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¿Qué tan cierto es lo que dice la youtuber del Distrito sobre la Van der Hammen?

Verdades, verdades a medias y mentiras de Loa sobre la urbanización de la reserva.

Hace dos días, la alcaldía de Enrique Peñalosa volvió a agitar el debate sobre si construir o no sobre la reserva Van der Hammen, actualmente protegida por su potencial ecológico. A través de un video, la youtuber oficial de esa administración, Loa, dijo que iba a explicar de qué se trataba todo el asunto con la reserva. Durante trece minutos expone sus argumentos para defender la construcción sobre ella de varias vías que podrían descongestionar el norte de la ciudad. Hicimos chequeo de las afirmaciones principales del video para ver qué tan firme es la defensa.

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1. El humedal La Conejera no hace parte de la reserva Van der Hammen El profesor Thomas van der Hammen habló de "estructura ecológica principal" para referirse al conjunto de ecosistemas claves que al estar interconectados garantizan la biodiversidad y la provisión de servicios ambientales en una región. La reserva que lleva su nombre forma parte de la estructura ecológica principal de la sabana de Bogotá, pues conecta los cerros orientales, los humedales de Guaymaral, Torca y La Conejera, los relictos de bosque, el cerro La Conejera y el Río Bogotá. Varios ambientalistas han dicho que la Van der Hammen importa más por lo que conecta que por lo que contiene. 2. La reserva hoy no existe como tal. No es que haya un bosque, en la mayoría del terreno no hay ni siquiera árboles. La reserva es una idea en un papel. La reserva es un proyecto que está en curso desde que Enrique Peñalosa propuso urbanizar el norte de la ciudad en su Plan de Ordenamiento Territorial en 1999. Esa urbanización incluía el área que hoy es la reserva. El permiso lo tenía que dar la Corporación Autónoma Regional (CAR). Para resolver la disputa, Juan Mayr, entonces ministro de Medio Ambiente, le pidió ayuda a un panel de expertos. Con base en las recomendaciones del panel, el ministerio creó en el 2000 la reserva y le ordenó a la CAR encargarse de la declaratoria. La CAR lo hizo en 2011: protegió las 1.395 hectáreas que hoy conocemos como reserva. En 2014 publicó el plan de manejo ambiental de la reserva. En 2015, en la alcaldía de Gustavo Petro, la reserva fue declarada suelo de interés público. En efecto, la reserva existe jurídicamente. Sin embargo, y quizás es a lo que apunta la youtuber, su consolidación no está definida. 3. En el 92.2% de la reserva hay de todo. De todo menos bosque virgen y animalitos salvajes corriendo por ahí. Hay canchas de fútbol, potreros, cultivos de flores, una universidad y varios colegios, industrias, comercio y viviendas. Cierto. El Plan de Manejo Ambiental que elaboró la CAR suma 1.286 hectáreas dedicadas a industria, comercio, usos agropecuarios, colegios, cementerios e incluso desecho de residuos. El resto de la reserva, 108,5 hectáreas, son vegetación y recursos hídricos. 4. La gente piensa que la reserva es del Distrito. La mala noticia es que no: es de privados. Comprarla, para sembrarle arbolitos, costaría billones de pesos. Actualmente la reserva cuenta con más o menos 400 predios. Una investigación de El Espectador reveló que apenas 30 empresas o sociedades son dueñas de 1.020 hectáreas, que equivalen al 76% de la reserva. Allí constataron que a la industria de flores y cultivos le pertenece el 25% de la zona protegida. Luego van los constructores, con 19%; las inmobiliarias, con 5,7%, y los bancos, con 2,3%. En 2011, tras la declaratoria de reserva por parte de la CAR, se contempló la posibilidad de que el Distrito adquiriera las 1.395 hectáreas para dedicarlos a la conservación, el avalúo que hizo Catastro apuntaba a que comprar esos terrenos valdría por lo menos 300.000 millones de pesos, algo así como 20 mil pesos por metro cuadrado. Otras fuentes han dicho que el precio sería de aproximadamente 1 billón. Sin embargo, Peñalosa ha dicho, como repitió la youtuber de la alcaldía, que serían billones: más exactamente 2,5. 5. Dentro de la reserva hay zonas que vale la pena proteger y que el Distrito está absolutamente comprometido con que sea así. Estas zonas equivalen a 108 hectáreas: el 7,78% de la reserva. La administración de Peñalosa ha insistido en proteger las 108 hectáreas que el Plan de Manejo Ambiental de la CAR identificó como vegetación y recursos hídricos. En ese mismo Plan, la CAR establece cuatro categorías para proteger y revivir la reserva. Es decir, limita el uso de los suelos. La primera, zonas de protección, equivale al 5,84% de la reserva y comprende sistemas hídricos, vegetación y canales. Allí se prohíbe cualquier tipo de intervención humana. La segunda, zonas de restauración, equivale al 39,6% de la reserva y su objetivo es restablecer "las condiciones naturales originales, a través de actividades de revegetalización y restauración ecológica". Allí están incluidas, entre otras, las áreas periféricas a cuerpos hídricos, los suelos de protección por riesgo y el corredor de conectividad ecológica. En esa zona, según el Plan, tampoco se puede construir vías ni edificaciones. La tercera categoría, zonas de protección del paisaje, cubre el 9,9% de la reserva. Según la CAR, son áreas "que deben manejarse en forma especial por haber sido declaradas como monumentos o áreas dignas de conservación". Allí se permite agricultura y ganadería pero se recomiendan prácticas ecológicas. Finalmente, la cuarta categoría, zonas de uso sostenible, equivale al 44,6% de la reserva y son "espacios donde se permiten actividades controladas, agrícolas, ganaderas, forestales y habitacionales no nucleadas con restricciones en la densidad de ocupación, bajo un esquema compatible con los objetivos de conservación de la reserva". 