Conviértete en un oso de peluche asesino en el primer videojuego de Realidad Virtual mexicano

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Conviértete en un oso de peluche asesino en el primer videojuego de Realidad Virtual mexicano

Quien se ponga el visor de VR se convierte en un oso de peluche vengador llamado Griff, que defiende con armas de fuego a una niña.

Artículo publicado por VICE México.

Es el cuarto oscuro de alguna mansión que parece abandonada. Vemos en todas direcciones, algunos muebles apenas iluminados y más allá rincones negros donde no sabemos qué se oculta. No pasa mucho tiempo para que un ser diminuto se aproxime: es una especie de muñeco de porcelana, sin ropa ni cabello, sucio y viejo, que avanza lento y con los brazos extendidos. De un escopetazo le volamos la cabeza y desaparece. Traemos dos de estas armas en nuestras manos, que son más bien como garras: bultos de peluche afelpado con largas uñas negras que jalan los gatillos. Otro muñeco idéntico sale de las sombras. Luego otro y otro más; se multiplican y vienen de todos lados. Llega un punto en que nuestros disparos ya no son suficientes y nos hacen daño. Morimos. Basta con quitarnos los lentes para volver a la sala, un lugar mucho más iluminado y sin muñecos diabólicos.

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Ese cuarto maldito nació en un pequeño rincón de Guanajuato, donde varios jóvenes iniciaron el sueño de muchos: trabajar en una empresa de videojuegos. Llevan por nombre Game Coder Studios y desde noviembre de 2012 luchan por sobresalir en la incipiente industria de videojuegos en México. La prueba de su trabajo está en ese pesado artefacto que esconde secretos que sólo los que ahí laboran comprenden. Una especie de visor que cubre por completo los ojos, amarrado a la cabeza con correas, para transportar al usuario de la sala de Game Coder al mundo de Sophie’s Guardian. Quien se los ponga se convierte en un oso de peluche vengador llamado Griff, que defiende con armas de fuego a la niña protagonista de las criaturas que minutos atrás nos asesinaron.

Se trata del primer videojuego de realidad virtual desarrollado en México, que actualmente se encuentra en la etapa conocida como “early access”, que quiere decir que ya se puede jugar pero todavía no está terminado en su totalidad. Aun así, ya tienen algunas 1,000 copias vendidas y la empresa CTRL V, les compró 100 licencias para llevar el juego a diversos arcades de realidad virtual en Estados Unidos, Canadá, Europa y Asia. Game Coder planea desarrollar más niveles y jefes de este juego de supervivencia este año o el siguiente, para completar una versión definitiva. Este juego les cambió la vida, pues el descubrir la realidad virtual y sus diversos usos, supuso una nueva forma de ingreso que les permitió subsistir en el difícil mundo de hacer videojuegos.

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Hechos en casa

Alberto Ramírez, cofundador de esta empresa, recuerda cómo de niño se sentaba frente a su Super Nintendo a jugar Zelda, Final Fantasy y Metal Gear. Más adelante conoció a Marcel Stockli y Luis Vargas, compañeros de escuela con quienes compartía estos gustos. “Antes de entrar a la universidad conocí a Marcel, en una olimpiada de informática mexicana”, recuerda. “Nos traían acá a Guanajuato a entrenar y fue donde lo conocí. Nos hicimos amigos y en el transcurso de la olimpiada dijimos: ‘¿qué te parece si hacemos una empresa de videojuegos?’ Y sí, empezamos a hacer cosas pero pues éramos bien jóvenes, ni teníamos dinero, ni nada”.

Los tres estudiaron Informática en el Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT) de la Universidad de Guanajuato (UG). Y así fue como contactaron a Microsoft, pues la empresa suele ir a la UG en busca de talento. Alberto, Marcelo y Luis fueron seleccionados para irse a un internado en la compañía de Bill Gates y aceptaron, pero con un objetivo claro: reunir dinero suficiente y regresar a Guanajuato a cumplir sus planes de manera profesional. Al regreso, pusieron un pequeño estudio en sus casas. Desde ahí comenzó el génesis del que sería su primer juego: Attractio.

Inspirado en Portals, se trata de un juego de puzzles en primera persona, que consiste en mover bloques cambiando la fuerza de gravedad para resolver el nivel y pasar al siguiente. Metieron el proyecto a Steam, la plataforma número uno donde se venden videojuegos para PC. Ahí, por medio del sistema Greenlight, la gente vota por el “early access” para que algún juego logre entrar a la tienda. Attractio obtuvo los votos necesarios y comenzó el desarrollo completo de ocho horas de juego. Lo llevaron a varios eventos, uno de los cuales cambió su vida. “En uno de esos eventos llegamos con Sony y mostró mucho interés, porque aparte de que nosotros lo hicimos empezamos la herramienta desde cero”, recuerda Alberto. “A Sony le gustó bastante eso. Nos metió a su programa de incubación, nos empezó a dar kits de desarrollo de PlayStation, nos metió contactos directos con publishers”.

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La compañía japonesa Bandai Namco Entertainment se convirtió en la distribuidora de su juego, llevándolo a países de Asia y Europa. Actualmente se puede conseguir para PlayStation 4, PlayStation Vita, Windows y Mac. Además, Sony les otorgó equipo, como el casco de PlayStation VR con el que empezaron a desarrollar proyectos en realidad virtual, otra piedra angular en el crecimiento de Game Coder.

