Publicidad
Publicidad
Relacionados: Platicamos con uno de los dealers más grandes de la deep web
El mercado de la droga de internet es conocido, obviamente, por ser el lugar al que los consumidores de estas sustancias van a comprarlas. Sin embargo, un informe publicado el año pasado con el título Not an "Ebay for Drugs": The Cryptomarket "Silk Road" as a Paradigm Shifting Criminal Innovation reveló que entre un tercio y la mitad de las ventas totales de Silk Road correspondían a transacciones masivas por valor de entre 1,300 y 2,800 euros y no al gramo o dos de mefedrona de un consumidor ocasional."Estos datos ofrecen pruebas evidentes", concluye el informe, "de que muchos de los clientes de Silk Road eran traficantes que adquirían su suministro por esta vía. Desde el punto de vista de las ganancias, este tipo de ventas 'entre empresas' constituían el pilar del negocio de Silk Road".Estos hallazgos dan una idea de los patrones de negocio a los que tiende el mercado ilegal de la red. Dada la creciente inclinación de los narcotraficantes a utilizar la internet profunda para conseguir sus suministros, este negocio tan lucrativo ha pasado a ser una actividad muy accesible.Por eso no resulta sorprendente que Reynolds y sus colegas, sobre todo aquellos que estaban estudiando cómo montar un negocio internacional, vieron en el narcotráfico una oportunidad para ganar dinero fácil. Es perfecto para el estudiante medio: suele tener un buen conocimiento de internet, no tiene que tratar en persona con ningún importador de aspecto amenazante y suele moverse en un entorno en el que hay miles de personas dispuestas a gastarse una buena parte de sus becas y créditos en drogas.
Publicidad
Publicidad
Relacionado: Spice Boys - Adictos a la mariguana sintética
Por ello no sorprende que el primer narcotraficante al que atraparon en Silk Road fuera un australiano. En 2012, la policía interceptó dos paquetes procedentes de Alemania y Holanda, con 46.9 gramos de MDMA y 14.5 gramos de cocaína, dirigidos a casa de Paul Howard, en Melbourne. Allí, Howard guardaba toda la parafernalia propia del negocio: básculas digitales, bolsas de autocierre, 2,000 euros en efectivo y dos teléfonos móviles con mensajes como: "PROMUEVE EL LSD, ME LLEGÓ MÁS" o "TENGO CINCO DE LOS GRANDES EN MERCANCÍA, SI QUIERES".Al igual que ocurre con su vecino, en Nueva Zelanda se han producido bastantes arrestos de traficantes-importadores en línea.El año pasado, Nicholas Heatley, un estudiante de 22 años de Dunedin, fue condenado a cuatro años de prisión por haber importado LSD y MDMA por valor de 41,000 euros, mercancía que después vendió a estudiantes del campus. En mayo, a otro estudiante de Dunedin, Daniel McKechnie, le dieron siete años por importar todo un "supermercado de drogas" para su posterior venta, cuyo valor casi alcanzaba los 96,000 euros. Y la lista continúa. Aduanas de Nueva Zelanda reconoce que diariamente se producen intercepciones de alijos de droga comprada en internet destinada a campus universitarios."Supongo que Silk Road y sus sucesores allanaron el terreno para un nuevo tipo de capo de la droga", explica Eileen Omsby, periodista australiana y autora de Silk Road. "Los que se dedican a la compra masiva para después revender ya no tienen que comprar a la banda criminal de turno a cargo del mercado. De esa forma, se crea un nuevo perfil de narcotraficante en comunidades más reducidas y cerradas en las que el negocio prospera, como una universidad".Ante el creciente número de traficantes estudiantes que usan la deep web, las universidades podrían llegar a convertirse en los nuevos campos de batalla de una guerra de narcos en la que los objetivos cambian con rapidez.El mes pasado, tres estudiantes de Química de la Universidad de Victoria, en Wellington, crearon su propia internet invisible, la NZ Underworld, y retaron a la policía a que los atraparan. El sitio web todavía sigue en funcionamiento. Con ello, este grupo pretende demostrar que, gracias al comercio en línea, la autoridades policiales la tienen difícil para hacer cumplir la ley. Según ellos, tienen todo el derecho del mundo a traficar con drogas al margen de la policía y de otros delincuentes. Es el turno de la policía, aunque no apostaría demasiado por su éxito.@Narcomania