Lo mejor de la semana de MUNCHIES

Otro año está por irse y como siempre —en México por lo menos— estamos hundidos hasta el cuello en el maratón Guadalupe-Reyes (12 diciembre - 6 de enero): un bacanal con duración de tres semanas que nos engorda y nos enflaca la cartera al mismo tiempo.

Para enfrentar el momento fiestero más intenso del año, esta semana en MUNCHIES conocimos cómo comen los guadalupanos que cada 12 de diciembre visitan a la Virgen de Guadalupe; te ayudamos a elegir algunas de nuestras opciones de canastas para que este año sorprendas a tu jefe o a tu suegra; como sabemos que te tendrás que hacer o asistir a una cena, te decimos cómo armar la mejor tabla de quesos (casi como si fueras francés); y porque ya no hay grupo de amigos donde no haya un vegano, te explicamos paso a paso cómo consentirlos preparándoles un platillo (o varios); y finalmente —no puede fallar— te ayudamos a que tu fiesta se prenda con una selección de algunas cervezas artesanales mexicanas.

Es la noche del 11 de diciembre y todos los caminos conducen a la Basílica de Guadalupe, donde cientos de miles de peregrinos se reúnen para rendirle cuentas a la patrona de México, la Virgen de Guadalupe. A lo largo de las diferentes rutas, miles de familias salen a las calles a ofrecer algo de comer a los viajeros devotos que vienen tanto de los diferentes estados de la república como de la misma capital.

La mayoría anda a pie y el resto en bicicleta, cargando entre los brazos o en la espalda los cuadros con la imagen de la virgen o esculturas de yeso, que van desde los 10 centímetros hasta los dos metros de altura. Esperan llegar al atrio del templo unos minutos antes de que el reloj marque las cero horas del 12 de diciembre, el día de la fiesta de "La Reina de México", para entregarle una plegaria de agradecimiento o petición y admirarse con la polémica pintura que, cuenta la leyenda, se estampó hace casi 500 años en el ayate (vestimenta) del indio Juan Diego.

La mayoría de ustedes hace sus compras navideñas en los malls, pepenando rebajas, luchando contra las casi nulas probabilidades de encontrar un lugar vacío en el estacionamiento, lidiando con la lentitud de la multitud que camina sin destino viendo aparadores. Los admiramos por la increíble paciencia que guardan en sus corazones y los queremos con todo y su consumismo arrebatado; sin embargo, hoy les proponemos un modo de compra diferente: regalos bien pensados, no sólo en calidad y precio, sino en el impacto que generan. Por ejemplo: ¿qué tal si compramos puros productos hechos en México? Ajá, en vez de regalar la típica y genérica canasta, elijamos una con cervezas artesanales, café, mermeladas y otras delicias hechas por productores mexicanos.

Patricia Michelson, dueña de la tienda de quesos londinense La Fromagerie, arruga su nariz con desaprobación. "No, prueba el queso acompañado por otras delicias, para que puedas apreciar el queso y amarlo". Michelson ama el queso. Verdadera, loca y apasionadamente. Una tabla de quesos es algo maravilloso para ella, su composición requiere de una habilidad comparable a la de un maestro culinario. Enfrente de ella está desplegada la que considera como la tabla de quesos navideña definitiva. Y tengo que confesar que estoy muy emocionada.

Si quieres aprender de los mejores quesos, solo debes seguir la guía de Patricia y dejarte llevar por este irresistible viaje gustativo.

Celebrar Navidad, para la mayoría, significa matar un pavo, hornearlo, descuartizarlo en la mesa y comerlo a mordidas grandes bañadas del gravy hecho con las vísceras y los huesos del ave. Pero si eres vegano no encajas en este estereotipo navideño, y como nadie te entiende, terminas llenándote la panza con guarniciones. No tiene que ser así, puedes planear tu cena navideña personal, o incluso convencer a tus tías de que prueben algo diferente este año —suerte con eso—, y comer lo más delicioso y nutritivo posible. Por eso le pedimos a Mariana Villavicencio, cocinera crudivegana, fundadora de The Living Cake en la Ciudad de México y autora del libro Cruda vanidad, que nos ayudara a experimentar con un menú navideño sin usar un sólo producto de origen animal.

Este es un buen consejo: en vez de comprar vino o sidra para brindar en la cena del 24 de diciembre, escoge cervezas. Quizá al principio tendrás que lidiar con la mirada incrédula de tus tíos cuando llegues a la reunión familiar con tu caja de cervezas en vez de una botella de espumoso carísimo, pero en cuanto las prueben, se convencerán de que la mayoría de las veces es bueno cambiar las tradiciones.

Para hacer una lista muy fina de recomendaciones cheleras, buscamos al experto cervecero Guillermo Ysusi, quien nos guió en una cata especial para encontrar 8 muy buenas cervezas, algunas de ellas son ediciones navideñas, para ampliar nuestros horizontes navideños. ¡Salud!

¡Felices fiestas!