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La semana del más allá

Una charla escéptica con Mia Astral, la astróloga más famosa del momento

HALLOWEEN | Enfrenté mi odio hacia la astrología hablando con ella de incrédulos, horóscopos de periódico y astrólogos mentirosos.
Foto: Cortesía Mia Astral | Montaje: VICE Colombia

"Eres el geek más geek del mundo. Eres la persona de los life hacks. ¿Sabes qué son? Son truquitos que te hacen la vida más simple", afirmó, entusiasmada, Mia Astral, del otro lado del teléfono. Yo acababa de confesarle que, según la carta natal que alguna vez me salió en una página gratuita de internet, yo era Virgo, ascendente Acuario, con la luna en Aries. "Las personas con mezcla Virgo-Acuario son las personas que tienen los trucos para resolver todo".

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Aunque siempre he odiado la astrología, las palabras de Mia lograron sacarme una sonrisa. Por primera vez, un intento de lectura sobre mi vida desde los planetas me producía alegría y no desconfianza, escozor e ira. No porque fuera cierto, sino porque me hizo pensar que, quizá, en una vida paralela, yo podría haber sido un geek con soluciones prácticas para la vida. Y esa imposibilidad me hizo feliz.

Pero, en el fondo, soy un escéptico. Soy de los que detesta que alguien afirme —con esa certeza casi científica que ostentan los fanáticos de la astrología— que la carta astral le define la vida a uno. No sé nada de lunas, movimientos astrales, retrogradaciones, casas o emplazamientos. A duras penas recuerdo mi fecha de nacimiento. Por eso, en un ejercicio de curiosidad activa, el viernes pasado resulté ahí, teléfono en mano, charlando dichoso con la astróloga latina más famosa del mundo.

Y, en contra de mis propios pronósticos, le encontré sentido.

María Pineda nació en 1983 en Venezuela y ahora vive en Miami. Se graduó como abogada, pero se dedicó a estudiar astrología cabalística y, con el tiempo, transmutó en su alter ego: Mia Astral. Con sus lecturas de los climas astrales, sus predicciones y consejos prácticos de vida desde los movimientos de los planetas, fundó un emporio en el que, hoy en día, colaboran más de sesenta personas. Tiene más de un millón de seguidores en Facebook, casi 112.000 suscriptores en su canal de YouTube y superó los 700.000 seguidores en su cuenta de Instagram.

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Sus fans la adoran: le escriben, le piden consultas para conocer sobre su vida amorosa, ven con fervor sus videos para saber cómo proceder semana tras semana dependiendo de las posiciones de los planetas. Y Mia retribuye: publica videos casi diarios, tiene una página web con horóscopos, enseña a leerlos, responde a las preguntas que le llegan, dicta cursos y talleres. Este año, publicó con Editorial Planeta dos libros: El libro de las relaciones, y sus Predicciones 2018.

Con Mia hablamos de escepticismo, horóscopos de periódico, astrólogos mentirosos y predicciones fallidas. Ah, y de Venezuela, por el ladito.

VICE: Mía, cuéntame cómo se prepara uno para ser astrólogo. ¿Cómo llegaste tú a serlo?
Mia Astral: El estudio de la astrología no es como que estudiaste y te graduaste: no es una carrera. En mi caso, siento que nací en el lugar adecuado. En mi familia era un tema natural: siempre se hablaba de lo que estaba pasando con las estrellas, de dónde estaba la luna y mi abuela solía comentar sobre los astros y lo que hacían acá abajo.

Todo cambió cuando tuve una situación difícil en mi juventud y fui a un astrólogo de mi ciudad. El astrólogo me dijo: "Pobrecita, naciste con el sol al lado del nodo sur, prepárate porque nunca vas a lograr nada importante, tienes que conformarte con lo que tienes". Y yo salí de la consulta como: "No, no me puedo quedar con esto, no puede ser". Me puse a investigar por mi parte todo el tema de los nodos, lo de los eclipses, porque no creía que eso fuera así.

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Eso fue en un momento en el que estaba pasando por un desorden alimenticio e iba a terapia. Mientras estaba esperando para entrar a una sesión, coincidí con un sacerdote que trazaba cartas astrales. Él fue el que me enseñó a trazar cartas from scratch: sin ordenador, sin software, a mano. Él me enseñó la técnica, una que no se utiliza hoy en día. El resto lo hice yo estudiando.

Dices que lo tuyo es astrología cabalística. ¿Qué es eso? ¿Cómo se diferencia de la astrología corriente o la de alguien como Walter Mercado?
Es muy diferente. La astrología tradicional te dice, por ejemplo: "Tú eres Leo, te encanta llamar la atención pero también eres orgulloso. Es lo que hay, no puedes hacer nada". Pero la cosa no es así: la astrología cabalística nos explica que cada una de las posiciones en nuestra carta es como una semilla que puedes cuidar y decides cómo quieres hacer crecer. En la cabalística diríamos: "Sí, eres Leo, sí, está la tendencia a querer llamar la atención. Pero vamos a enfocarnos en llamar la atención por las razones correctas: cuál es tu propósito, qué quieres compartir con el mundo, cómo quieres ser canal de luz".

