Después de una cantidad considerable de expectativa, la segunda temporada de El Naranja Es El Nuevo Negro salió la primera semana de Junio. A pesar de mis fundamentos como un opositor sin complejos, que trinufó con el propósito de evitar la primera temporada, vi los primeros dos episodios de este nuevo lote. Todas las reseñas inmensamente positivas y la cantidad incansable de piezas publicitarias atractivas lograron agotarme. La presión de grupo no se quedó atrás tampoco. Nunca más quiero volver a oír a alguien preguntarme si ya me he visto El Naranja Es El Nuevo Negro porque crean que me va a gustar. Pues tenían razón. Me gustó. Ahora déjenme en paz y vayan a molestar a algún otro pobre diablo. Pueden tomar otro testimonio inútil para su colección. Se lo merecen.
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