6. La reserva es una buena idea, pero en 16 años los gobiernos han podido destinar muy pocos recursos para que se compren terrenos a los privados y poder convertirla en realidad. La alcaldía de Gustavo Petro tenía una visión radicalmente opuesta a la de Peñalosa respecto a la reserva. A través de una resolución, en 2015 se declaró la zona como "suelo de utilidad pública". Con eso, el Distrito podría hacerles ofertas a los dueños de los predios. En caso de que se negaran, podría expropiar. Pero los procesos de expropiación son largos y la compra al precio del avalúo catastral no convenció a los propietarios, por lo que la administración de Petro no pudo hacerse con ninguno de los predios. Antes de entregar el cargo, la alcaldía pasada dejó más de 130.000 millones para continuar con la compra. Peñalosa, sin embargo, ha frenado ese proceso. Para él, comprar esos predios costaría más de 2 billones. Exfuncionarios de Petro, como María Mercedes Maldonado o Germán Ardila, siguen defendiendo la compra al precio que estableció Catastro. 7. El Distrito está haciendo una propuesta ambiental para que se logre una verdadera conectividad entre los Cerros y el Río Bogotá. Creación de corredores verdes a través de los ríos Fucha, Tunjuelo y Salitre para plantar 1.400 hectáreas de bosque donde más se necesita. En efecto, el Distrito está mandado por ley a proteger los afluentes del río Bogotá. La CAR tiene el diseño de cómo se deben proteger. Peñalosa debe hacerlo sea cual sea la decisión sobre la reserva. Manuel Rodríguez, exministro de Ambiente, explica que "claro que eso hay que hacerlo, pero eso no reemplaza la reserva, donde, de acuerdo al profesor Van der Hammen, hay unas características humedad, unos relictos naturales interesantes, etc.". El gremio ambientalista se ha opuesto a la intención de Peñalosa de trasladar la reserva. Ellos argumentan que, a pesar de que se creen zonas verdes, no se pueden mover los ecosistemas arbitrariamente de un lado a otro. 8. Es más que evidente que el norte de la ciudad está urgido de vías. La Autopista Norte es la única vía de acceso que tienen los bogotanos para entrar por el norte de la ciudad. Las vías que se tendrían que construir o ampliar y que pasan por la reserva son la ALO, la Boyacá, la Cali y la 170. Peñalosa y su gabinete argumentan que la ciudad está colapsada por el norte. Los trancones demuestran que hacen falta vías. En eso tiene razón la youtuber. Lo que es debatible es que la ALO, la Boyacá y la Cali sean las vías necesarias. Para los opositores, como María Mercedes Maldonado, solo serían necesarias esas vías en caso de que se vaya a urbanizar la reserva. Y esa, dice, es una pregunta distinta. "Por ahora, si no se va a urbanizar la Van der Hammen, se podría trabajar sobre la Séptima, la Novena, ampliar la Autopista y el corredor férreo del norte". Otra opción que se ha planteado es no construir el cuarto tramo de la ALO, es decir, el del extremo norte, y dejar únicamente los tres primeros. Esos primeros tramos también afectarían humedales, pero incluso opositores a Peñalosa consideran necesaria la construcción de la avenida en ese sector. 9. Desde que la CAR delimitó la reserva contempló el paso de vías a través de ella. La CAR sí habla de vías sobre la Van der Hammen. Sin embargo, en el Plan de Manejo Ambiental especifica las condiciones bajo las que estas se podrían construir, adecuar o modificar. Básicamente, en términos de vías, la reserva es intocable a no ser que se sustente debidamente ante esa autoridad ambiental, que es lo que la administración de Peñalosa ha pretendido. 10. Apenas se necesita un 6,5% de la reserva para hacer un gran cambio en la movilidad de la ciudad. Esa cifra se refiere al porcentaje exacto de hectáreas que ocuparían las vías que pretende hacer Peñalosa. Lo que no incluye son, por un lado, las implicaciones de construir esas vías (como que incentive más infraestructura), y, por otro lado, todo el resto del proyecto urbanístico que él mismo tiene planeado para el norte de la ciudad. Peñalosa ha dicho que quiere utilizar 1.200 hectáreas que hoy son zona protegida. Además, todavía es objeto de debate la necesidad de esas vías. Por un lado, están quienes insisten que construir la ALO y ampliar la Boyacá, la Cali, y demás vías, es la única solución para descongestionar ese sector de la ciudad. Por otro lado, están quienes creen que hay alternativas como optimizar el transporte público o construir vías que no pasen por encima de la reserva.