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Así es el sexo con ciertas drogas

Desde el momento en que aprendimos a quemar, fermentar o sintetizar sustancias para alterar la mente, hemos buscado las formas de incorporarlas a nuestra vida sexual para expandir y refinar los placeres que vienen con el sexo.
Todas las ilustraciones por Carly Jean Andrews

"Mucha gente usa diferentes tipos de drogas", nos dijo Matthew Johnson, profesor de siquiatría y ciencias del comportamiento en la Universidad John Hopkins. "Y mucha gente tiene sexo. Escoge una droga, pregunta y verás cómo cualquiera te puede contar cómo es el sexo bajo sus efectos".

Si has ido a un antro, te has perdido en internet o has ido a la universidad, entonces sabes que Johnson tiene algo de razón. A la mayoría de la humanidad le encanta tirar el monstruo. Y desde que aprendemos a quemar, fermentar o sintetizar sustancias para alterar la mente, ya sea alcohol, cocaína o LSD, buscamos la forma de incorporarlas a nuestra vida sexual para expandir y refinar los placeres que vienen con el sexo.

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Con todo el tiempo que llevamos mezclando drogas con sexo, cualquiera pensaría que ya tenemos el tema bien dominado. Sin embargo, las drogas tienen un efecto diferente en cada persona, como Johnson –quien realiza ensayos clínicos para probar el efecto de los narcóticos en la conducta humana– puede avalar. Algunas tiene un impacto farmacológico directo en la forma en que experimentamos el mundo mientras que otras afectan nuestro cerebro de una forma tan dramática que su impacto en el sexo es peligroso. A veces nos llevan al éxtasis total y otras veces hacen que tomemos decisiones peligrosas que podrían dañar nuestra salud y el bienestar de nuestras parejas. Incluso juegan un papel sumamente importante en las violaciones. Y mientras más drogas mezclemos, más complejos e impredecibles se vuelven los efectos.


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Es importante que sepas lo que vas a hacer antes de que te metas al baño con una bolsita llena de algo. Para ayudarte, consultamos muchos foros sobre drogas, los empalmamos con los pocos estudios que existe y consultamos a muchas personas –desde pachecos casuales hasta siconautas, de entusiastas amateurs hasta doctores y siquiatras– para escribir esta recopilación que contiene toda la información que existe sobre coger drogado.

Todas las ilustraciones por Carly Jean Andrews

Alcohol

El alcohol es probablemente la droga más utilizada para iniciar o mejorar el sexo. Según algunos estudios, el alcohol está presente en más de la mitad de las interacciones sexuales en EU, al menos entre la población joven –aunque no sabemos si siempre se consume para embriagarse o sólo como lubricante social. Como era de esperarse, las anécdotas de sexo y alcohol son incontables. Algunas indican que el alcohol ayuda a incrementar el deseo sexual, la excitación o el orgasmo en los bebedores ocasionales. Sin embargo, otras detallan problemas en todo lo anterior.

"No me parece que la gente disfrute más el sexo [cuando está alcoholizada]", dijo Johnson. "Probablemente sólo sea porque ayudan a desinhibirse. La ansiedad social que se produce al momento de acercarse a una [posible] pareja se elimina. O hace más fácil proponer una práctica sexual que normalmente no le propondrías a una pareja nueva".

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Gran parte de lo que experimentamos en estado de ebriedad es una manifestación de las expectativas. Si lo que queremos es excitarnos y coger, es muy probable que se nos cumpla.

Un trago hace que sea más fácil hablar con más libertad sobre lo que queremos y ayuda a que las personas estresadas o tensas se relajen y encuentren placer. Ese es el efecto en la mayoría de la gente que toma moderadamente en una noche. Si consumimos más de un nivel moderado, podríamos meternos en problemas.


