A principios de este año, viajé a Nou, un pueblo pesquero en la costa norte de Japón, a visitar la academia de entrenamiento de sumo. El deporte nacional no oficial del país se remonta a 2,000 años atrás. Se debe hacer un entrenamiento diario y riguroso para poder preparar a los luchadores hacia combates que se pueden ganar o perder fácilmente en cuestión de segundos, y esta escuela es donde este régimen empieza para los campeones futuros del deporte.
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Llegué a Nou en el primer día escolar y me presentaron a los estudiantes, algunos eran menores de 12 años, pequeños que se habían ido de sus hogares para poder estar ahí. Me uní al grupo a las 7 AM para caminar hacia el dohyō de entrenamiento (el anillo circular donde se lleva a cabo la lucha), en un edificio bastante anónimo, rodeado de hermosas montañas nevadas y los Alpes japoneses.
Durante la próxima hora, los estudiantes hicieron chistes, se ayudaron mutuamente a ponerse sus mawashis (taparrabos) y se recuerdan a ellos mismos usar las palabras que se dicen en los recitales y combates. Una vez entran al dohyō, haciendo venias de respeto hacia los dioses, y las sonrisas se convierten en fruncidos de ceño de concentración. Empiezan una extenuante sesión de entrenamiento que dura tres horas, cada estudiante empujando sus cuerpos tanto como puedan.Estos niños y adolescentes comen, duermen, entrenan y estudian juntos las 24 horas del día, con los entrenamientos y preparaciones de sumo que les consumen toda sus mañanas y sus otros estudios las tardes. Ellos se quedan en este colegio seis años, preparando y construyendo sus cuerpos y sus mentes con la esperanza de volverse campeones de sumo profesionales.Pueden ver mas del trabajo de Daniel en su página webSigue a Daniel Ali en Twitter
