Cada año en Iztapalapa, en la Ciudad de México, se lleva a cabo la representación más grande del país de la Pasión de Cristo, con más de un millón y medio de asistentes. En la misma delegación, los internos del penal de Santa Martha Acatitla realizan su propio viacrucis.El pasado 25 de marzo se reunieron al rededor de 1,900 personas dentro de las secciones oro —donde están los reos con condenas menores a diez años— y diamante —donde se encuentran aquellos con condenas mayores a diez años— del penal para la representación.
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La fe, acompañada de la corrupción y la burocracia brotan del reclusorio. Los inocentes y los culpables merodean por los pasillos buscando dignidad. La representación aleja a muchos de la monotonía de supervivencia, viendo en esas caras duras la ilusión de libertad, ante una actividad extra curricular al diario de talonear o cuidarse constantemente la espalda.