¿Debe el manga ser incluido dentro de la legislación regulatoria del porno infantil?

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Naciones Unidas ha reavivado el debate acerca de las imágenes sexualizadas de los niños en el arte del manga japonés después que Maud de Boer-Buquicchio, relatora especial para el tráfico de menores, la prostitución infantil y la pornografía con menores de la organización intergubernamental, pidiera al país insular asiático que prohiba al contenido explícito en el animé [dibujos animados japoneses].

"Cuando se refiere a casos particulares y contenido pornográfico infantil extremo, el manga debe ser prohibido", afirmó de Boer-Buquicchio, para quien es importante "encontrar el equilibrio adecuado".

"Entiendo que el argumento de la libertad de expresión debe prevalecer cuando se trata de pornografía de adultos", sentenció.

Japón criminalizó la posesión de pornografía infantil el año pasado. Sin embargo, mientras los ciudadanos que son descubiertos con fotos explícitas o vídeos de niños víctimas de abusos pueden ser multados con hasta 1 millón de yenes [unos 10.000 dólares] y encarcelados durante un año, el manga con contenido pornográfico no fue incluido en la nueva legislación — una victoria para los artistas de este género que argumentaban que los controles sobre la producción de dibujos animados habría sido un ataque a la libertad de expresión.

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Los comentarios de De Boer-Buquicchio han han provocado la ira de algunos artistas del manga. Dan Kanemitsu, un traductor de manga, dijo que la portavoz de la ONU mezcla "la realidad con la ficción".

"No existe relación entre el manga y el animé pornográfico infantil", dijo a The Guardian. Para Kanemitsu, "la pornografía infantil conlleva la participación de niños" y debemos combatirlo cuando se da este supuesto. "[De Boer-Buquicchio] se refería a representaciones sexualizadas de personajes de aspecto infantil en el manga y el animé. Muchos artistas de japoneses dibujan personajes con una apariencia pueril para los ojos de un occidental. En este sentido, para Kanemitsu, esta reacción es un rechazo a un estilo de arte popular de Japón", sentencia.

Kanemitsu también se refirió a esto como un ataque a las libertades de los artistas. "Creo que mucha gente va a ver esto con la lógica de la protección de la libertad de expresión, siempre y cuando no haya personas reales que se vean perjudicadas", expresó.

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Mientras tanto, Shihoko Fujiwara, jefe de la organización no lucrativa Faro, dijo a AFP: "El material de niños menores de 18 años creado con el claro propósito de generar excitación sexual debe ser regulado como pornografía infantil".

La industria del manga es una gran fuente de ingresos para Japón, con un valor estimado de 420 mil millones de yenes (5,5 mil millones de dólares) en 2009.

Japón ya había recibido ataques anteriormente por su reticencia a confrontar cuestiones en torno al abuso infantil y a la sexualización de los niños pequeños.

El informe sobre derechos humanos del Departamento de Estado de Estados Unidos del año 2013 calificó a Japón como un "centro internacional para la producción y el tráfico de pornografía infantil."

En 2009, el Centro Canadiense para la Protección de la Infancia colocó a Japón cuarto en el ranking de países con mayor número de sitios web con contenido relativo al abuso infantil. De hecho, un 10 por ciento de los hombres japoneses admitió haber visitado alguna de estas webs en una encuesta gubernamental de 2002.

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