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Noisey

Motivos por los que Julio Iglesias es Dios (y el puto amo)

Amable, sincero, llano, soberbio, amigo de sus amigos, mujeriego, un truhán y un señor... Si conozco a una chica y no le gusta, paso de ella.

Portada de su single 'Gwendolyne', con el que representó a España en Eurovisión en 1970.

Acudí a mi primer concierto de Julio Iglesias en la tripa de mi madre. Tanto ella como mi padre eran grandes fans suyos. No fue casualidad que se conocieran en una discoteca de la época mientras sonaba Gwendolyne, tema con el que nuestro artista más internacional representó a España en el festival de Eurovision en 1970. En verano, cada viaje en coche camino de mi pueblo estaba regado de temazos de Julio Iglesias. Mi padre las tarareaba a gritos mientras conducía. Mi madre era la copiloto y la encargada de hacer los coros -solo se sabía los estribillos- y de dar la vuelta la cinta cuando se acababa. Mi hermana pequeña lloraba porque no entendía nada y yo simplemente veía el espectáculo. Con el paso de los años algo germinó en mí. Esas travesías en coche, la portada de sus discos por las estanterías, tantas tardes sonando Julio de fondo en el salón mientras mi madre me hacía la merienda en la cocina no caerían en saco roto.

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En los 90, con 12 años, me llevaron a mi primer concierto en cuerpo presente del profeta Julio. Recuerdo que no veía nada porque era en un estadio de fútbol y estaba totalmente abarrotado. Mi padre me subió a sus hombros para que no me empujara la gente y desde allí arriba observé a un señor de traje oscuro rodeado de mujeres, vitoreado por gente mayor y que de vez en cuando gritaba: ¡¡Weahhh!!! Pasaron los años. Necesitaba un cambio total en todo, mi vida no tenía rumbo alguno. Siempre metido en problemas de todo tipo, mal estudiante, conflictivo y con un futuro más que incierto. Mis padres me habían dado todo y yo no me daba cuenta de que estaba tirando mi vida por la borda. Las circunstancias me empujaron a que a una edad temprana me tuviera que ir vivir solo a otra ciudad más grande, tenía 18 años y…

"de tanto correr por ganar tiempo al tiempo, queriendo robarle a mis noches el sueño, de tanto fracasos, de tantos intentos, por querer descubrir cada día algo nuevo. Me olvidé de vivir… Me olvidé de vivir…". (Me olvidé de vivir)

Estaba solo por fin. Evoqué esos calurosos veranos castellanos en el coche, esos interminables viajes sin cinturón con olor a tabaco negro. Me di cuenta de que cada melodía de este señor hablaba de momentos diferentes de mi vida, de un amor, de un desamor, de derrotas, triunfos, amigos, promesas, viajes, bohemia, placer, mujeres… Comencé a ponerlo todos los días sistemáticamente de hilo musical en casa hasta tal punto que convertí las quejas de mis compañeros de piso en peticiones de canciones y palabras de agradecimiento por haberles descubierto a este caballero andante de los escenarios.

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"… para volver a empezar. When they begin the beguine. Quiero sentir las cosas de siempre". (Volver a empezar)

El duro invierno pasó y ese verano fui a Cádiz con mis amigos para poder verle actuar en la plaza de toros. Nos pusimos nuestras mejores galas para tamaño evento. Teníamos unos asientos de mierda en el quinto cojón así que nos colamos en uno de los palcos de la plaza hasta que nos dijeran algo, pero nadie nos echó. Así que pudimos disfrutar de esa deliciosa velada nocturna desde un sitio privilegiado. En primera fila estaban sentados, junto al ángel holandés con quien Julio comparte su vida desde hace años, los hijos del artista. Sobre el escenario un coro de mulatonas de dos metros y bajo el foco nuestro Quijote abriendo sus conciertos como siempre, con la canción que da nombre a nuestro más famoso hidalgo.