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Cuando se consume alcohol en grandes cantidades, no sólo desinhibe sino que afecta a largo plazo los procesos de toma de decisiones y, por lo tanto, aumenta la probabilidad de tener sexo sin protección. También afecta el cerebro, el sistema nervioso y el cuerpo. Por ejemplo, en los hombres puede provocar disfunción eréctil, en las mujeres puede reducir o retrasar la sensibilidad y puede dificultar los orgasmos tanto en hombres como en mujeres. Algunas parejas incluso lo prefieren porque les ayuda a tratar la eyaculación precoz o problemas similares. Además, la deshidratación por el alcohol genera resequedad vaginal, algo que resulta perjudicial porque hace que el sexo sea más doloroso.

En resumen, lo bueno del alcohol es hace que las personas nos parezcan más atractivas. Lo malo es que es que influye significativamente en los casos de abuso sexual y violación porque desinhibe la conciencia de uno mismo y el consentimiento.

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Cocaína y anfetaminas

Seguro te han contado cientos de historias sobre orgías con coca o metanfetaminas. Esto se debe a que la cocaína y las anfetaminas son de los pocos narcóticos con propiedades afrodisíacas. Y según Steven Shoptaw, profesor y sicólogo de abuso de sustancias en la UCLA, algunas anfetaminas se utilizan en múltiples sectores demográficos, algo inusual para la mayoría de las drogas. Claro, habla de motociclistas, aunque también menciona a amas de casa que recurren al cristal y a la coca para conservar su apetito sexual a pesar de las tareas del hogar y el cuidado de los niños.

Muchos relatos sobre sexo bajo el efecto de la cocaína incluyen palabras como bestial o invencible. Podemos ver esto en CSP, o The Casual Sex Project (El proyecto del sexo casual), una serie de testimonios recopilados por la investigadora Zhana Vrangalova para analizar las experiencias del sexo fuera de las relaciones monógamas convencionales. En su relato, "Aslan", una mujer casada de 34 años de edad que vive en Panamá, describió así el sexo bajo el efecto de la cocaína:

"Fue sexo rudo con un desconocido muy atractivo. Parecía casi surreal. Después me puse a pensar en el efecto que podría tener este encuentro en mi reputación, en la posibilidad de quedar embarazada y el riesgo de contraer una ETS".


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Algunas personas dicen que estas drogas no son más que una herramienta para mantenerse despiertos y enfocados. Otras ven estas drogas como matapasiones o les atribuyen su disfunción eréctil. A pesar de la variedad de opiniones, la ciencia de los estimulantes indica que la mayoría de la gente que consume estas drogas experimenta encuentros sexuales más intensos.

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Según Soptaw y Larissa Mooney, otra profesora de abuso de sustancias en la UCLA, las anfetaminas llenan el cerebro de dopamina, el químico del placer, y de noradrenalina, que aumenta de resistencia, nos hace sentir muy positivos, concentrados y llenos de energía. Pero también alteran la forma en que tomamos decisiones y puede hacer que pongamos mucho énfasis en las metas personales y los resultados a corto plazo. Esta droga aumenta nuestro ritmo cardíaco y la presión arterial, lo cual mejora las sensaciones físicas y a menudo retrasa el orgasmo.

Hay algunas diferencias en los efectos de estas drogas. El efecto de la coca desaparece dentro de una hora mientras que el de la metanfetamina pueden durar hasta 11 o 12 horas, pero en general te hacen sentir como un dios del sexo; todo es increíble y duras más de lo normal.

"La gente coge y coge pero no se viene", dijo Shoptaw en torno a las anfetaminas y los maratones sexuales.

Estas drogas también implican ciertos riesgos sexuales y no sexuales. Como hacen que la gente tenga maratones sexuales, es posible que el exceso de actividad sexual provoque heridas y rozaduras. Aunado a la falta de sueño y una mala evaluación del riesgo, la necesidad de tener sexo lo más rápido posible hace que el sexo bajo el efecto de la coca o las metanfetaminas sea una forma muy común de contraer alguna enfermedad.

