Justo después del plebiscito, cuando Colombia le dijo NO al acuerdo de paz pactado entre el Gobierno y las FARC, nos encontramos frente a un paisaje desolador, pero común desde hace ya varios años: un país peligrosamente polarizado. La sensación se agravó durante las semanas que siguieron y de hecho, se afianzó con el reciente triunfo de Trump. La de habitar un mundo en blanco y negro, una frontera apocalíptica y violenta entre unos "buenos" y otros "malos".Ante este panorama, como narradores que somos nos preguntamos: ¿desde dónde contar esta realidad? Y por un tiempo largo, lo confesamos, quedamos silenciados…Después de darle muchas vueltas a la almohada durante aquellos días difíciles se nos ocurrió una idea: abstraernos de un presente que parece condenarnos a enfilar bandos, a enfrentarnos, y en vez de eso apelar a un derecho inalienable a todo ser humano: el poder de imaginar. Y como creemos que es justamente este el poder que ha caracterizado a los músicos más brillantes de este lugar y de este tiempo, decidimos entonces hacerles un llamado.Les presentamos entonces un experimento único en su especie, en el que 30 de los creadores más visionarios de Colombia, justo aquellos mismos que se han inventado nuestros nuevos horizontes musicales, fueron convocados para imaginarse el país del futuro. A cumplir, juntos, la fantasía última de la ciencia ficción: problematizar el presente desde el futuro.Desde el 1 hasta el 15 de diciembre, a través de Noisey y nuestro hermano Thump, estaremos compartiendo sus visiones de Colombia en el 2066. Contemplaremos la esperanza de la utopía y sentiremos el vértigo de la distopía. Nos miraremos en el espejo del mañana.