Artículo publicado por VICE Colombia.Este artículo hace parte de la última edición de VICE Colombia: UTOPÍA|DISTOPÍA. Pueden encontrar todos sus contenidos por acá.
La ubicación de San Germán, como tantos otros aspectos de este barrio, depende de a quién se le pregunte. Si se le pregunta al Distrito, este asentamiento informal, como ellos lo denominan, está ubicado entre la localidad de Usme y la de San Cristóbal, en la parte más alta del Parque Ecológico y Distrital Entre Nubes, un parque ubicado al extremo suroriental de Bogotá, que involucra también a las localidades de Rafael Uribe y San Cristóbal y que tiene una extensión actual de 623 hectáreas, todas declaradas zonas de reserva desde el 2005 por el Plan de Ordenamiento Territorial.
La ubicación de San Germán, como tantos otros aspectos de este barrio, depende de a quién se le pregunte. Si se le pregunta al Distrito, este asentamiento informal, como ellos lo denominan, está ubicado entre la localidad de Usme y la de San Cristóbal, en la parte más alta del Parque Ecológico y Distrital Entre Nubes, un parque ubicado al extremo suroriental de Bogotá, que involucra también a las localidades de Rafael Uribe y San Cristóbal y que tiene una extensión actual de 623 hectáreas, todas declaradas zonas de reserva desde el 2005 por el Plan de Ordenamiento Territorial.
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Si se le pregunta a sus habitantes, van a responder que su casa, así lo denominan ellos, está ubicada al lado del cerro Juan Rey, uno de los cerros que conforman el parque, pero que no está en la zona de reserva. Responderán también que el terreno era propiedad privada, y que el alcalde Peñalosa, durante su primer mandato, lo declaró reserva forestal, pero que desde antes de eso ya existían habitantes en el territorio, quienes ya cuentan con escrituras de sus terrenos y a quienes les llegan incluso recibos de luz y acueducto.Añadirán, quizá, que creen que el desalojo no tiene que ver tanto con la zona de reserva ni con su inminente riesgo por estar en un terreno con probabilidad de sufrir un derrumbe, sino con que quieren ‘limpiar’ la zona para poder cederle los terrenos a constructoras, con el fin de construir vivienda formal en la zona. Viviendas que ninguno de los habitantes de San Germán podría pagar.
Este conflicto, el de su ubicación, es tan solo una de las problemáticas de este barrio, que en sus 480x100 metros cuadrados ejemplifica varias de las problemáticas de los asentamientos ilegales en Bogotá, una ciudad que hasta el año pasado, según el investigador en estudios urbanos Fabio Zambrano, tenía 21 000 viviendas en asentamientos ilegales y más de 100 000 personas viviendo en zonas de alto riesgo.Este también es el caso de los habitantes del barrio San Germán, quienes, aparte de habitar en un terreno de alto riesgo, desde 2005 son reconocidos como una población sumida en una zona de alto conflicto social, en ese entonces por los asentamientos ya existentes en ese momento.
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Con el tiempo, el conflicto social fue creciendo. Al problema de los asentamientos ilegales ya existentes, se le han ido sumando problemáticas más urgentes, como el intento de toma de territorio por parte de bandas de microtráfico que operan y viven en las zonas aledañas y el control y hostigamiento por parte de grupos paramilitares urbanos. Ambas problemáticas han sido atajadas por Arley Estupiñán, el líder del barrio. Sin embargo, las incesantes amenazas de muerte en su contra hicieron que Arley tuviera que escapar de San Germán para protegerse y proteger a los suyos. Según habitantes del barrio, los sicarios que lo amenazaron siguen merodeando el territorio, encargándose de que Arley no vuelva.Aparte de estas problemáticas, el Distrito asegura que en San Germán existen bandas de tierreros, personas que venden a terceros terrenos en alguna zona de Bogotá (comúnmente en los cerros y generalmente en zona de reserva) de manera ilegal. Debido a estas acusaciones, en septiembre de 2016 el Distrito, en compañía de la policía y el ESMAD, intentaron desalojar a los habitantes del barrio con un operativo de más de 500 uniformados, con helicóptero incluido, donde capturaron a seis hombres acusados de liderar una banda de tierreros, a los que luego tuvieron que dejar libres por falta de pruebas.
La incertidumbre constante por las amenazas de desalojos, las otras amenazas, las que atentan contra la propia vida, el microtráfico, los intentos de limpieza paramilitar, la zozobra de un derrumbe fulminante en el barrio, la falta de servicios básicos, las condiciones precarias de vivienda y salubridad, la inseguridad, la llegada de nuevos habitantes y el crecimiento imparable que responde al déficit de vivienda de un país cuyo conflicto interno ha dejado cerca de ocho millones de víctimas por desplazamiento forzado.
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La historia y las complejidades que atraviesan al barrio San Germán en Usme son un ejemplo que expone muchos de los dramas a los que son sometidos varios asentamientos informales en Bogotá, asentamientos que no solo siguen expandiéndose, sino que siguen multiplicándose a medida que pasa el tiempo en esta ciudad.