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Música

Así o más forzado: los VMAs 2015

La ceremonia de este año demostró que con cada año que pasa, MTV es cada vez menos el centro de la discusión y será difícil que logre volver a serlo.

Por más de 30 años, los MTV Video Music Awards han unido a las estrellas de pop, rock y hip-hop más grandes del mundo en un mismo lugar para celebrar sus logros y confrontar sus diferencias, pero éste es más que una entrega de premios promedio. Desde el principio, aquí todo ha girado alrededor del flash y el espectáculo y desde aquella vez que Madonna se revolcó en el escenario con un vestido de novia en la edición inaugural de 1984, los VMAs han estado buscando superarse a sí mismos en cada edición. ¿Se superará alguna vez la pelea entre Kurt Cobain y Axl Rose de Guns N Roses en 1992? ¿O la vez que Courtney Love le tiró su disco a Madonna durante una entrevista previa al show en 1995? ¿O a Diddy rindiéndole tributo a Biggie con Sting en el 97? ¿Diana Ross jugando con las tetas de Lil Kim en 1999? ¿Madonna dándole un beso a Britney Spears y a Christina Aguilera en el 2003? ¿Kanye West vs. Taylor Swift en el 2009?

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En años recientes, las controversias del show, sin contar la diatriba de West contra Swift, se han sentido bastante planeadas, como algo forzado, cuando el magnetismo de las celebridades debería haber sido suficiente. Así es como llegamos a la muy comentada presentación de Robin Thicke y Miley Cyrus cantando "We Can't Stop" y "Blurred Lines", en el 2013, la cual fue criticada por su hípersexualidad y por "promover la promiscuidad". El desastre de Miley/Robin fue el intento de los VMA por causar controversia y generar miles de encabezados en medios alrededor del mundo, pero la alternativa más conservadora, demostrada el año siguiente, no tuvo particularmente una mejor recepción. Los televidentes se redujeron 1/5 en el 2014 a comparación del año anterior y son recordados prácticamente por problemas que tuvo Nicki Minaj con su guardarropa y poco más.

Fue algo muy VMA el pedirle a Miley que regresara este año como la anfitriona. Ella representa a la perfección la mezcla de intriga, talento y gusto cuestionable que busca el show y que el público espera a ver. Ella no tiene pelos en la lengua, tiene un espíritu libre y no hace mucho seguía teniendo un programa de televisión en el canal de Disney. Todo esto la hace un personaje propenso a las controversias. (Por ejemplo, hace una semana criticó a Nicki Minaj en una entrevista por decir que a lo mejor Miley no se merecía sus premios y se quejó de que Kendrick Lamar era un hipócrita cuando rapeaba sobre LSD… cuando nunca ha hecho canciones sobre esa droga.) Cuando está encencida, Miley genera momentos commpletamente memorables. Pero cuando no está cómoda, puede ser desesperante. Anoche, a Miley le fue fatal. Sus skits no funcionaron, sus monólogos fueron torpes y sus atuendos eran como copias mal logradas de vaporwave. Se notaba que estaba forzando las cosas. Todos los chistes se sentían súper viejos, los sketches se alargaban hasta que ya eran aburridos. Uno que fue ligeramente cómico empezó con una discusión con Snoop Dogg sobre unos brownies mágicos y terminó con un cochino que rapeaba y una abuela cocinando con sus ojos. El momento más real llegó al final del show, cuando algunos miembros de la fundación de Miley, la Happy Hippie Foundation, dieron unas palabras, introduciendo una presentación inesperada de parte de Cyrus, en la cual se le unieron varios trasvestidos, además de los Flaming Lips. Fue un recordatorio claro de que Cyrus sigue trabajando por desprenderse de la imagen de estrella infantil que llegó a tener hasta hace no mucho, además de mostrar ser una artista queer en el mainstream. Es una pena que los momentos del show que la mostraron en su mejor momento fueron contados.

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Más allá de ella, los VMAs fueron un tira y afloje entre el intercambio y la apropiación cultural: casi al final del pre-show Taylor Swift estrenó su video para "Wildest Dreams", el cual mezcla al viejo Hollywood con un safari africano, en el que sólo habían personas blancas y animales de zoológico, pero que al final buscaba asegurarle al público que iba a generar dinero a la comunidad local en el que se grabó. Justo después Nicki Minaj se subió al escenario para interpretar "Trini Dem Girls" vestida con ropa de carnaval y Taylor se le unió (después de su pelea por Twitter hace unas semanas) para cantar brevemente (y de manera incómoda) un pedazo de "Bad Blood". A esto le siguió inmediatamente la presentación de Macklemore y Ryan Lewis, tocando su infernal sencillo "Downtown". A$AP Rocky hizo un inexplicable popurrí de cinco canciones con Twenty One Pilots, un momento tan escalofriamente que sería mejor no volverlo a recordar nunca. Iggy Azalea regresó mediocremente a rapear con un verso que nadie pudo entender durante una aburrida presentación de un hit de Demi Lovato. Parece que su descanso temporal de la música fue un error. Macklemore, por el otro lado, es un mejor artista de lo que era el año pasado: durante la elaborada presentación de "Downtown", le dio tiempo a las leyendas del rap Kool Moe Dee, Melle Mel & Grandmaster Caz, quienes colaboraron en su álbum y que en otra época probablemente sólo hubieran sido reconocidos en los agradecimientos del disco.

