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Hablamos con el poli de Michigan que fotografió a un cerdo en un coche patrulla

"Es una historia divertida en la que no se dispara a ningún sujeto desarmado, ni nadie sufre daños", dice el agente Treworgy. "Una anécdota graciosa, para variar".

Una de las varias fotos que la policía hizo de Daisy, la cerda arrestada. Todas las fotos por el sargento Larry Rice

"Es una locura lo lejos que ha llegado esto", confiesa al teléfono el sargento Larry Rice, del Departamento de Policía de Shelby, Michigan.

Se refiere, por supuesto, a la maravillosa instantánea que el jueves pasado sacó de una cerda ocupando el asiento trasero del coche patrulla del agente Kevin Treworg. Puede que hayas visto la foto en cuestión, porque ha salido publicada prácticamente en todos los medios de comunicación del planeta Tierra.

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"Tengo una amiga que vive en Madrid y me asegura que unos conocidos de Alemania le pasaron la foto del cerdo", explica Rice, ignorando el filón que tiene entre manos. "Si te digo la verdad, ni en un millón de años me habría imaginado algo así."

La foto del animal llegó como un soplo de aire fresco a la rutina de los informativos. Hoy día, las noticias que protagoniza la policía suelen estar relacionadas con incidentes horribles o con la violencia.

"Es una historia divertida en la que no se dispara a ningún sujeto desarmado, ni nadie sufre daños", dice el agente Treworgy. "Una anécdota graciosa, para variar". Pero no todo el mundo está de acuerdo con el revuelo de la noticia. "La verdad es que hay gente en el trabajo a la que le cabrea quedar como unos paletos de pueblo", explicó.

El cerdo fue devuelto a su dueño en el aparcamiento de la comisaría de policía. Pero lo que a mí me interesaba eran Rice y su repentina vena de fotógrafo. Esto es lo que me contó.

VICE: Para empezar, ¿cómo te viste envuelto en este incidente?

Sargento Larry Rice: Cuando recibí el aviso, recuerdo que envié un mensaje por ordenador para confirmarlo. Dije, "¡¿Eso es un cerdo?!". Cuando llegué, el agente Treworgy estaba reteniendo al animal con una especie de correa de perro. Salí del coche y empecé a reír. No me podía creer la escena. Yo me esperaba uno de esos cerdos pequeñitos que algunos tienen como mascotas, pero era una cerda adulta y enorme. Treworgy me advirtió de que no podría retenerla mucho más tiempo, así que fui a echar una mano y estuvimos peleando un rato con ella hasta que por fin conseguimos meterla en el coche.

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¿Os destrozó el coche una vez que lo dejasteis ahí?

La verdad es que no. Nos partimos de risa al verla en el asiento trasero. Unos cuantos vecinos también la vieron. Miré a Treworgy y le dije, "Tío, tengo que hacerle una foto", salí del coche, cogí mi móvil y tomé un par de fotos justo mientras el animal miraba por la ventanilla.

Tras la anécdota, el coche del agente Kevin Treworgy acabó un poco perjudicado.

¿Te esperabas la reacción que han provocado las fotos?

¡Qué va! Si solo se la había enviado a algunos compañeros de ese turno, a mi mujer y a unos pocos amigos. Treworgy me pidió que le enviara algunas y se fue a hablar con Leslie Heisler, el agente que lleva nuestra página de Facebook, y la cosa se disparó a partir de ahí. Un par de horas después, el teniente me llamó a su oficina y los medios de comunicación se habían puesto en contacto con nosotros para interesarse por la historia del cerdo.

¿Haces otras fotos? ¿Eres un apasionado de la fotografía?

Solo me limité a hacer una foto con el móvil. Si vieras las fotos que tengo, el 99 por ciento son de mis hijos y luego están las dos o tres del cerdo. Fue todo tan rápido que ni siquiera estaba seguro de si había ajustado bien el zoom ni nada. Si te fijas, en la foto que circula por internet hay demasiado brillo. En cambio, cuando les hago fotos a mis hijos intento ser más cuidadoso.

¿Hay alguna otra anécdota increíble que te haya ocurrido en el trabajo?

He visto cosas muy locas, desde luego. Soy policía desde hace 18 años, cuatro de ellos en Detroit. Pero creo que esta ha pasado a ser la anécdota más graciosa de todas, de esas que siempre acaban saliendo en las conversaciones. Mi padre, que también era policía, una vez tuvo que perseguir a un toro que iba suelto por toda la ciudad. Yo he seguido la tradición, pero con un cerdo. Es gracioso. He visto cosas malas y buenas, pero a nosotros nos gusta hablar de las buenas, de las cosas divertidas.

Traducción por Mario Abad.