La astrología tradicional da la tendencia a endosar la responsabilidad: "No fui yo, fue Mercurio retrógrado". No, no. La astrología cabalística deja el poder dentro de ti y tú decides, porque tienes libre albedrío. Siempre puedes tomar decisiones. Pero a la gente le gusta mucho más que le digan qué hacer para quitarse responsabilidad. "Si no funciona, no es mi problema, es problema de la persona que me dio el consejo".

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Un astrólogo convencional diría: "Tu esposa nació con Venus en Escorpio, entonces a tu esposa le encanta controlarte y dominarte". ¡Ya va! Venus en Escorpio también es de una mujer muy entregada, muy atenta, que es capaz de empujar a otros a través de momentos oscuros. La diferencia la hace tu nivel de conciencia, eso enseña la astrología cabalística. Como si dijera: "Mira, el Titanic de una es el long boat de otra". ¿Cuál es la diferencia? El nivel de conciencia.


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Mucha gente dice saber leer cartas astrales o decirte quién eres a través de tu signo. ¿Cómo detectar a alguien que está hablando mierda?
Si quieres una buena lectura de carta astral necesitas una consulta y lo mejor sería poder ver en persona al que te está consultando. Que te explique todo lo que te está diciendo. Si alguien te dice, "Yo veo algo en esta esquina de tu carta", entonces tienes que estar atento y preguntar: "¿Dónde, señora? ¿En Saturno, en el grado 23? ¿Dónde lo ve?". Que te expliquen con fundamento qué es lo que están diciendo. "¿Es un tránsito? ¿Es un emplazamiento? ¿Es de la carta astral? ¿De la carta solar? ¿Qué sistema de cartas usa?".

Pero, ¿y si uno, por ejemplo, no sabe su hora de nacimiento? ¿Cómo le sacan la carta astral? En esas páginas web de cartas natales siempre piden datos que muchas veces no se saben con certeza…
No hay problema. Yo hago unas preguntas para ubicar el tránsito de Saturno, porque esos tránsitos dan manifestaciones reales del mundo real. Así ubico los ascendentes. Eso toca con alguien que sepa, no con un anuncio en una página web que te dice que te saca la carta astral gratis. Esas copias de lo que manda un software son solo lineamientos generales de las alineaciones, pero no hablan para nada del individuo. Tú no puedes mandarte a hacer una dieta con un nutricionista que no te pregunta qué alimentos consumes, o qué alimentos se consiguen allá en Bogotá, ni cuál es tu ritmo de vida, ni cuántas horas duermes. Hay que conocer al individuo.

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Porque si no, diríamos también que alguien que nació el mismo día en Bogotá y otro en Toronto tendrían la misma vida. Y no es cierto, por el principio de bioindividualidad: tu formación, tu educación, todo eso cuenta.

Tú, que has estudiado eso, ¿qué piensas de los astrólogos de internet o los que te cobran para predecirte el futuro?
Es como todo, Felipe. Tú sabes que si mandas a hacer un anuncio para tu página web y alguien te va a cobrar 200 pesos, piensas que es muy caro y lo mandas a hacer con tu primo, te va a salir mal. Lo barato sale caro, porque la visión de tu carta es la visión de ese astrólogo. Y si ese astrólogo tiene una visión limitada, te va a pasar lo que me pasó a mí cuando yo fui de chiquita: "Pobrecita, nodo sur, pobre tu vida". Tiene que ser una persona que está todo el tiempo intentando ampliar la visión de sí misma y de la vida, alguien que tenga la apertura para aprender. Ahora, si quieres algo rápido, como un combo de comida rápida para llevar, hay muchas personas que son amateurs y saben cositas —la luna en tal signo, el sol en tal signo—, pero no tienen la capacidad de hablar de tránsitos, de progresiones, de arcos solares, que dan toda la información relevante.

¿Y te da rabia leer los horóscopos de periódico?
(Risas). No, no me molesta porque ajá, eso está ahí para algo. Tú, que trabajas en redacción, sabes que hay que llenar una parrilla diaria, hay que llenar contenido. Y siempre va a existir alguien por ahí que diga que hace o recicla horóscopos. Yo he visto periódicos que dicen: "Te va a pasar esto, porque mañana Mercurio arranca directo…" y uno, que sí sabe, piensa: "¿What? Pero si en este momento Mercurio ni siquiera está retrógrado". Pero sé que es para llenar páginas. Cada quien con su rollo.

