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Comida

Esto es lo que sucede cuando robots escogen el nombre de tu cerveza

Estoy segura de haber visto la Acelga del Diablo en algún menú por ahí.
Beers, (probably) not named by robots. Photo by Flickr user _molins.

De acuerdo con las estadísticas de la Brewers Association, el número de cervecerías en Estados Unidos aumentó un 16.6 por ciento el año pasado. En este momento, las probabilidades indican que si lanzas una botella en Sierra Nevada, quizá logres darle a una de las 5.300 cervecerías dispersas en ese país. Pero como toda esa cerveza necesita nombres diferentes, es entonces que la inteligencia artificial entra en acción.

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Janelle Shane, una investigadora científica que acaba de usar redes neuronales para nombrar gatitos, bandas de metal y colores de pintura, decidió ver si su inteligencia artificial podía generar nombres de cervezas artesanales. Se unió a Andy Haraldson, quien le proporcionó cientos de miles de nombres que extrajo de Beer Advocate, que comprende más de 90 tipos diferentes de cerveza. Shane las separó en subgrupos, incluyendo IPAs, Amber Ales y Stouts y dejó que la red hiciera su trabajo.

"Funcionó", escribió en su sitio web. "La red neuronal produjo nombres posibles únicos, o extrañamente increíbles, o tan estrafalarios que suenan como el tipo de cerveza que encontrarías solo después de una sesión agotadora buscando entre la basura, haciendo un poco de rappel, hackeo y sólo si estás en medio de Alaska".

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Está en lo cierto. Algunos nombres que sugirió para las IPAs fueron: Earth Pump (Bomba de la Tierra), Heaven Cat (Gato Celestial) y —mi favorita— Heart Compost (Corazón de Composta). Continuó con la Third Maus (Tercer Maus), Devil's Chard (Acelga del Diablo) y Spore of Gold (Espora de Oro) para las IPAs Fuertes y terminó con la categoría Stout con Dark Thomblan (Thomblan Oscuro) y la Barrel Aged Chocolate Milksmoke (Leche Ahumada de Chocolate Añejada en Barril), ésta me suena muy familiar lo cual es preocupante.

Aunque esto sólo fue —hasta ahora— un experimento divertido, la red neuronal de Shane posee grandes ventajas por encima de los intentos humanos por nombrar cervezas. Por lo menos éstas no tenían juegos de palabras penosas, sexismo molesto o referencias a Elvis. (No vayas a utilizar el nombre de Elvis para nada.) Yo, por ejemplo, estoy lista para brindar con la Binglezard Flack y probar las nuevas cervezas originales que vengan.