Un día y una noche con una pareja de estrellas del porno

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Un día y una noche con una pareja de estrellas del porno

Theo e Ina son una pareja de actores porno griegos que hacen toda su vida juntos. Pasamos un día con ellos.

Pavlos Toubekis; fotos por Panos Kefalos

No recuerdo cuál fue la primera película porno que vi. En cambio, sí recuerdo nítidamente la primera revista XXX que hojeé con un grupo de amigos cuando íbamos a primaria. Nos la había traído el primo mayor de uno de ellos, y la devoramos en la clandestinidad del sótano de su casa.

Estábamos tan absortos en la contemplación de las estrellas porno que poblaban la portada que incluso nos olvidamos de dónde habíamos guardado las llaves y casi nos quedamos encerrados allí.

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Más de uno habrá soñado alguna vez con dedicarse profesionalmente al porno, pero con el tiempo nos hemos dado cuenta de que formar parte de esta industria implica mucho más que practicar sexo. Algo que corroboran Theo e Ina, pareja tanto artística como en la vida real.

"Lo más duro es que la familia se acostumbre a nuestro trabajo. Por suerte, las nuestras enseguida lo aceptaron y nos han apoyado desde el principio. Vieron que no hacíamos nada malo para ganarnos la vida, como robar o cosas así. Somos independientes, mientras que la mayoría de nuestros amigos todavía viven con sus padres y dependen de ellos económicamente. Además, el hecho de hacer porno no ha afectado a nuestra relación. Se podría decir que otro inconveniente es que tienes que cuidarte más, porque tu imagen es lo que vendes. Tienes que estar en forma. Lo peor de este trabajo es la vida nocturna. Casi no te queda tiempo para ti", explica Theo.

Lo más duro es que la familia se acostumbre a nuestro trabajo

Conocí a la pareja en un piso de Nueva Smyrna que la tía de Theo les ha cedido hasta que terminen de construir la que será su casa, en Patissia. Theo e Ina llevan diez años de relación, están comprometidos y viven juntos. Se conocieron en la cafetería en la que trabajaba Ina de camarera, a los 18 años. Theo trabajaba en una gasolinera.

"Me gustaba porque era tímida. Me pasé 10 días seguidos yendo a la cafetería solo para verla. Le soltaba piropos, le daba propinas y regalos, pero nada. Así que un día el día antes de irme de viaje por trabajo me decidí y le dije: "Por favor, solo quiero estar una hora contigo tomando un café y no te volveré a molestar". Creo que le di lástima y aceptó tomar ese café conmigo. Una hora fue suficiente", recuerda Theo.

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"Nuestra relación se vuelve más picante cada año que pasa", añade. Ina realmente es muy tímida y no dice nada. Está sentada junto a Theo en el sofá, vestida con unos pantalones cortos y fumando un cigarrillo mientras escucha Theo proseguir su relato. Sin embargo, cuando sale a colación el tema del matrimonio, Ina se apresura a contestar. "Hace poco estuvimos en Las Vegas y pensamos en casarnos allí, pero era todo muy artificial y al final no lo hicimos", explica.

"La verdad es que se nos ha pasado por la cabeza un par de veces, pero luego ves a tantas parejas divorciarse… Además, yo creo que el matrimonio echa a perder la relación. Es como llevar un collar en el cuello que te limita", añade Theo. "Nos casaremos cuando tengamos hijos, porque es lo que deberíamos hacer", apunta Ina, dando el tema por zanjado.

La pareja pasan juntos las 24 horas del día: entrenan, van de pesca, de fiesta, a la playa… No hay actividad que no hagan unidos. "Somos un equipo, un pack indivisible. Así nos promocionamos laboralmente, también", explica Theo.

"No es que lo exijamos, sino que ocurrió. Así es como nos quiere el público", añade. Incluso están leyendo el mismo libro, Héroes del Olimpo. Sugiero que al hacerlo todo juntos, probablemente haya más discusiones de pareja de lo habitual. "Ayer volvimos a discutir", confiesa Theo, "porque Ina me acusó de ser muy borde con una persona que me envió un mensaje por Facebook".

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"¿Qué os suelen pedir o preguntar en esos mensajes?", pregunto. "Pues quieren saber qué novedades vamos a lanzar o cuál es nuestra postura favorita, o nos piden consejos sexuales, desde los más inocentes a los más extremos", explica Ina. "Vamos a abrir Messenger y lo vemos", interviene Theo.

"Mira, aquí nos están invitando a una boda. Luego hay una chica que dice que quiere hacer pelis porno. Estas cuatro chicas quieren que actúe en su despedida de soltera. '¿Cuál es vuestro próximo proyecto? ¿Con quién trabajaréis?', dice otra. Cosas así", explica Theo.

"Entra en mis mensajes, también", pide Ina. "Ina, quiero conocerte. ¿Dónde trabajas?", escribe alguien. "Hazme tuyo, mi ama, soy tu esclavo". "¿Qué fetiches tienes?". "Se ve que eres buena chica por tus ojos". "Si te doy mi número, ¿me llamarás?". "¿Te gustan los comentarios que dejo en tus fotos?". "¿Lo has hecho alguna vez con una chica?". Son solo algunos ejemplos.

