“Destruyamos las mujeres el poder”: La cumbia hembrista de las Hermanas Hímenez

Las Histriónicas Hermanas Hímenez se quitan el vestido y los chalecos en el mercado de la Merced. Sus pechos caen hasta la cintura y sus vulvas quedan descubiertas. “Destruyamos las mujeres el poder, destruyamos las mujeres el poder”, cantan a través de los micrófonos.

Ahora son una banda punk feminista que hace cumbia para disolver los dolores del machismo. En sus “antiguas vidas” eran Ana Beatriz Martínez y Yanet Miranda. No tienen 80 años como dicen, no son hermanas, y sólo se visten con los cabellos canosos y las arrugas maquilladas. Tampoco están desnudas. Más bien se han disfrazado con grandes pechos y genitales.

Cuando se presentan en el escenario. Cantan, ríen, feminizan todas sus palabras y entregan un espectáculo que más bien, representa un mecanismo de mujeres para mujeres. Son Hímenez, un apellido que intencionalmente lleva H, como el himen de la virginidad que, ante los ojos del estudio feminista, oprime a la mujer.

Las hermanas decidieron el 7 de marzo, Día de la visibilidad lésbica, para iniciar una serie de conciertos por los mercados de la ciudad. Han decidido abrir la gira en La Merced. Allí, afuera de la entrada del metro, frente a un puesto de frutas y verduras, y al costado de un cremería.

Su público es de 30 personas pero no faltan los momentos de interés donde algunas otras personas se detienen a entretenerse. La mayoría son mujeres, algunas de ellas se toman las manos y bailan con las demás o solas. “Destruyamos las mujeres el poder” y gritan otras cuantas. Los hombres están más curiosos y entretenidos, con la cara en una sonrisa de no entender lo que ocurre. Algunos permanecen poco tiempo y se van. Las Hermanas Hímenez son de mujeres para mujeres.

También hay personas mayores, niñas y niños, pero principalmente jóvenes, en grupos pequeños, son las que más disfrutan, ríen, se emocionan y entienden lo que el “punk octogenario” les quiere decir.

“Me representa como mujer, como lo que creo y como lo que soy. Me gusta el poder reírme y disfrutar en un espacio feminista de este tipo, principalmente porque hoy es el 7M, soy lesbiana y sé qué representa vivir todos los días en el machismo. Es todo un proyecto”, dice Carolina, una de las presentes.

Frotada, Larga y Dura Hímenez son sus otras tres acompañantes que también tocan con ellas. Bautizadas por ellas mismas en ese momento, incluso de la propuesta que gritan algunas personas al pasar.

La música empieza a bajar de volumen y sus voces paran de cantar pero de fondo continúa el conocido ritmo de la cumbia. Se mueven con movimientos más largos y lentos. “Malinches de Feministlán” dice una de ellas mientras su compañera tiene un cuchillo en la mano y coloca el juguete de un hombre desnudo, un ken, en el piso.

Levanta el cuchillo en varias ocasiones. Finalmente, lo clava en el muñeco. Un silencio de un par de segundos. Regresa la cumbia. “Vulva, vulva morena. Encomiéndate a tu poder”, cantan.

Guadalupe de 27 años, espectadora, dice que hoy es su día. “Pues quise venir a disfrutar porque está bien chingón que mujeres como ellas llenen estos espacios en la merced, donde entre la risa y la bailada convives con otras y aprendes un poquito a expresarte, sin penas de la violencia machista que vivimos”.

En otro momento hay violines. Después más comentarios graciosos, más “chingue su padre”. Cumbia, mucha cumbia y de pronto líquido que sale del disfraz imitando la eyaculación femenina. “Agua bendita, sólo que esta no se la echan en la frente”, dicen las hermanas. Y las demás se ríen.

Todo es así con las Hímenez durante la hora y media que dura la presentación. Agradecen al Centro Cultural Keren Tá de la Merced antes de salir. Los vestidos y los chalecos vuelven a cubrirlas. “Otra, otra, otra”, se corea entre las decenas de asistentes. Pero ya la dieron, así que estaba vez salen. “Destruyamos las mujeres el poder” queda en la cabeza de todas.