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Medio Ambiente

Un sicólogo explica por qué a la gente le vale mierda el cambio climático

Sabemos que jodimos el medio ambiente pero no pensamos en cambiar nuestro estilo de vida.
Surprise Glacier, Harriman Fiord, western Prince William Sound, Alaska. Photo by the US Geological Survey.

El glaciar Harriman Fiord, en el este del Prince William Sound, Alaska. Foto de US Geological Survey.

La agencia US National Oceanic and Atmospheric Administration anunció el mes pasado que la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, por primera vez en la historia, ha superado los 400 ppm. También agregó que la tasa media de emisiones es cada vez mayor, y que se espera alcanzar lo más rápido posible el "punto de no retorno" de 450 ppm, a menos que las emisiones se reduzcan drásticamente.

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¿Qué? ¿Vas a llorar? ¿No te sientes apto para llevar un estilo de vida bajo en carbono? ¿Sabes qué significa "el punto de no retorno"?

No estás solo, especialmente si vives en un país occidental. Per Espen Stoknes no se sorprende de que te sientas así. Stoknes es el autor de What We Think About When We Try Not to Think About Global Warming. Este libro inicia con la "paradoja del clima", el fenómeno que ataca a los países ricos como Estados Unidos, Canadá y Australia, lugares en los que la preocupación pública por el clima ha disminuido de manera constante, a pesar del amplio consenso entre los científicos del clima y el cubrimiento periodístico más aterrador sobre el cambio climático.

Como psicólogo y economista, Stoknes se apoya en los hallazgos de la psicología social, la evolución y la conducta cognitiva para explicar por qué a las personas les importa tres el cambio climático. Afortunadamente, también ofrece estrategias de cómo hablar sobre el medio ambiente si, en realidad, estás comprometido con la causa. Discutimos con él estas recomendaciones que tienen implicaciones fuertes, especialmente para los periodistas y los activistas.

Foto cortesía de Per Espen Stoknes.

VICE: ¿Por qué crees que el periodismo que cubre el cambio climático no ha logrado convencer a la gente sobre la urgencia del problema?

Per Espen Stoknes: Los estudios demuestran que más del 80 por ciento de los artículos de prensa sobre el cambio climático del IPCC ha usado el encuadre catástrofe. También, muchos periodistas han usado personas que niegan el problema para darles a "ambos" lados una voz, una práctica que crea un "falso equilibrio".

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Hoy en día el calentamiento global es la historia más grande que no se ha contado. Recientemente se ha visto un cambio en la cobertura, por ejemplo en The Guardian. El cambio principal consiste en contar historias de gente que hace que el cambio suceda; las historias se centran en las oportunidades, las soluciones y el verdadero crecimiento verde. Desde la psicología, se sabe que la mejor combinación para generar compromiso y creatividad es hacer una historia negativa por tres positivas.

Mi propia investigación se ha traducido en cuatro grupos principales de narrativas que son: a) las oportunidades de crecimiento verde, b) una mejor calidad de vida (por ejemplo: ¿cómo es una sociedad baja en carbono?), c) la historia de la ética administrativa, y finalmente, d) historias de la vida silvestre y la resistencia de la naturaleza. Cuantas más personas comiencen a creer que podemos crear una mejor sociedad con menos emisiones, más pronto se podrá hacer algo.

¿Cómo se explica sicológicamente la disonancia, y cómo se puede organizar la acción frente al cambio climático para reducirla?

Digamos que fuiste influenciado por tus compañeros para hacerle bullying a alguien, verbal o físicamente. Después de hacerlo, para mantener una autoimagen positiva, tiendes a reducir la disonancia ("Estoy haciéndole bullying a alguien, pero soy una persona buena") inventando justificaciones tales como: "Él es malo/ está loco/ es estúpido" o "En realidad, se lo merecía". O lo contrario. Digamos que eres amable con alguien, o le das dinero a los habitantes de calle, o donas sangre. Si piensas que estas causas son inútiles, entonces la disonancia llega: "Soy una persona buena, pero estoy gastando mis recursos". Por eso, tendemos a evadir esto respaldando la creencia de que las causas por las que actuamos son geniales. "Estoy haciendo esto; por lo tanto, esta causa debe ser importante".

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Mientras más andamos en carro, comemos carne de res, tomamos aviones o utilizamos gran cantidad de energía, más disonancia experimentamos cuando escuchamos hablar de los efectos del calentamiento global que suceden por nuestra culpa. También ocurre lo opuesto: entre más conducimos carros eléctricos, bicicletas eléctricas, comemos menos comida maltratada y ponemos paneles solares en nuestros techos, más creemos en la importancia del cambio climático.

Entre más simples sean las medidas y las acciones que tomamos frente al cambio climático, será más fácil construir actitudes consistentes que respalden una política climática.

Hablando de carne de res, muchos estudios han concluido que la agricultura animal, más que la energía y la transportación, contribuye a que hayan más emisiones que generan el cambio climático. ¿Crees que sea posible un cambio colectivo a una dieta a base de plantas? ¿Qué barreras sociosicológicas están en el camino?

Si le dices a la gente "No puedes comer carne", incrementas la resistencia. Puede que esté ecológicamente "bien", pero las barreras sicológicas se impondrán en algún momento. Lo que se necesita es construir apoyo entre el público para impulsar soluciones estructurales: evitar malgastar comida, menos deforestación, más cultivos directos, menos carne, agricultura ecológica, etc. Fundamentalmente, la agricultura debería convertirse en carbono negativo, se debería almacenar más carbono en el suelo de lo que se emite. Del lado del usuario, este tiene que divertirse e inspirarse para disfrutar y hacer alimentos de origen vegetal. Creo que estamos presenciando exploraciones culinarias que irán muy lejos. En Oslo, hicimos un estudio que designó la opción vegetariana como "el especial del chef" o el plato del día. Esto contribuyó a que se redujera el consumo de carne.