A largo plazo, el consumo de estas drogas provoca disfunción eréctil. Lo peor es que las anfetaminas podrían dañar tus receptores de placer y arruinar tu vida sexual sobria, sin mencionar la capacidad de experimentar alegría sin un darte toque. Por desgracia, este problema es muy común en los que consumen metanfetaminas.

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Mota

Después del alcohol, la mota es probablemente la segunda droga más consumida en la cama. Y al igual que con el alcohol, las anécdotas del sexo pacheco son tan comunes como diversas. Algunas personas dicen que la mariguana es una afrodisíaco, que produce erecciones más firmes, vaginas más húmedas, te vuelve más sensible y te ayuda a relajarte. Otros dicen que los deprime y disminuye su deseo sexual. A pesar de las diversas opiniones, los estudios sobre el cannabis y la copulación indican que la mayoría de la gente asegura que ha tenido experiencias positivas al tener sexo bajo el efecto de la mota.

"En general, dos terceras partes de los consumidores más experimentados aseguran que mejora su vida sexual", escribió Mitch Earlywine, un sicólogo que estudia el cannabis en la Universidad de Albany, Nueva York. "Algunas encuestas antiguas indican que los hombres creen que son más atentos en el sexo después de fumar la planta. La mayoría asegura que mejora el orgasmo y que, en general, aumenta la excitación y la sensibilidad".


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Existen muchas teorías sobre los ajustes neuroquímicos que produce la mota en el cerebro para lograr los efectos mencionados previamente. Pero, en esencia, la mota incrementa las sensibilidad, lo cual aumenta o disminuye el apetito sexual dependiendo de nuestro estado mental y nuestro entorno al momento de fumar.

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Como explicó Earlywine, "En general, los cannabinoides modulan la sensibilidad de la amígdala ante los estímulos, y la amígdala tiene mucho que ver con todas las sensaciones fuertes, en especial las sexuales. En este sentido, el cannabis puede hacer que la amígdala interprete los estímulos promedios como más divertidos y sexuales de lo normal".

Y a todos los que les ha dado pálida pueden confirmar que la mota es capaz de aumentar el miedo, la depresión y provocar paranoia. Esto puede disuadirte de tener sexo o distraerte de cualquier impulso sexual. Cabe destacar que algunos estudios correlacionan el consumo excesivo con la disminución de la fertilidad y la disfunción eréctil, dos cosas que nos pueden hacer pasar un muy mal rato.

Los activistas antidrogas han tratado de etiquetar a la mariguana como la nueva droga que favorece el abuso sexual. Aunque la mota sí altera la mente, no existen pruebas de que aumente las conductas sexuales de riesgo como el alcohol o las anfetaminas. Y considerando que la mota está cada vez más cerca una regulación formal, para muchos, esta droga es la que ofrece el mejor equilibro entre seguridad y fiabilidad de todas las que están en la lista.

Sin embargo, gracias a la falta de investigación y de la idiosincrasia, hasta el momento, la gente aún no se pone de acuerdo en el efecto de los cannabinoides sintéticos, los cuales no recomendamos consumir bajo ninguna circunstancia.

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Éxtasis

Si nos guiamos por todas las historias del sexo casual bajo el efecto del MDMA que están en la base de datos de CSP, cualquiera creería que el éxtasis, una droga única que comparte algunas propiedades con las anfetaminas y los alucinógenos, no es más que un afrodisíaco que estimula los sentidos. Pensemos en la historia de "DJ", un hombre de 30 años que utilizó éxtasis para mejorar el sexo con una chica que conoció por internet:

"Hubo un punto en el que sentí como si estuviéramos en otro lugar y otra época y que nada importaba más que el placer del momento. Fue increíble. Empezamos alrededor de las 7 PM y no dejamos de hacer el amor hasta las 7 AM".