"Me gustan las gentes que son de verdad. Ser bohemio, poeta y ser golfo me va. Soy cantor de silencios que no vive en paz. Que presume de ser español donde va". (Quijote)

Con la última frase, el público de todas partes de España que estaba allí congregado chilló hasta volverse loco. Miré al cielo y pensé: "Gracias, Dios". He nacido para estar hoy aquí. A partir de ese día mi amor y defensa a ultranza de este señor me ha acompañado en cada momento de la vida. Dicen que Tarantino cuando conoce a una chica que le gusta le pone en su casa la película Río Bravo y según lo que opine sobre ella cuando acabe, esta tiene alguna posibilidad de tener algo con él o no. En mi caso a las primeras de cambio suelto a los cuatro vientos mi amor hacia nuestro titán castizo. Si me mira raro, le doy una segunda oportunidad preguntándole qué opina sobre él y qué canciones conoce. Y si aun así tampoco. Me espero a la última prueba que es invitarla a mi casa. Le abro la puerta y me deslizo hasta mi colección privada de discos, CDs y cintas del coloso de Miami. Dejo caer la aguja del tocadiscos y con luz tenue, mientras relleno unas copas de vino, observo cúal es su reacción. A partir de ese momento, todo lo que suceda va a dictaminar si esa va a ser la última vez que nos vemos o el principio de algo más importante…

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Portada de su single 'No me vuelvo a enamorar'. Ni tu ni yo Julio… ni tu ni yo…

Julio es tan importante en mi vida que cada vez que debo tomar decisiones transcendentales pienso en cómo lo haría él y evoco sus letras cargadas de sabiduría. Sus palabras me hacen pensar en la vida, me hacen pensar que no somos un vegetal que está aquí porque nació sin más. Si ahora estoy escribiendo estas líneas y tú lector las estás leyendo, es porque hemos sido bendecidos con algo casi milagroso que se hace llamar: VIDA. Y Julio Iglesias irradia eso en cada gesto, sonrisa, concierto o entrevista que da. Es un espejo infinito para muchas personas de todas las edades; porque a los 72 años su espíritu es aún el de un joven que desea seguirle robando todos los días instante tras instante a esta juego macabro y maravilloso.

"Ya ves que todo pasa que siempre hay un mañana que no vale la pena abandonar que siempre hay una puerta abierta a la esperanza, que siempre hay un camino por andar. Vivir a veces es reír, también llorar. Vivir es una carta por jugar. Vivir a veces es perder, también ganar vivir es un mañana que esperar". (Vivir).

A Julio le han imitado, cantado, bailado, reído, llorado… Y él siempre se lo ha tomado a risa. ¿A quién le puede caer mal este hombre? Un día, a un tío se le ocurrió crear un "meme" suyo poniendo detrás de cada frase la muletilla de "y lo sabes" y se ha convertido en una moda en todo el país. Generaciones de adolescentes que no sabían quién era y que ni si quiera habían escuchado una canción suya, se pasan todos los días fotos suyas por WhatsApp. Cuando una persona nace con estrella, todo lo que le rodea brilla. Maduro atractivo, bronceado, con pelo -aunque con injertos, pero nos da igual-, tabique de la nariz de platino -qué más da si es un bulo o no- gozador sin escrúpulos, orgulloso de llevar la bandera de su país allá donde va. Todos los países del mundo pagarían por tener un Julio Iglesias. Amable, sincero, llano, soberbio, amigo de sus amigos, mujeriego… Un truhán y un señor.

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"Confieso que a veces soy cuerdo y a veces loco, y amo así la vida y tomo de todo un poco. Me gustan las mujeres, me gusta el vino, y si tengo que olvidarlas, bebo y olvido. Mujeres en mi vida hubo que me quisieron, pero he de confesar que otras también me hirieron. Pero de cada momento que yo he vivido saqué sin perjudicar el mejor partido. Y es que yo amo la vida y amo el amor. Soy un truhán, soy un señor, algo bohemio y soñador. Y es que yo, amo la vida y amo el amor. Soy un truhán, soy un señor, y casi fiel en el amor". (Soy un truhán, soy un señor).

