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Cultură

Cosas que me han dicho los hombres a la cara después de verme desnuda

A continuación presento cinco reacciones verbales de cinco tíos que vieron mi cuerpo desprovisto de ropa por primera vez.

Desde el inicio de los tiempos, excepto quizá por las primeras semanas, desnudez y pudor han ido de la mano como uña y carne, el queso y la leche o un bajista y los pelos en la oreja.

La desnudez provoca todo tipo de reacciones, desde la euforia desenfrenada hasta el más absoluto rechazo, pero lo más habitual es que la visión de un cuerpo desnudo venga acompañada de una sensación de vulnerabilidad y vergüenza.

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A continuación presento cinco reacciones verbales de cinco tíos que vieron mi cuerpo desprovisto de ropa por primera vez. Que nadie se escandalice, porque no pretendo hacer un relato de mi historia sexual. Eso lo reservo para mi ginecólogo.

Así que ponte cómodo, relájate y pon los pies en este soporte. Perdona si me notas las manos muy frías.

La autora

"¿Eres consciente de lo buena que estarías si te pasaras tres meses haciendo ejercicio cada día?"

En la vida no se puede tener todo. Desde luego, si por ese tío fuera, no volvería a ver un dulce ni en la foto de una revista de cupcakes.

En cualquier caso, su observación es de lo más banal. ¿Quién no estaría bueno después de pasarse tres meses currándoselo en el gimnasio todos los días? ¡Un poquito de originalidad, por favor! Pero en el momento le di el beneficio de la duda. Al fin y al cabo, el tío solo intentaba hacerme ver el potencial que tengo.

Me vienen otras preguntas a la cabeza: ¿por qué tres meses? ¿Es que quería que probara uno de esos programas de "Reduce tus caderas en 30 días" tres veces seguidas? ¿Podría dejar de hacer ejercicio cuando hubieran pasado los tres meses? Y sobre todo, ¿en qué momento se le ocurre a alguien decirle a una persona una cosa semejante a la cara?

Cuando me lo dijo, supuse que lo que quería decir era: "No estás nada mal. Debajo de esa fina capa de grasa hay un cuerpazo como el de Susan Powter, que es como a mí me gustan las tías desnudas".

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Lo que he aprendido: Si no se te ocurre nada bonito que decir, mejor estate callado cuando alguien te enseña su asunto por primera vez. La gratitud también ayuda. Un simple "Muy amable, gracias" hace que el momento sea más agradable y (con suerte) fácil de olvidar. De otro modo, corres el riesgo de que tu reacción se quede grabada en la cabeza de la chica y acabe escribiendo un artículo sobre ello. Y nadie quiere eso, ¿verdad?

"¿Qué estás haciendo? Necesito un chute".

¿De qué tipo de chute estamos hablando, tío? ¿Uno para la rabia, el tétanos, la difteria? Que yo sepa, todavía no se ha inventado una vacuna para curar la visión de un cuerpo desnudo, y mucho menos el mío.

Bromas aparte, a veces la verdad puede doler como un puñetazo en toda la boca, pero es un riesgo que hay que correr. Llámalo como quieras: un desnudo sorpresa con final chungo, una muy mala idea o una especie de suicidio del ego.

Lo que he aprendido: Nunca des por sentado que la gente quiere ver tu cuerpo desnudo. Jamás. Y si además el tipo necesita algo de alcohol para poder soportarlo, lo mejor que puedes hacer es pasar palabra y a por el siguiente rosco.

"Has cambiado mucho desde la última vez que te vi".

Las circunstancias que rodean esta frase son graciosísimas, teniendo en cuenta que la pronunció mi ginecólogo. ¿De verdad te parece que he cambiado desde la última vez que nos vimos, aquella vez que aún no tenía dientes y estaba unida a mi madre por un cordón? Bueno, sí ,algo he cambiado.

El Doctor Greg soltó esta perla en plena exploración de mama. Mientras la enfermera intentaba aguantarse la risa ante la ocurrencia del médico, yo me quedé mirando al techo, preguntándome cómo podía contestar a eso. Opté por un "Sí, es verdad" neutro.

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Lo que he aprendido: A veces uno tiene la obligación de dar conversación a una paciente a la que está haciendo un examen de mama rutinario y dice lo primero que le pasa por la cabeza, sin pararse a pensar en lo raro que pueda sonar en contexto. En fin, al final aprendes a encajar los golpes.

"¡Joder, pareces una actriz porno!"

¿Por dónde empezamos? En primer lugar, supongo que debo mostrarme agradecida por el comentario. Por otro lado, es comprensible que alguien haga un comentario del estilo en el calentón del momento, aunque también es inevitable sacar algunas interpretaciones del mismo:

"¡Pareces una tía a la que han pagado por estar aquí!".

"¡Prepárate, estamos a punto de hacer una orgía sorpresa!".

"¡Para mí, la intimidad es simplemente una transacción comercial!".

"¡Nunca he visto una peli porno!".

"¡He visto mucho más porno del que pensabas!".

Lo que he aprendido: A la hora de adular a tu pareja, lo mejor es optar por lo sencillo. Quizá incluso no sea necesario hablar. Un ruido puede bastar. A veces es mejor así.

Ahora que todos conocéis mi memoria selectiva a largo plazo y mi tendencia a analizar en exceso los comentarios pasados, debo confesar que me siento un poco expuesta.

@hopiecan