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Debemos contar historias sobre el sueño, no sobre la pesadilla. Debemos describir ese lugar al que queremos ir.

En el libro, dices que debido a que los individuos quieren defender sus identidades y comportamientos en medio del problema del cambio climático, el asunto se está polarizando políticamente. ¿Puede el cambio climático como asunto político despolarizarse lo suficiente para que la gente actúe sin sentirse atacada?

Tenemos que aplicar una combinación de estrategias que ayudan a disolver la polarización: usar las redes sociales, encuadres de apoyo, acciones simples, historias y señales. Debemos empezar por trabajar con los mensajeros no polarizados en las redes sociales, como gente de los equipos deportivos, las iglesias, los barrios, los pueblos y las ciudades. Luego, evitar la fatalidad, los costos y los sacrificios, y hablar del asunto en términos de oportunidad, seguros, gestión de riesgo, salud y capacidad de recuperación. Tenemos que cambiar nuestro comportamiento, comprar paneles solares, dispositivos de ahorro energéticos, etc. Y lo más importante: debemos contar nuevas historias del sueño y no de la pesadilla. Debemos describir ese lugar al que queremos ir: un crecimiento verde más inteligente, vidas más felices, mejores ciudades, administración en vez de dominio…

Todavía muchos individuos poderosos, como el gerente de ExxonMobil, ven el cambio climático como una pérdida neta. ¿Crees que la clase social emergente puede alcanzar suficiente apoyo para influir en el comportamiento de los grandes magnates de la economía que quieren mantener el status quo?

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No. La clase social emergente sola no puede ganarle una pelea a los dinosaurios del petróleo. Pero otros magnates pueden hacerlo y lo harán. De las cuatro empresas más grandes del mundo, solo una es una petrolera. Las otras son Apple, Google y Microsoft. ¿Por qué estas compañías dejarían que ExxonMobil arruine el crecimiento de sus mercados de consumidores, como lo hará el calentamiento global? Las corporaciones globales entienden y reconocen el valor de un clima benigno en el futuro para la estabilidad de los negocios. El clima extremo, con inundaciones en Asia y sequías en Sillicon Valley, impacta tanto las cadenas de suministros como la calidad de vida de los trabajadores. No habrá muchos negocios en un planeta desmoronado.

Además, otros empresario del petróleo ya están cambiando: Big Coal está en decadencia, bajó el setenta por ciento de sus ingresos en pocos años, y ahora los gerentes de otras multinacionales de petróleo y gas han dicho que están listos para darle un precio al carbono. Los inversionistas inteligentes descubrirán cuáles son las nuevas tendencias, y encontrarán que el margen de beneficio en el sector de los fósiles está disminuyendo en comparación a otros sectores. Así que más allá de lo que afirmen los dinosaurios de ExxonMobil, las otras compañías se están moviendo, y el número de sus clientes está creciendo. Ahora es una competencia negocio-negocio. Ya no es idealistas versus negocios. La dirección es inevitable. Lo único incierto es el tiempo que tome.

Pareces optimista frente a la capacidad que tiene la tecnología para facilitar estilos de vida sostenibles, pero el optimismo tecnológico que muestran los medios todavía está enfocado en la tecnología que nos permitirá desafiar los límites ecológicos, como la colonización interplanetaria. ¿Este tipo de idea afecta la voluntad de la gente para actuar frente al cambio climático, si cree que su ecosistema se puede expandir más allá de los límites de la tierra?

La tecnología no lo arreglará. Hay un montón de ideas salvadoras ilusorias que hacen parte de nuestra cultura cristiana. Ni la tecnología por sí misma, o escapar del planeta al modo de Star Trek, ni esperar a Jesús será suficiente para arreglar todo. Junto al sueño de los economistas de un precio mundial para el carbono, estas ficciones pertenecen a lo que los psicólogos llamarían "un pensamiento ilusorio". El uso de la tecnología depende del sistema social que penetra, a su vez, la tecnología también moldea la sociedad. Cualquier tipo de transformación resultará de desordenadas y agotadoras interacciones entre el público, el gobierno y las tecnologías comerciales. No hay remedio. Sin embargo, hay una esperanza fundamentada de que nuestro compromiso, representado en las acciones del Gobierno y las reformas empresariales, hará que todo cambié en el tiempo.

Hay muchas razones por las que los seres humanos son indiferentes a los tristes accidentes que ha ocasionado el cambio climático. Finalmente todo se reduce a una pregunta: ¿Por qué molestarse? Esa pregunta revela un hecho simple: los obstáculos fundamentales para evitar trastornos climáticos peligrosos no son principalmente físicos, tecnológicos, o incluso institucionales; más bien, tienen que ver con cómo alineamos nuestro pensamiento y nuestras acciones con nuestro ser. Esta ausencia de alineación se ve claramente en la falta de coraje, determinación e imaginación para tomar acciones necesarias para combatir el cambio climático. Por suerte, estas capacidades humanas son renovables. Los seres humanos actuarán pensando en el largo plazo cuando las condiciones propicias estén en su lugar. Los periodistas que hablan sobre el clima deben ayudar a construir las normas sociales necesarias, marcos de apoyo, acciones simples, nuevas historias y mejores señales.

Bill Kilby es un periodista que reside en Los Angeles.