'Sanjuditas' multicolores

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Identidad

'Sanjuditas' multicolores

El santo más cool posa para nosotros en su día.

Un culto religioso que he visto crecer últimamente en el DF y su zona metropolitana, es la devoción a San Judas Tadeo.

El día 28 de cada mes, veo en Facebook cómo la gente dice alucinar y detestar a los feligreses de dicho santo porque les dificultan el tráfico en avenida Reforma, saturan el metro, aborrecen sus vestimentas reguetoneras, les choca su "mona", sus estatuillas gigantes de San Judas y odian todo lo que tenga que ver con su congregación alrededor del Templo de San Hipólito, meca de los "sanjuderos" y donde estos feligreses acuden a bendecir a sus "santitos", a dar gracias por los favores recibidos y también a pactar o realizar las mandas acordadas (regalar dulces, comida, flores, escapularios, etc.)

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De este ritual hay algo que siempre me motivó a fotografiar esta nueva tradición: las figurillas de San Judas.

Así que empecé por buscar quién fue este personaje: "Sanjuditas" era primo hermano de Jesús de Nazaret. Su papá, fue hermano de San José llamado Alfeo y su mamá una hermana de la Virgen María, llamada también María. Su hermano era al apóstol Santiago. Hay algo muy importante: no confundas a Judas Tadeo con Iscariote (que fue el apóstol que entregó a Jesús a los chotas). Judas Tadeo fue también uno de los doce apóstoles, y en sus inicios fue campesino. Predicó la ideología de Jesús. Fue perseguido, torturado y asesinado por ello.

Hay ciertos símbolos que son muy recurrentes al momento de representar la imagen de San Judas, de los cuales se ignora su significado:

El medallón. En éste aparece el rostro de Cristo. San Judas lo sostiene con su mano a la altura del pecho. Dicho símbolo representa la gran similitud física y espiritual que había entre ambos. Sin embargo, los seguidores llegan a asociar tal medallón dorado con la prosperidad económica.

La lengua de fuego. A mi parecer es uno de los símbolos más extraños: una llama de fuego en la cabeza —pareciera también una especie de cuerno. Alude a esa energía especial —llamada Espíritu Santo— que recibieron en su momento los apóstoles y la Virgen María.

La Biblia. Debido a que San Judas fue escritor de uno de los libros que integran la Biblia, se le representa con un libro en la mano.

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El bastón. Con el cual, se ayudó para caminar largos caminos al momento de predicar lo que Jesucristo le había enseñado.

El mazo. Se piensa que fue uno de los objetos con el que San Judas fue martirizado por predicar las ideas de Jesucristo. Sin embargo algunos creyentes han resignificado este símbolo, pues según la mano que porte el mazo será un santo protector de gente honesta o personas dedicadas a actos delictivos: Si el Sanjuditas sostiene el garrote con la mano izquierda, se convierte en protector de criminales.

Durante el tiempo que estuve realizando este trip fotográfico, noté de forma general que la mayoría de los "sanjuditas" visten una túnica verde, aunque también abundan otros que portan una vestimenta totalmente blanca o amarilla.

Los feligreses mencionaron que un "sanjuditas blanco" es protector de la "familia" y un "sanjuditas amarillo" atiende problemas relacionados con el dinero.

A pesar de que los artesanos reproducen las figurillas con un mismo molde, percibí en éstas, distintas miradas: unas apacibles, otras coléricas, unas indiferentes o irónicas y algunas tantas compasivas.

Rosarios, escapularios, vírgenes, fotografías personales, dinero, crucifijos, accesorios y flores… elementos que revisten a un Sanjudas y lo tornan más personalizado: más complejo. Cada uno diferente, cada uno irrepetible.

A diferencia de aquellos santos y vírgenes intocables e inalcanzables de la mayoría de los templos; llega éste y crea un puente emocional entre los que lo siguen. Además de ser su santo protector, se convierte en el amigo, el familiar, el confidente, el acompañante.

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San Judas Tadeo, el santo de las causas perdidas resulta una luz para la gente más pobre, olvidada y marginada. Sin embargo es en este núcleo, donde se populariza una figura religiosa, reinterpretada por mujeres y hombres contemporáneos, la cual sí ha sido hecha a la forma y semejanza de sus followers.

Esos santos de yeso, esos sanjudas multicolores, de miradas que hablan y de personalidades múltiples, dejan de ser sólo objetos de culto y se transforman en espejos que reflejan sueños y al mismo tiempo realidades.

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