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Los que no creen que el fin de la guerra contra las drogas está cerca

Las esperanzas de un nuevo enfoque sobre el consumo de drogas están puestas en UNGASS, la reunión de las Naciones Unidas que se dará en Nueva York del 19 al 21 del abril. Sin embargo, hay quienes tienen sus dudas.

Molestias e inquietudes manifestaron 189 organizaciones de la sociedad civil de diferentes países del mundo ––que operan desde Colombia hasta Zimbabwe–– en un declaración que presentaron hoy, 14 de marzo, sobre la forma en que se ha cocinado el documento final que guiará la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, UNGASS.

Primero explico de qué se trata UNGASS. En un principio convocada para 2019, y adelantada para el mes de abril de este año gracias a una declaración conjunta que hicieron México, Colombia y Guatemala en octubre de 2012, es una sesión extraordinaria de Naciones Unidas que busca, entre otras, evaluar los logros y los retos en la tarea de hacer frente al problema mundial de las drogas.

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La declaración de los tres países consideraba "inaplazable revisar el enfoque mantenido hasta ahora por la comunidad internacional en materia de drogas" y pedía a la ONU liderar el tema para conducir a una reflexión que nos permitiera establecer un nuevo paradigma en el tema de drogas que brinde mayor eficiencia a las estrategias y los instrumentos con los que la comunidad global hace frente a ese fenómeno que ha costado sangre en los países.

Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2015 realizado por UNDOC, en el mundo hay un total de 246 millones de personas consumidoras de drogas. Es decir, una de cada 20 personas de edades entre los 15 y los 64 años consumieron, lo que representa un aumento de tres millones de personas con respecto al 2012. La ONU justifica la cifra en el crecimiento de la población mundial y asegura que el consumo se ha mantenido estable. Aún así, el problema no es menor. Entre los consumidores, 1 de cada 10 son consumidores problemáticos, es decir, hay 27 millones de consumidores problemáticos que sufren trasntornos ocasionados por el consumo, y solo 1 de cada 6 de esos consumidores problemáticos tiene acceso a tratamiento.

La persecución a los consumidores ––ni hablar de la fumigación a los cultivos o la guerra contra los carteles–– ha sido inclemente: en Colombia, por no ir muy lejos, de acuerdo con un informe de Dejusticia de este año, desde 2008 hasta 2014 la población carcelaria por delitos relacionados con drogas se ha cuadruplicado.

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Esta es, sin duda, una reunión importante.

Prueba de ello son sus dos antecedentes: la de 1990, que transformó la estructura de control de drogas de la ONU, culminando con la creación de la actual Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito ––UNDOC––; y la de 1998, abogó por el objetivo quijotesco de lograr un mundo sin drogas, fijando 2008 como fecha límite para "eliminar o reducir considerablemente" el mercado mundial de drogas ilícitas, y donde los represantantes de México y Colombia propusieron acabar con la dicotomía entre países productores y consumidores y hablar de responsabilidad compartida. "Nadie está libre de pecado como para tirar la primera piedra", señaló Enersto Samper, en ese entonces presidente de Colombia y representante del país ante la sesión especial de 1998.

La sesión especial de este año, que está a solo 35 días de ser realidad, plantea generar un "debate abierto y de gran envergadura, que considere todas las opciones disponibles", como dijo Ban Ki-Moon, el Secretario General de las Naciones Unidas, en 2013, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, del 26 de junio de 2013 en Nueva York.

Desde su discurso, el Secretario General señaló que la situación de las drogas no solo era crítica sino que era un problema transnacional que demandaba una respuesta global, y que, además de enfrentar los temas de drogas, corrupción y organizaciones criminales y terroristas de orden transnacional, también era necesario hacer énfasis en la prevención, la salud pública y los derechos humanos, así como cambiar el enfoque de la lucha contra las drogas, pues Ban Ki-Moon hizo énfasis en que el castigo y la estigmatización de los usuarios de drogas no era la solución. El mundo va girando hacia la dirección correcta. ¿O no?

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Con las metas alentadoras que planteó el Secretario, así como la inclusión de de la sociedad civil para esta sesión especial, muchas organizaciones a nivel mundial se entusiasmaron con la reunión. UNGASS 2016 planteaba por fin un oportunidad para evaluar lo que funcionaba o no del enfoque de drogas vigente y se convertía también en una oportunidad para encontrar un nuevo consenso que aborde la realidad del fracaso y las consecuencias negativas de las políticas vigentes.

Pero el borrador del documento final para la sesión, así como los preparativos, han bajado el entusiasmo de algunos representantes de la sociedad, quienes manifestaron en su declaración que el documento, redactado en Viena, no reconoce la ausencia de logros durante los últimos 50 años de lucha contra las drogas y ha ignorado el daño que han causado los enfoques actuales: los abusos sistémicos a los derecho humanos, la intensificación de la transmisión del VIH y la hepatitis C; la violencia, corrupción y asesinatos perpetuados por los mercados delictivos de drogas; la estigmatización sistémica de personas que consumen drogas; la destrucción de los medios de vida de agricultores de subsistencia debido a la erradicación forzada de cultivos; y miles de millones de dólares en fondos públicos desperdiciados en políticas de drogas que evidentemente no funcionan.

UNGASS, que es el principal órgano de deliberación y formulación de políticas públicas de la Organización de las Naciones Unidas reúne y tiene un representación equitativa los 193 estados miembros de la ONU.

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Pero en la declaración de las 189 organizaciones firmantes se evidencia su frustración con respecto al cambio de enfoque que ha prometido. Según ellos, los preparativos que han estado a cargo de la Comisión de Estupefacientes (CND) y su Secretaría en la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) en Viena, no incluye las propuestas "innovadores y vanguardistas de los Estados miembros, de otras agencias de Naciones Unidas y de la sociedad civil perpetuando las mismas luchas de poder y la parálisis que han entorpecido el debate de control de drogas en Viena durante décadas".

Además, han señalado los firmantes que el sitio web dispuesto para UNGASS, manejado por la Secretaría de la CND, no incopora las recomendaciones que se hacen a través de la página a las negociaciones del documento final. Se quejan también que dichas negociaciones han sido en su mayoría de carácter cerrado excluyendo la participación de la sociedad civil y dejando en entre dicho la transparencia.

Por ahora habrá que esperar que empiece la sesión especial y ver los resultados. Sin embargo, las asociaciones lucen muy molestas.

Faltan 35 días para que empiece UNGASS. Si quiere saber más sobre la reunión entre aquí. Para conocer puntualmente la queja de las organizaciones haga no más clic por acá.

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Sara cree en la deliberación razonada sobre las políticas de drogas. Atiende sugerencias por acá.