Otro usuario decía: "Lo de ayer fue increíble, ¿verdad?", e Ina le sigue la corriente y responde, "Sí, estuvo muy bien". Afortunadamente, la noche anterior estaba con Theo, por lo que no hay motivo alguno para discutir.

Pese a la gran cantidad de personas que les siguen, Ina no cree que tenga fans. "No soy ninguna estrella como para tener fans. No soy Angelina Jolie. Tampoco tengo peluqueros ni chófer. Sí es verdad que a veces me reconocen por la calle, pero es solo porque hago un trabajo distinto al del resto de la gente. No soy una celebridad", recalca, y añade que incluso hay gente que habla mal de ellos en las redes sociales. "En concreto hay un tipo que entra en todos los sitios web en los que estamos y me pone verde, diciéndome lo fea que soy y cosas así", explica.

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Viéndola delante de mí, me cuesta comprender por qué ese tipo la encuentra fea

El día a día de una estrella del porno es como sigue: Theo se levanta a las 9 de la mañana, hace varios recados, vuelve a casa para desayunar con su novia, entrena en el gimnasio, vuelven a casa y por la noche realizan un espectáculo de sexo en vivo en un club de striptease. Los días que no tienen espectáculo, están grabando películas para alguna productora, la mayoría de las veces en el extranjero. Las noches que les quedan libres salen a tomar algo juntos.

Las tareas de casa no son compartidas: Ina se ocupa de ellas. "Lo hemos repartido. Yo hago las cosas de casa y Theo se encarga de todo lo que haya que hacer fuera", explica la sexy actriz.

"¿Habéis grabado algún vídeo en casa?", pregunto. "Sí, hace mucho tiempo, antes de empezar con las productoras. Era genial; es una pena que lo hayamos dejado", recuerda Ina. "Mucha gente siente curiosidad por verse en vídeo practicando sexo. A nosotros también nos pasó, pero en aquella época ni siquiera nos habíamos planteado dedicarnos a esto profesionalmente", afirma Theo.

Su película favorita es una que grabaron hace poco en Los Ángeles y que todavía no se ha estrenado. En ella hacen un gangbang a la inversa, es decir, con solo un hombre y muchas mujeres. "Después de la grabación, ¿os apetece follar en la intimidad?", les pregunto. "Depende. Hay veces que no. Va un poco en función de con quién hayamos grabado, de nuestros papeles, las exigencias de la escena, el director, etc. Pero en cambio otras veces nos apetece seguir cuando llegamos a casa", explica Theo. A mi pregunta de si ven sus propias películas, ambos contestan con un sí rotundo.

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Sus películas favoritas son 'A Widow in Thailand', 'Ina's Hen Night in Bali' y 'Lux Models'

De camino al supermercado, Theo me explica que se enamoró de Ina porque era y sigue siendo muy dulce. "Nunca me ha dado motivos para estar celoso y me ha tratado siempre muy bien. Además, me deja hacerlo con otras mujeres cuando grabamos. ¿Qué más se puede pedir?", dice entre risas. "A veces se queja de que dejo todo por en medio cuando ella ha estado limpiando toda la casa", admite.

"Sí, soy muy quejica", replica Ina.

"Theo es muy atento conmigo. Cuando quiero algo, me lo da inmediatamente, y no solo me refiero a cosas materiales. Hay mucha química entre nosotros, pero me fastidia que se cabree tan fácilmente y la pague conmigo, porque estamos siempre juntos", añade Ina.

Después de hacer la compra, es momento de un breve entreno en el gimnasio. Luego descansarán un rato porque por la noche tienen actuación en el Atenas Queens.

Allí me reúno nuevamente con ellos a eso de las doce de la noche. Les pregunto cómo imaginan sus vidas dentro de 10 años, y ambos coinciden en que les gustaría tener dos hijos y una bonita casa con piscina, y en poder hacer un par de viajes a Tailandia al año. "Nos encanta Tailandia, pero Grecia nos apasiona", afirma Theo. Ambos admiten que su profesión tiene fecha de caducidad, aunque después siempre existe la posibilidad de crear su propia productora o de abrir una agencia de actores y actrices de películas eróticas, entre otras posibilidades. Para ellos, la clave está en seguir en el mercado después de tantos años.

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En el club de striptease, el presentador los anuncia como "dos estrellas del porno de fama mundial", mientras la pareja se preparara para salir al escenario. Me aseguran que un espectáculo de sexo en vivo es mucho más sencillo que grabar una película, porque pueden ver las reacciones del público, los aplausos y los vítores. Además, solo dura quince minutos.

Recientemente, Ina fue galardonada por quedar cuarta en la categoría de "Mejor diosa del sexo revelación" en los Premios DDF de 2016. Ahora Ina espera poder ganar la final, que se celebrara este mismo verano. Mientras hablamos del premio, un amigo me envía un mensaje. "Oye, pregúntales si el tamaño importa". No, no importa. Ina afirma que de poco sirve tener una tranca enorme si no sabes usarla.