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Desde la línea que tú practicas, ¿los países también se determinan por el clima astrológico?
No se trata de determinar. No es de echarle la culpa a los planetas. Mucha gente piensa que es por culpa de Mercurio retrógado que algo pasa. No: es como si lo que está pasando arriba reflejara lo que está pasando abajo. No lo determina, lo describe. No es culpa de un planeta que algo esté pasando, pero típico que pasa un terremoto o un volcán y, preciso, Plutón está activo y Urano está activo. Pero uno no puede endosar responsabilidad y decir: "Claro, es que es culpa de Plutón o de Urano".

Leí que en una entrevista en Diners decías que, en tus predicciones, te habías descachado con Venezuela porque "está bajo un manto oscuro donde nada pasa". ¿Qué te dicen los astros de la situación venezolana ahora?
Los países sí se influencian por los astros, pero para eso hay astrólogos colectivos. Yo no hago astrología colectiva, por eso no hago ningún overview de países. El que haga una revisión de un país tiene que estar en contacto con todo lo que esté pasando allí, todo: desde quiénes están en los altos mandos, cuáles son sus cartas astrales, cuáles han sido los ciclos y tránsitos de ese país, etcétera. Eso nunca me ha llamado la atención. Además hace mucho ya no vivo en Venezuela. Me han llamado la atención ciertos eventos, pero se los dejo a los especializados. A mí me interesan más las conexiones interpersonales, hacer coaching para romper patrones. Cualquier cambio colectivo empieza con un tránsito individual. Por eso nunca me meto con los climas políticos o sociales de un país.

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¿Alguna vez alguien que no crea en este rollo te ha confrontado?
Al inicio sí me criticaban, cuando estaba empezando. Lo que pasa es que considero que sé de lo que hablo. Además hablo de manera convincente, con pruebas. No es que tenga los planetas en la mano, pero cuando atiendo en consulta y estoy hablando de momentos exactos de la vida de alguien, la gente siempre dice: "Wow, no lo puedo creer". Hay gente que lee mis horóscopos y dice: "Exactamente estás hablando de algo que sí me pasó el 23 de septiembre". Ya no me sucede que me critiquen tanto. Además, porque no hablo con la astrología sola, utilizo la astrología con coaching y psicología, con el entendimiento del ser humano. Entonces tiene sentido.

¿Qué piensas de quienes, como yo, no creemos en la astrología?
Siempre habrá personas escépticas, es normal. Pero para cada persona hay un lenguaje y va a haber alguien que les llegue con esto. Entre más simple pongamos el lenguaje de la astrología, más accesible será para un ser humano que tiene conocimientos nulos o básicos de eso. Así podemos invitar a que la gente, por lo menos, explore que puede ser una herramienta de autoayuda. Que abran la posibilidad.

Mi experiencia es que a un escéptico, si le hablas como toca, queda enganchado. Porque el ser humano necesita creer en algo, el ser humano necesita la fe. Por eso desde chiquitos nos meten el CD de la religión. Después la cosa va cambiando un poco: vamos de religión a ideologías, luego recurrimos a la psicología, la terapia, la astrología. Incluso la numerología. Y contigo va a quedarse lo que resuene más a lo largo del tiempo.

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Una duda que siempre he tenido: ¿los astrólogos se leen sus propias cartas astrales? O sea, ¿Mía Astral puede hacerle una consulta a María Pineda?
No (risas). Yo puedo leerla, pero uno nunca es objetivo con sus propios tránsitos. Siempre les he hecho bromas a mis amigas y les digo: "Necesito una Mía Astral que me ayude porque de verdad estoy como trancada".

Sí hago cosas: evito viajar en días que hay muchas tensiones astrales, esas cosas sí. Que no firmo un contrato si tengo a Mercurio retrógado malafectando mi propio Mercurio, también. Pero no es que no salga sin ver mi carta.

Y una última curiosidad: ¿hay cartas astrales que lo predisponen a uno a no creer en el cuento de la astrología? Puede ser el caso de, por ejemplo, la mía (risas).
Hay, hay emplazamientos (risas). Incluso en la mía propia: Mercurio en Capricornio. Yo nací con Mercurio en Capricornio y yo no creo en nada hasta que lo compruebe. Es muy cómico: lo sé porque es el que yo tengo. "Pruébamelo, si no, no te creo", así soy yo. Saturno en Virgo, también. Hay varias que hacen que no solo puedas ser escéptico, sino que exijas pruebas para creer. Show me, muéstrame.

Pero también hay emplazamientos de gente que se vuelve muy creyente en esto. Neptuno en Piscis, o Neptuno en el ascendente. Les encanta armarse novelas y creérselas, porque viven de eso. Les encanta la sensación de algo que están creando como si fuera una fantasía. Hay de todo. Igual habría que ver la carta completa. Pero, al final del día, todos queremos creer en algo. Tú eliges en qué creer; yo, por mi parte, encontré la astrología.