Todos soñamos con despertarnos una mañana en nuestra mansión en Punta Cana rodeado de tres eslavas preciosas que nos traen el desayuno a la cama, abrir la prensa y leer la crónica del concierto que dimos anoche en el Madison Square Garden con nuestro amigo Frank Sinatra y reírnos a carcajadas recordando cómo se agotaron las existencias de Jack Daniels y cocaína que nos habían dejado en el camerino… Cuentan que cuando llegó a las Américas se llevó a su madre a vivir con él y cada mañana ésta veía desfilar la hornada de mujeres de la noche anterior. Entraba en la estancia infernal con un rosario santiguándose y bendecía las sábanas mientras su hijo estaba en la ducha silbando. Cuando le preguntan cómo es un día normal en la vida del señor Julio Iglesias él responde: "Un día normal en mi vida es abrir los ojos dentro de mi avión privado bajarme en Nueva York para comer con unos amigos y de nuevo despegar para actuar esa noche en Estocolmo y a la mañana siguiente volver a primera hora para desayunar con mi mujer y mis hijos". ¿Por qué vas vestido siempre de traje negro o con prendas de blanco inmaculado? "Pues porque me han dicho que el negro y el blanco me quedan bien y no me voy a vestir con algo que me quede mal, ¿no?". Toma perlas.

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Mal padre, mal esposo, buen hijo, buen amante y gran vividor. Él mismo ha reconocido infinidad de veces no tener voz y aun así haber vendido millones de discos. Unas cifras que le sitúan solo por detrás de cantantes como Los Beatles, Michael Jackson, Queen o ABBA. Tiene en su haber 2.600 discos de platino y más de 300 millones de copias venidas. Ha sido el primer y único artista en recibir el mayor logro en la historia de la música: el disco de diamante concedido por el libro Guinness de los récords por ser el artista que más ha vendido en diferentes idiomas en toda la historia. Por supuesto tiene su nombre en el paseo de la fama de Hollywood.

Su influencia ha traspasado los escenarios llegando a terrenos políticos. Amigo íntimo de presidentes de medio mundo. Apoyó campañas, se llevó bien con la izquierda y con la derecha. En su casa estuvieron hospedados presidentes de los Estados Unidos como Bill Clinton. El gobierno de Zapatero le solicitó el favor de hablar con su buen amigo Henry Kissinger para limar las asperezas que tenían en ese momento España y Estados Unidos. Neymar le pidió prestado su jet privado para poder venir a Barcelona el día de su presentación. Es uno de los dueños de los Miami Heat y estoy seguro que se la suda completamente el equipo y el baloncesto. Madridista confeso. Su carrera de portero en el club blanco se truncó por un bendito accidente que casi le cuesta quedarse en una silla de ruedas. Dice que Rafa Nadal es el hijo que siempre quiso tener.

Ya lo decía Marlon Brando: somos la suma de nuestra herencia genética y de nuestras vivencias personales y éste traía de serie buenos genes. Su padre, el adorado por todos Papuchi, siempre solía repetirle: "Hijo mío, tenías que haber sido tú médico y yo cantante…". Hace 20 años se cruzó en el aeropuerto de Yakarta con una joven holandesa de cabellos dorados. Se giró y le comentó a uno de sus amigos: "Esa chiquilla va a ser mi mujer". Y así fue. Su mujer y madre de cinco hijos que parecen sacados de un marco de fotos del Ikea. Muchos se darán cuenta de su grandeza y legado cuando desaparezca. Pero yo prefiero seguir disfrutándolo en vida e intentar poder asistir otra vez a uno de sus conciertos. Dice que quiere seguir cantando hasta los 90 años y morir sobre el escenario. Sería un final magnifico para una vida legendaria.

"Unos que nacen otros morirán, unos que ríen otros lloraran, aguas sin cauces ríos sin mar penas y glorias guerras y paz. Siempre hay por quién vivir por quien amar, siempre hay por qué vivir por que luchar, al final las obras quedan las gentes se van otras que vienen las continuaran la vida sigue… iguaal…". (La vida sigue igual).

Weahhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!