Eso suena como un maratón de anfetaminas. Más tierno que un maratón de sexo en metanfetaminas pero no deja de ser un maratón. Y según algunos estudios, la mitad de los encuestados dijeron que habían experimentado un aumento en su apetito sexual, lo cual reafirma la asociación de la droga como estimulante. Pero eso no tiene mucho sentido dadas las propiedades farmacológicas del MDMA.

"El MDMA puro produce euforia y sentimientos de empatía en la mayoría de la gente", dijo Karen McElrath, profesora en la Universidad Estatal de Fayetteville que también realiza investigación acerca del MDMA para VICE. "Muchos individuos que consumen MDMA puro experimentan una sensación de cercanía emocional (incluso con desconocidos), que puede incluir sensualidad, aunque sin el deseo de sexo con penetración".

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Tanto McElrath como Zvi Zemishlany, profesor en la Universidad de Tel Aviv y autor de uno de los estudios que vincula el MDMA con experiencias de carácter estimulantes, insinúan que las aventuras sexuales intensas de la gente a menudo son el resultado de tomar píldoras o polvos no puros o mezclarlos con otras drogas.

Algunos tratan de utilizar las propiedades empáticas del MDMA puro para mejorar el sexo. Pero en la mayoría de los casos es más común que ocurran deficiencias sexuales por la droga, desde la disminución del apetito sexual hasta la disfunción eréctil. Mientras no genere ansiedad (a veces pasa), el MDMA es mejor para cucharear que para coger.

No está claro si la propiedad de aumentar la emotividad también existe en los variantes del MDMA –por ejemplo, en las catinonas sintéticas como el MDPV (también conocido como "sales de baño"), que con frecuencia se venden como MDMA en la calle–.

McElrath explicó que "Las catinonas sintéticas usualmente se asocian con la excitación sexual, aunque existe poca investigación respecto a esta relación. Está claro que las catinonas sintéticas contienen propiedades similares a las que contienen las anfetaminas y, al igual que muchos estimulantes, pueden intensificar el apetito sexual y extender la actividad sexual", además de exponernos a los mismos riesgos.

Alucinógenos

Los sicodélicos y las drogas disociativas (una amplia gama que cubre todo desde el DMT hasta el LSD, la ketaminta y el PCP) están entre las drogas menos fiables que hay en mercado. Veamos los relatos del sexo en LSD: en la base de datos de CSP, "Matthew", un hombre de 33 años, cuenta la historia de un viaje muy cachondo a los 16 años de edad en donde la droga parece un claro afrodisíaco:

"Coqueteo con todas las mujeres porque soy capaz de detectar la lujuria sólo con verlas a los ojos… Una vez tomé a una chica por las caderas y la acerqué a mis labios. Después me detuve y lo volví a hacer una y otra vez a pesar de estar frente a nuestros grupos de amigos. Estoy seguro de que hablaban de nosotros pero no importó porque estábamos en nuestro propio mundo".

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Sin embargo, para otros, el LSD distrae mucho y los viajes son demasiado raros como para que les den ganas de coger.

Pasa lo mismo con la psilocibina, más conocida como "hongos". Algunos afirman que crea una lujuria primitiva muy al estilo de las anfetaminas. Otros dicen que es más similar al éxtasis porque dan ganas de acurrucarse. Ese fue el caso de "Anna", una mujer de 32 años de edad que relata un viaje que tuvo a los 18 años en la base de datos de CSP. Los hongos la hicieron sentir una unión más profunda con un chico por el cual nunca antes había sentido nada, pero no afectaron su apetito sexual ni su capacidad.

Se presenta la misma variabilidad con todas las drogas disociativas y sicodélicos, no importa si es DMT, ketamina, peyote o PCP. Estas drogas tienen algo en común: son impredecibles.

