Presentado por BancolombiaUna vez pedí un taco extra grande con carne y pollo y mucho picante en la madrugada de un sábado. En ese momento parecía una buena decisión: qué rico un taco muy picante, pensé. Pero al otro día mi estómago me comunicó firmemente que no había sido una buena decisión: ya era demasiado picante y había sido demasiado grande. Así también son las deudas, hay veces que, si te excedes y no sabes manejarlas, pueden costarte y generarte malestar. Es decir, no está mal endeudarse: el crédito es un proceso que puede potenciar tus finanzas personales y permitirte llegar más rápido a metas que, de otra forma, quizás no hubieras alcanzado. Pero sí es un tema que hay que manejar con cuidado: sea para comprar un carro o una casa o para pagar tu educación, debes saber cómo pagar tu deuda para que no se vuelva un monstruo que te acosa y para poder estar tranquilo con tu vida.
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La clave para que la deuda no te ahogue la vida pero, aún así, lograr pagarla, es establecer principios de equilibrio. Así lo cuenta Juan Carlos, de 29 años, que ha estado pagando su carro por los últimos 10 meses… y todavía tiene por delante varios meses más para seguir pagándolo. “Hay gente que deja de salir y se olvida de la vida social para pagar sus deudas. No, tampoco puede ser así. Yo lo que hago es que solo salgo una vez por fin de semana, a un bar o algo así. Si acaso el otro día tranqui a la casa de un amigo. Y ya casi no como en restaurantes. También cancelé mi plan de TV y me quedé con un servicio de streaming. Así estoy ahorrando sin negarme la posibilidad de vivir”, explica sobre el balance para salir de la deuda y seguir saliendo a disfrutar de la vida. Así, lo que se ahorra en gastos se puede abonar a la deuda para que sea más fácil pagarla.¿Qué motiva a ir pagando la deuda lo antes posible? Esa es la pregunta que plantea para empezar Alfredo Barragán, experto en finanzas personales de la Universidad de los Andes, pues hay créditos hipotecarios que tienen beneficios tributarios y, en el caso de créditos con tasas bajas, la deuda se pueda invertir en vez de pagarla. En todo caso, explica Barragán, “cada caso es distinto. De hecho el crédito existe porque se supone que el beneficio inmediato es superior al costo del crédito. Yo más bien preguntaría ¿Qué crédito, de acuerdo a mi perfil, es el que debería tener para optimizar mis ingresos?”. No hay que tratar la deuda como un demonio, entonces, que se debe exorcizar. La reflexión previa y el entendimiento de la situación ayudan a tomar mejores decisiones sobre la estrategia para afrontar el reto.
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