La pasión de Cristo desde el penal de Santa Martha Acatitla

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La pasión de Cristo desde el penal de Santa Martha Acatitla

La representación aleja a muchos de la monotonía de supervivencia, viendo en esas caras duras la ilusión de libertad.

Internos del penal de Santa Martha Acatitla hacen su propia representación del viacrucis.

Cada año en Iztapalapa, en la Ciudad de México, se lleva a cabo la representación más grande del país de la Pasión de Cristo, con más de un millón y medio de asistentes. En la misma delegación, los internos del penal de Santa Martha Acatitla realizan su propio viacrucis.

El pasado 25 de marzo se reunieron al rededor de 1,900 personas dentro de las secciones oro —donde están los reos con condenas menores a diez años— y diamante —donde se encuentran aquellos con condenas mayores a diez años— del penal para la representación.

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La fe, acompañada de la corrupción y la burocracia brotan del reclusorio. Los inocentes y los culpables merodean por los pasillos buscando dignidad. La representación aleja a muchos de la monotonía de supervivencia, viendo en esas caras duras la ilusión de libertad, ante una actividad extra curricular al diario de talonear o cuidarse constantemente la espalda.

Internos del penal decoran el patio para escenificar la crucifixión de Cristo.

Romanos observan desde las gradas la escenificación del Viernes Santo.

Internos del penal llevan a cabo su propia representación del viacrucis.

Internos del penal de Santa Martha Acatitla se preparan para la escenificación.

Internos del penal observan la escenificación desde las gradas.

Internos del penal preparan a esenificaciòn de las caidas de Cristo en el patio del penal.

Internos se preparan para salir a escena.

Martín, preso del penal, posa para un retrato momentos antes de la representación anual del viacrucis.

Preso del penal muestra sus tatuajes de Jesús y San Judas Tadeo sobre su espalda.

Presos vestidos de nazarenos.

Internos del penal esperan a entrar a escena.

El Diablo.