Según Johnson y Michael Kometer, un neurosicólogo de estados de consciencia alterados que estudia los sicodélicos y la consciencia en la Universidad de Zurich, gran parte de esto tiene que ver con el efecto masivo que tienen estas drogas en el cerebro humano. Cada droga afecta receptores diferentes. El LSD pega mucho y es muy impredecible. El DMT pega duro y lo más probable es que te paralice y no puedas tener sexo. El PCP y la ketamina afectan profundamente en el cerebro por eso son tan destructivas y peligrosas. Uno de los riesgos es que puedes dejar de respirar. Aun así, a pesar de todas sus variaciones, todas tocan los mismos puntos que liberan nuestros patrones de pensamiento.

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"Todavía tenemos mucho que aprender sobre este tema pero todo indica que ayudan a sacar la propia identidad", dijo Johnson. "Se podría decir que es una forma más libre de la consciencia que puede resultar en pánico, ansiedad y confusión tras la pérdida del ego. [O] puede crear estados de éxtasis de sensaciones intensas de unidad con el universo y el todo".

Las experiencias sexuales alucinógenas van a ser diferentes dependiendo de quién sea, dónde te encuentres y cuál sea tu estado mental. Todo es muy idiosincrásico. Sin embargo, si nos basamos en los estudios sobre la psilocibina, Johnson sospecha que la perdida del ego puede causar un tipo de empatía que es especialmente útil para reavivar el romance y encontrar nuevas chispas y conexiones en parejas que llevan mucho tiempo juntas. Esto significa que es más probable que tengamos buen sexo sicodélico con alguien que nos hace sentir cómodos y no con alguien que se da un viaje sólo para coger.

Es más probable tener una cogida alucinógena positiva si antes estudias un poco de siconáutica y aprendes qué sustancias, dosis y entornos te funcionan mejor. Para los que quieren mezclar hongos o ketamina con sexo, es importante recordar que las dosis pequeñas son la clave. Es más probable que te den ganas de tener sexo en la parte final de un viaje (si nos basamos en la evidencia que reunió Kometer) y es más probable que los disfrutes en un entorno cómodo y seguro.

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Nitritos

Los nitritos, también conocidos como "poppers", son probablemente la droga más vinculada con el sexo de toda la lista. A pesar de ciertas regulaciones, en general la venta de poppers es legal siempre y cuando sea bajo un nombre eufemístico. Por eso existen tantas anécdotas vívidas de sexo con nitritos.

Los nitritos relajan tu cuerpo y se dice que producen emociones intensas y breves que te ponen muy cachondo. Un anónimo de 19 años habla sobre esta propiedad relajante en su encuentro con un hombre de 41 años que conoció en Grindr:

"Me dio poppers para que me relajara y para que el sexo fuera más tolerable".

Por otro lado, "Peter", un hombre heterosexual de 33 años de edad que tuvo un encuentro sexual con otro hombre después de probar los poppers, hizo énfasis en las emociones intensas que sintió en el relato incluido en la base de datos de CSP:

"La sensación era tan intensa que creí que mi cabeza iba a explotar y era como si a los dos nos hubiera poseído algo. Nos abalanzamos y sentí que lo deseaba tanto que iba a morir si no lo tenía. Fue muy intenso y abrumador. No recuerdo mucho de lo que pasó durante los minutos que siguieron pero sí recuerdo que me vine por todo el lugar y me sentía muy excitado".

Aunque suene un poco extremo, los poppers son muy simples en el aspecto fisiológico. Los nitritos de amilo con los que más se utilizan como como vasodilatadores –sustancias que relajar los vasos sanguíneos–, aunque a veces también se utilizan las soluciones de isobutilo, ciclohexilo, isopentilo e isoamilo. Lo más importante es que no sólo relajan los vasos sanguíneos, sino los tejidos blandos, como el ano y el esfínter, lo cual hace de los poppers un combo perfecto para los amantes del sexo anal.