Maestros de la realidad

“El dinero ya se nos iba acabando, porque pasaron como dos, tres años”, cuenta Alberto, tras el lanzamiento de su primer producto, el cual intentaron hacer en realidad virtual, pero fue rechazado por Sony, quien consideró que mareaba demasiado al usuario en esta modalidad. Sin embargo, ya con esta tecnología en sus manos, comenzaron a buscar clientes en otras áreas. La realidad virtual les abrió las puertas y pronto se encontraron desarrollando contenido de marketing para empresas como Ricolino, Aeroméxico y Samsung.

Aún así, su idea es jamás abandonar los videojuegos, por lo que aprovecharon la estabilidad económica para comenzar a trabajar en Sophie’s Guardian. Con ayuda de la tecnología de HTC Vive y la compañía Render Farm Studios de Ciudad de México, comenzó el génesis del primer videojuego de realidad virtual hecho en México.

De iniciar en las casas de sus tres fundadores, Game Coder Studios ahora se encuentra en una amplia vivienda con varios cuartos, ubicada en la colonia Noria Alta. Los empleados están divididos en distintas computadoras, cuyos escritorios se adornan con personajes de películas, cómics, series animadas y, por supuesto, juegos de video. En la sala hay una pantalla y diversas consolas, bajo una cúpula que sostiene un candelabro y hace eco si uno se sienta en cierto ángulo en el sillón. Hay un área recreativa menos digital: cajas de juegos de mesa apilados, un futbolito, una mesa de ping-pong. En una pared hay una guitarra colgada y cuadros con personajes de Star Wars. La casa de unos jóvenes geeks hecha para dar rienda suelta a la imaginación.

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“Somos los que mejor hacemos realidad virtual y está mal, porque quisiéramos que más gente empezara en realidad virtual, en videojuegos, que hiciera cosas de innovación en México. Hay muy pocos. Pero es esto que no hay el apoyo”, asegura Evandro Rodríguez, ejecutivo de marketing. “No hay tanto apoyo por parte gubernamental ni inversores. Sigue muy en ‘stand by’. Pero yo digo que hay demasiado talento que se nos está yendo”, explica sobre la problemática de una industria que no es muy grande en México.

“La parte más difícil es que no existe una industria de videojuegos en el país”, agrega Marcel. “No es como en Estados Unidos, Inglaterra, donde ya existe una industria y hay toda una cuestión en la que tú entras y ya sabes por dónde ir, ya hay gente con muchos años de experiencia. Eso no hay en México, todo se está creando desde cero y es un poquito difícil competir contra otras empresas, porque no tienes el historial de juegos triple A”, comenta refiriéndose al tipo de videojuegos con presupuestos millonarios que son los más populares alrededor del mundo.

Renovarse o morir

“Sí está chido, pero de tu ilusión inicial de niño sí es un poco distinto”, cuenta Marcel sobre trabajar en esta industria. “No es tan distinto a llevar una empresa en general, tienes el mismo tipo de problemas. No es que te la pases jugando todo el día como alguien que quiera de chico hacer videojuegos piensa que va a pasar. Si estás jugando mucho es porque juegas el mismo nivel 40 veces, el mismo día, para encontrar un bug. Pero está muy padre, lo mejor es que somos nuestra propia empresa, entonces tenemos muchas libertades. El ambiente es muy relajado y creamos los productos que nosotros queremos, casi siempre”.

Actualmente, Game Coder se encuentra desarrollando Renewal, un juego que mezcla animación en stop-motion. Pretenden que visualmente sea parecido a cintas como Coraline (2009) y A Nightmare Before Christmas (1993) y aseguran que se trata de su proyecto más ambicioso. Sería su segunda entrega en realidad virtual y actualmente se encuentra en preproducción, todavía sin una fecha exacta de estreno, aunque quisieran que fuera en 2019.

“Ahorita la tirada que tenemos es hacer un videojuego, Renewal, donde queremos mezclar varias técnicas que son la de stop-motion, fotogrametría, realidad virtual y que todo se vea chido. Dependiendo de cómo nos salga, queremos elevar el nivel de México al menos”, cuenta Alberto. “Lo bueno es que nosotros ya aprendimos, porque ya hicimos dos juegos grandes. Ya sabemos el proceso, qué cosas sí tenemos que hacer, en qué tiempo las tenemos que hacer y cuánto nos va a costar. Este proyecto lo estamos proyectando a que tardemos un año en hacerlo. Con ese año y el presupuesto que le pusimos sí creemos que se puede hacer”.

En este camino, buscan crear sus propios videojuegos triple A y tienen la idea clara de que no lo pueden hacer solos. Comentan que otro de sus puntos clave es hacer alianzas, como la que hicieron con Render Farm para Sophie’s Guardian y ahora con la empresa de animación Cinema Fantasma para Renewal. Según ellos, son el gameplay y la calidad visual las principales carencias en México, por eso ellos han buscado a empresas como las antes mencionadas, quienes tienen un enfoque principal en cine.

La mirada de Marcel se nota cansada. Viene llegando de la Feria de León, donde supervisa otros proyectos de realidad virtual que no tienen nada que ver con videojuegos, pero son necesarios para subsistir. Con cierta resignación, comenta que Attractio y Sophie’s Guardian no han tenido la recepción que le gustaría con el público. La vida real no es un videojuego en el que sea muy fácil subir de nivel, pero, como en la pantalla, hay que intentar varias veces, morir y volver a empezar, aprender de los errores y ganar experiencia. Así que pone pausa, se sienta en el sillón poco antes de la hora de la comida y reflexiona: “Fue una iniciativa de empezar a crear videojuegos. No era tan formal, tan serio, al inicio, sin embargo, fue creciendo el equipo, fue creciendo la tecnología. Sin embargo, queda la filosofía de la empresa: desarrollar tecnología y crear industria en el país”.