Foto: Facebook, CTEP Rosario
El City Center Hotel Casino de Rosario estará resguardado por 450 policías para la celebración de la boda entre Lionel Messi y Antonella Roccuzzo. La movilización será inmensa y habrá operativos en el área cercana al recinto de lujo, como es de esperarse siempre que el supuesto mejor futbolista de todos los tiempos aparece en algún lugar donde moran los mortales.Pero más allá de la algarabía que se espera de un acto solemne y tan importante en la vida (según la sociedad), hay quienes se verán afectados por el resguardo de Lio y compañía. Aquellos son siempre los mismos, "el pueblo", como se le suele llamar en los discursos demagógicos populacheros: los Limpiavidrios Unidos de Rosario.Este peculiar grupo, afiliado a la CTEP, "la herramienta gremial de los trabajadores de la economía popular, para ejercer la lucha y conquista de sus derechos laborales", como aparece en su perfil oficial en redes sociales, teme por las ganancias que puedan verse afectadas el día que Messi sentencie su amor eterno a la madre de sus hijos. Por ello, se reunieron para escribir una sincera carta al astro argentino e hijo pródigo de la ciudad conocida como la "Cuna de la Bandera".
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La carta es una joya retórica. Los limpiavidrios apelan a los sentimientos no sólo de Messi, sino de todos aquellos que se toman unos minutos para leerla, tal vez, con la esperanza de compartir su petición en redes sociales y generar más empatía. Sin embargo, no por "sentimental" es menos verdadera y sincera: es fácil desentenderse de aquella realidad que en algún momento rodeó a futbolistas cuyas vidas cambiaron por completo al firmar su primer contrato profesional en Europa.Hasta el momento desconocemos si Messi está siquiera enterado de la sincera petición de este grupo de limpiavidrios. Lo más probable es que no; suponemos que el 10 del Barça está más preocupado por la logística de su boda que por un día no laborado de un puñado de trabajadores sin derecho a un fondo para el retiro, seguro social, y demás prestaciones que deberían ser obligatorias, no sólo en Argentina, sino en todo el mundo. O, quizás, es sólo cuestión de tiempo para que Messi saque a relucir la humildad que lo ha caracterizado (según los medios) a lo largo de su carrera."Lionel, hermano, te escribimos porque no creemos en las casualidades. Que te cases en la esquina en la que nosotros laburamos todos los días, es para nosotros motivo de orgullo. Pero también de preocupación. Durante todos estos días, nosotros, que tenemos nuestra parada en Batle y Ordoñez y Boulevard Oroño, no vamos a poder trabajar debido al operativo de seguridad. Y si no trabajamos, nuestra familia no tiene cómo parar la olla. Es por eso que te pedimos que intercedas por nosotros para que podamos llevar adelante nuestra tarea con normalidad. Somos simples laburantes, y laburar es lo único que queremos.".