienta en el mundo del fútbol.

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Es posible que no lo conozcas, pero el futbolista senegalés Ibarhima Mbaye tiene una hermosa historia que contar. Él y su agente deportivo se han convertido oficialmente en padre e hijo. Sabemos que los agentes y sus jugadores tienen relaciones intensas y que suelen llamarse a cualquier hora para contárselo todo, pero no conocíamos ningún caso en que el futbolista llamara "papá" a su gestor.

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Mbaye es un talento formado en el Estrella Lusitana senegalés e incorporado tempranamente al Inter de Milán, mientras que su agente, Giuseppe Accardi, es un exfutbolista italiano.

Ibrahima nació hace casi 22 años en Guédiawaye, cerca de Dakar, la capital del Senegal. Allí jugó al fútbol en el más completo anonimato hasta que su talento llegó a oídos del club Estrella Lusitana, una escuadra senegalesa propiedad, nada menos, que de José Mourinho. Allí pulió sus virtudes hasta que en 2010 el entrenador portugués aprobó su traspaso al Inter de Milán. De allí fue cedido al Livorno y desde la temporada 2015-16 luce los colores del Bolonia y es un fijo del combinado nacional de Senegal.

Ibrahima Mbaye con la camiseta del Bolonia en la temporada 2015-2016.

Los primeros pasos de la carrera de Ibrahima puede que nunca se hubiesen producido de no ser por el encuentro de su futuro padre. Él joven senegalés prefiere llamarlo "jefe" antes que "papá". Pese a todo "Beppe" Accardi e Ibrahima se comportan como padre e hijo. Su relación se remonta a hace 7 años.

"Viajé a África para ojear a un chaval de 14 años. Era un prodigio. Lo comprobé después de que me lo advirtiera uno de mis mejores amigos, un tipo que también es el presidente de la Estrella Lusitana, y que comparte el control del club con su fundador, José Mourinho", recuerda Accardi emocionado.

El Estrella Lusitana fue fundado en 2008 por el Special One, que posee un 80 por ciento de las acciones del club. "Tan pronto como le vi llamé a Ausilio, el director deportivo del Inter. Él estuvo inmediatamente de acuerdo en hacerle las pruebas de acceso, pero el caso se prolongó. Afortunadamente, el presidente del Estrella Lusitana tenía el contacto de Mou y le llamó. Al día siguiente Ausilio me contactó: "Beppe, tienes dos billetes de avión para mañana. Te esperamos en Milán. Mou me ha dicho que si no le seleccionamos te pegará una patada en el culo". Ibra jugó un torneo en Bérgamo con la camiseta del Inter y convenció a propios y extraños.

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Ibra desembarcó en Milán con 14 añitos y un hatillo como único equipaje. "Vivía con nosotros. Mi mujer enseguida le aceptó como a un hijo más y mis hijas, Naomi y Talita, como a un hermano", confiesa Accardi. Ibra dejó en Senegal a sus padres, a un hermano y a una hermana, aunque su padre biológico ya vive también en Italia. "Es una gran persona. Él y su esposa saben que no pretendemos reemplazarlos. Al contrario: ahora somos una gran familia. En Italia a las familias mejunje como esta se las llama "allargata". Para mí Ibra es el hijo que nunca tuve, uno más. Le deseo lo mejor tanto como él a mí y eso es lo único que cuenta", insiste.

El joven senegalés es de la misma opinión. "La adopción fue muy natural. Beppe me llamó un día y me dijo que quería proponerme algo importante". Se lo propuso y le dio tiempo para que pensara en ello y, sobretodo, para que lo comentara con calma con su padre biológico. "Beppe me dijo que escuchara a mi corazón. Y eso es lo que hice".

En Italia corrieron ríos de tinta. Los titulares rezaban cosas como que "los caminos sagrados de la empresa, y no los de la familia, formalizan la adopción de un jugador por su agente". Beppe, pese a todo, prefiere hablar de amor: "Es imposible no querer a Ibrahima. Es un joven especial. Tiene una sensibilidad fuera de lo común para un jugador de fútbol. Si alguien intentara hacerle daño, mi mujer le mataría. Es más, si tuviera que elegir entre él y yo, ¡le elige a él!".

El agente no cree que el futuro profesional de Ibrahima vaya a alterar su relación civil. "El fútbol es solo un trabajo. Lo que cuenta sucede en la vida. Y lo que nos une a él es mucho más fuerte que todo lo demás. Por eso me decidí a adoptarlo".

Ambos oficializaron su relación civil en un juzgado de Módena hace dos inviernos.