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Los poppers son peligrosos si no se almacenan en las condiciones correctas. También queman si entran en contacto con la piel porque son altamente inflamables. Implican riesgos para los que padecen ciertas enfermedades y aunque su efecto placentero se combina bien con otras drogas, es peligroso mezclarlos con tratamientos para la disfunción eréctil porque la disminución de la presión arterial puede provocar desde un desmayo hasta la muerte dependiendo de tu estado de salud. Sin mencionar que tener sexo anal con los músculos relajados hace que sea más intenso, lo cual provoca desgarres y hemorragias, y aumenta el riesgo de contraer alguna enfermedad.

Shoptaw mencionó que no todos los poppers que están a la venta son nitritos. Es decir, tengan cuidado con lo que se meten.

Opiáceos

Los opiáceos contienen heroína y un gran número deanalgésicos y sedantes. Probablemente son los menos sexys de toda la lista. Tiene sentido, considerando que los opioides son la causa de gran parte de las muertes por sobredosis. El único relato en la base de datos de CSP que incluye un tipo de opiáceos es de una mujer de 32 años de edad que tuvo sexo con un surfista durante sus vacaciones en Oahu tras sufrir una herida leve y se quedó dormida sobre él después de mezclar por accidente alcohol con analgésicos. En otros relatos anónimos de páginas que se especializan en drogas, los opiáceos eliminan el apetito sexual, hacen que sea imposible llegar a un orgasmo y, más que nada, te dejan tirado en un estupor total.

Los opiáceos son de los narcóticos menos estudiados en lo que respecta al sexo porque, según Johnson, su consumo durante el coito es muy raro como para considerarse un fenómeno a nivel demográfico.

"Son diferentes de los sedantes clásicos como los barbitúricos", señaló. "Pero, en esencia, sí tienen un efecto sedante. Producen sueño y para tener sexo [consensuado y con recuerdos sobre éste] es necesario estar despierto".

McElrath agregó que "Gran parte de la gente adicta a la heroína tiende a experimentar un apetito sexual bajo sin importar que la relación con su pareja sea breve o duradera".

Esto parece estar relacionado con la farmacología de los opiáceos, la cual, por lo visto, se une a fragmentos de tu cerebro para inhibir la producción de los neuroquímicos que se asocian con sensaciones eróticas. Esto aplica para todo, desde la codeína hasta la heroína. Algunos opiáceos son más adictivos que otros y algunos son mejores con dosis médicas controladas. No obstante, ninguno difiere lo suficiente en su farmacología como para producir efectos sexuales distintivos.

Aunque hay una minoría que asegura disfrutar del sexo bajo el efecto de opiáceos, ya sea porque una dosis pequeña provoca alteraciones en sentido del tiempo, lo cual prolonga las experiencias sexuales (en especial para los que padecen de eyaculación precoz) o porque aumentan la relajación y la comodidad. O simplemente porque te ponen medio loco sin que pierdas la consciencia.

¿Y ahora qué?

Consumir drogas puede ser muy peligroso y es difícil disfrutar el sexo bajo sus efectos, en especial si compras tus drogas en el mercado negro. Aunque ya hayas probado una droga, añadir sexo a la ecuación es una nueva capa de factores vivenciales que debes considerar, así que ten cuidado. O podrías tener sexo sobrio, un acto que por sí solo ya implica suficientes riesgos en esta época por todas las infecciones de transmisión sexual y las parejas raras que están al acecho.

Hace falta investigación científica sobre el impacto que tienen las drogas en el sexo. Por esta razón, drogarse y tener sexo es todavía peligroso. Lo único que podemos decir con seguridad es que cada persona vive una experiencia única cuando combina sexo y drogas. Trata de no guiarte por las experiencias que te cuentan otras personas ni meterte lo que te digan. Y por último, no olvides que tu pareja tal vez no sienta lo mismo que tú con determinada droga. Si tienes dudas sobre drogas, sexo y tu cuerpo, lo mejor es que platiques con un médico.

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