Si ustedes fueron adolescentes durante la primera década de este siglo, probablemente recuerden que los fines de semana, pasadas las once de la noche, Cartoon Network se ponía pesado: era la hora de Adult Swim. Una franja de caricaturas irónicas, críticas, sexuadas, absurdas y sobre todo extrañas. En verdad no había mejor forma de pasar un viernes de soledad por la noche que viendo programas increíblemente surrealistas como: Laboratorio Submarino 2021, Harvey Birdman Abogado y Pollo Robot. Pero sin duda, el mejor show de todos, era El Fantasma del Espacio de Costa a Costa.Esta serie fue la madre de todo Adult Swim y se estrenó en 1994. Pero muchos de nosotros éramos muy chiquitos para entender todas las extrañas locuras que pasaban en esa media hora de puro sarcasmo. Por suerte lo retransmitieron y así toda una generación creció envenenada por toda esta locura.Lo genial de este show es que sus creadores cogían fragmentos del Fantasma del Espacio, una serie de los años 60, y las reanimaban para darle vida a este absurdo talk show conducido por un tipo prepotente, orgulloso, irreverente y demente que entrevistaba a las estrellas del momento.Junto a él estaban Zorak, un bicho enorme que era un malandrín, y Moltar, una especio de robot o algo así que era todo noble y algo ingenuo. Una tripleta que se cagaba en todo y que marcó la adolescencia de muchas personas.El pasado fin de semana, C. Martin Croker, animador y la voz de Zorak y Moltar, falleció. En honor a él y su legado, Adult Swim habilitó en su página de forma gratuita más de 70 episodios de las nueve temporadas de la seria. Toda esa gente nostálgica podrá ver cómo el Fantasma del Espacio le mamaba gallo a Metallica, a Hanson –quienes "murieron" después de su visita al estudio–, a los Ramones, a Dave Grohl, a Shirley Manson, a Ice-T y un montón de gente más.Aquí les dejamos uno de los episodios más memorables de la serie. Cuando el Fantasma intentó piratear los discos de Radiohead frente a Thom Yorke y después se casó con Björk.Ese degenerado era un maldito genio.
Publicidad