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"Downtown" terminó siendo una de las presentaciones más memorables de la noche gracias a sus intensos pasos de baile, inspirados en West Side Story. Otras presentaciones fueron más amables con nuestros oídos, como el mega hit "I Can't Feel My Face" de The Weeknd y el doblete de Justin Bieber con "Where Are Ü Now" y "What Do You Mean?", pero ambas fallaron visualmente en usar el foro de manera emocionante. Sin embargo, es claro que Bieber está buscando reivindicarse con sus fans, después de que su gira del año pasado logró en hacer justo eso. Incluso lloró en su desesperado intento por lograrlo.

Does he have your vote America? — MTV (@MTV)agosto 31, 2015

Y hablando de gente con un ego enorme que busca la redención en los VMAs, Taylor Swift le dio el premio Video Vanguard a Kanye West. Después de un gran montaje de momentos clásicos de videos de Kanye, Taylor recordó cuando compró The College Dropout en iTunes cuando era una puberta (aunque todos sabemos que más bien debían haber comprado Here for the Party), el haber conocido a Kanye por primera vez en el incidente de los VMAs del 2009, que inexplicablemente parece que nadie ha superado y eventualmente haberse convertido en su amiga. Cuando Taylor dejó de hablar de sí misma, Kanye West subió al esceario: posiblemente borracho, definitivamente trabado y reflexionando sobre su década yendo a entregas de premios. La verdad es que ver el discurso completo vale la pena y verlo aceptar un premio de una institución que él siente que no lo ha reconocido como debería fue de los mejores momentos de la noche. Y además anunció su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos.

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(Otro gran momento de la ceremonia fue cuando Nicki Minaj le echó mierdas a Miley por la entrevista que le dio al New York Times, en donde la criticaba. Puede que todas las peleas entre Nicki, Taylor y Miley fueran algo planeado para el evento, tipo la WWE, pero la cara de Miley nos hace pensar lo contrario.)

Finally i got an hd version — MILEY WHAT'S GOOD (@kiwibtch)agosto 31, 2015

Sin embargo, los momentos bajos de la noche definitivamente superaron los momentos placenteros. Como en el 2009, Taylor ganó todos los premios que estaba peleando contra Beyoncé, aunque Bey ganó algunos (que no aparecieron en la transmisión en vivo). Lo mismo le pasó a Kendrick Lamar, quien ganó tres premios fuera de las cámaras y ni siquiera subió al escenario a celebrar que "Bad Blood" haya ganado el Video del Año. Darle el premio a "Bad Blood" se sintió justo simplemente por el nivel de la producción y le permitió a MTV el festejar a Taylor sin rechazar explícitamente a Kendrick; sin embargo, "Alright" hubiera sido un gesto mucho más importante. "Alright" sí ganó por Mejor Director (fuera de las cámaras, igual que "Never Catch Me" por Mejor Fotografía) pero inexplicablemente perdió contra "Anaconda" por Mejor Video de Hip-Hop y ni siquiera fue nominado por Mejor Video con un mensaje social. En general, los ganadores fueron medio olvidables y lo mismo con la selección de rock, rap y pop de parte de MTV. Si existe espacio en el show para lo que sea que Tori Kelly toque, entonces también debería haber espacio para Miranda Lambert o Sam Hunt. Dejar al country fuera del "cool" de MTV parece inexplicable en un verano en el que Luke Bryan está vendiendo muchos más discos que Dr. Dre. El EDM tampoco fue mencionado anoche. El mundo de la música de los VMA probó estar atorado en una época del pasado.

En resumen, los VMA del 2015 revivieron los mismos viejos trucos de siempre, buscando controversia en lugares en los que no la había, quizás porque así es como un show como este permanece siendo relevante, en una época en la que la tecnología ha cambiado substancialmente las cosas. Estamos en una era en la que tenemos el control completo de la música que escuchamos en casa, en la calle, en el trabajo y hasta en los taxis. Y lo mismo está pasando con la televisión gracias a que Netflix, el DVR y cosas como Hulu nos permiten ver la TV a la hora que queramos y en donde queramos. La ceremonia de este año demostró que con cada año que pasa, MTV es cada vez menos el centro de la discusión. El prestigio que tienen está desapareciendo. ¿Existe manera de mantenerlos relevantes sin caer en los momentos planeados y vergonzosos de anoche? ¿O pasará con esta ceremonia lo mismo que con las tiendas de discos? El adolescente noventero dentro de mí quiere que sigan siendo relevantes por otros diez años, pero mi yo presente no ve cómo pueden lograrlo.

Craig Jenkins está en Twitter.