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Comida

No hemos aprendido a hacer té correctamente

¿A qué temperatura se sirve? ¿La leche va primero o después? ¿Cuánto tiempo se deja infusionar? Los ingleses, obsesionados con el tema, quieren corregir nuestras aberraciones.
Photo via Flickr user carowallis1

La leche debe de ir primero. Es la última palabra sobre la preparación correcta del té, según un grupo de expertos del British Standards Institute.

Ahora, esto no es ninguna noticia. Después de todo, el BSI publicó su guía definitiva para hacer té, de diez páginas, en 1980. El documento, titulado "Preparación de licor de té para el uso de pruebas sensoriales", permanece vigente hasta el 2016. (*Por cierto, licor aquí significa infusión de té, no un trago de whisky servido en el English Breakfast debajo del escritorio.)

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Sin embargo, por alguna razón, el Telegraph decidió recordarnos que hay personas que ganan dinero por establecer procedimientos indiscutibles sobre uno de los actos más cotidianos del mundo. (El estudio incluso ganó un IgNobel Prize, que celebra avances absurdos aunque útiles en el campo de la investigación, 19 años después de su publicación). Y con esto, el mundo —especialmente el Reino Unido— ha perdido la cabeza al enterarse de que ha estado preparando el té de la forma incorrecta.

Los ingleses se toman el té tan en serio como un ataque al corazón, y una de sus más grandes preocupaciones es dónde entra la leche en la ecuación. Hasta ahora, la mayoría suele añadir la leche al té caliente, y no al revés.

Pero eso está mal, dice el BSI. Muy, muy mal.

"La experiencia ha demostrado que el té sabe mejor cuando éste se añade a la leche a una temperatura de entre 65º y 80ºC", dice el BSI.

George Orwell, sin embargo, no estaría de acuerdo con esto. En su famoso artículo sobre el té, escrito en 1946 y publicado en Evening Standard, el autor afirma que "uno puede poner la leche en la taza y después añadir la infusión caliente. Éste es uno de los puntos más controversiales en la preparación del té; de hecho, hay dos escuelas de pensamiento sobre el tema y en cada una de las familias inglesas hay alguien que está en desacuerdo con una o con la otra. La escuela de "la leche debe de ir primero" presenta argumentos fuertes, pero yo sostengo el mío y es irrefutable: al poner el té primero y luego la leche puedes medir exactamente cuánta de ésta quieres en tu infusión. De la otra forma siempre tendrás más o menos leche de la que querías".

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Pero el BSI dio un paso adelante. Dice que debe usarse una olla de porcelana blanca con tapa para calentar el agua (incluso incluyeron en su publicación un diagrama sobre la loza adecuada); que se debe verter el agua caliente sobre la tetera con las hojas de té previamente en ella; y que la proporción correcta es del 2 por ciento por cada 100 ml de agua.

Pero no creas que los investigadores del BSI son los únicos locos obsesionados con el té; el The Royal Society of Chemistry (RSC) publicó su propia guía en 2003 y no se desvía mucho de lo que dijo el BSI, a excepción de algunas diferencias clave: el BSI dice que el té debe reposar durante seis minutos, el RSC dice que solamente se necesitan tres. Ambos coinciden en que el agua debe calentarse en una olla y no directamente en la tetera, además recomiendan que ésta se precaliente un poco (con 30 segundos al fuego es suficiente) antes de verter el agua caliente y las hojas de té en ella.

"Se debe beber el té entre 60º y 65ºC", menciona el RSC. "Así se evitarán los sorbos vulgares ocasionados por el contacto de la lengua con un líquido demasiado caliente". Además está de acuerdo en que la leche debe servirse antes que el té, pero aclara que ésta debe ser pasteurizada y no a temperaturas tan altas, pues cuando la leche está muy caliente sus proteínas se desnaturalizan y otorgan un sabor desagradable.

Ok, son muchas instrucciones. Habrá que practicar y aprender echando a perder.