Por qué sufrirán más las mujeres si el Reino Unido abandona la Unión Europea

Los días previos a la votación han estado inundados de un penoso nivel de racismo al estilo de "construyamos un muro" y de un intento de sembrar un terror apocalíptico, representados por 'Vote Leave' ("vota salir") y 'Leave.EU' ("abandonemos la UE") por una parte y 'Britain Stronger in Europe' ("Gran Bretaña es más fuerte en Europa") por la otra. Todas las campañas han arrojado acusaciones contra las demás en temas como la economía, los derechos de los emigrantes y la soberanía. Sin ir más lejos, la semana pasada el Partido de la Independencia del Reino Unido y el defensor de la salida de la UE Nigel Farange fueron acusados de "incitar al odio racial" por un anuncio centrado en los inmigrantes que se ha llegado a comparar con la propaganda nazi.

El Brexit se ha apropiado del discurso y la cultura de Gran Bretaña como un bárbaro escalando el Muro de Adriano. Students for Britain ("Estudiantes por Gran Bretaña"), una organización afiliada a la campaña de 'Vote Leave', llegó incluso a fabricar condones con temática de Brexit (su eslogan: "es más arriesgado quedarse dentro"). La semana pasada se produjo un estrafalario enfrentamiento en el Támesis —el río que divide Londres entre la zona norte y la zona sur— entre defensores de quedarse y defensores de salir de la UE que iban a bordo de una flotilla de embarcaciones. Durante dicho enfrentamiento, el cantante Bob Geldof, defensor de permanecer en Europa, puso a todo volumen el tema "If You Leave Me Now" ("Si me dejas ahora") de la banda Chicago para que lo escucharan los defensores de la salida de la UE.

Los condones y las batallas en barco sobre el Támesis son en el mejor de los casos graciosos y de muy mal gusto en el peor, pero aunque cuestiones políticas como la regulación económica y la inmigración se han situado en primera línea de los titulares, los derechos de las mujeres se han barrido hasta esconderlos en un rincón. Un informe elaborado por la Universidad de Loughborough reveló que solo uno de cada diez comentaristas que aparecían en la prensa hablando sobre el Brexit eran mujeres. Pero la ausencia de voces femeninas pronunciándose sobre el Brexit dio un impactante giro el 16 de junio, cuando la defensora de la permanencia en la UE y Miembro del Parlamento por el Partido Laborista Jo Cox fue asesinada de un disparo por un hombre del que se afirma que gritó "¡Britain First!" durante el ataque (el nombre de una organización de extrema derecha que se opone fervientemente a la UE y a la inmigración).

Jean Lambert, que vive en Londres, es miembro del Parlamento Europeo, el órgano legislativo de la UE elegido por sufragio directo. Afirma que se siente decepcionada por el modo en que se ha reflejado el referéndum en la prensa. "La gente se pregunta, '¿Dónde están las mujeres, dónde está la gente de color?'", explica a Broadly. "Realmente esto se parece a aquellos antiguos clubes exclusivamente para hombres. Para mucha gente la situación resulta profundamente alienante".

"Es importante destacar, no obstante, a la hora de manejar estadísticas que muestran a las mujeres como más proclives que los hombres a mostrarse indecisas, que diversas investigaciones han demostrado que no existe diferencia de género alguna en la participación real", afirmó Kymberly Loeb, investigadora ejecutiva sénior en Britain Thinks, una consultora estratégica independiente. "Ninguna de las partes que participan en el debate ha sido realmente capaz de determinar la repercusión del referéndum en términos de economía doméstica, seguridad laboral y servicios públicos, que son los problemas locales que con frecuencia más importan a las mujeres según nuestra investigación.

Nadie puede predecir con certeza qué pasará en Gran Bretaña si abandona la UE, pero es posible que las mujeres acaben en el extremo más perjudicado de las consecuencias del Brexit. "Creo que es muy probable que, si el Reino Unido sale de la UE, se instaurará una administración mucho más conservadora. En ese contexto, se mostrarán hostiles a las leyes de igualdad", indicó Christopher McCrudden, profesor de leyes sobre derechos humanos e igualdad en la Queen's University de Belfast. "Partes muy importantes de la ley de igualdad que está actualmente en vigor tratan por ejemplo de las pensiones, de la igualdad de salarios por el mismo trabajo o de la eliminación de consideraciones actuariales en los seguros.

Todas estas cuestiones derivan de la participación actual de Gran Bretaña en la UE y es extremadamente probable que se eliminen si salimos".

Pero la ley de igualdad no solo se verá amenazada en el Reino Unido. "Está bastante claro que una de las preocupaciones de las principales capitales como Berlín o París es que si Gran Bretaña sale de la UE brindará apoyo a otros organismos anti-UE", explicó McCrudden. "Por ejemplo, [la líder del partido de ultraderecha Front Nationale] Marine Le Pen, en Francia, no tardaría en organizar rápidamente un referéndum para que Francia saliera también".
"La UE se vería debilitada si Gran Bretaña saliera del grupo y dicha debilidad se manifestaría reduciendo la agresividad con que se hace cumplir la ley de igualdad", añadió. "En muchos países, la ley de igualdad se encuentra bajo presión y uno de los motivos por los que no recibe más presión es porque la UE se encarga de hacer cumplir dichas leyes. Si eliminas o debilitas esa fuerza que hace que se cumplan, por ejemplo debilitando la capacidad de la UE en términos generales, también debilitarás el cumplimiento de la ley de igualdad". Para los 260 millones de mujeres que viven y trabajan en la UE, esto debería suponer una enorme llamada de advertencia.

Suzanne Evans, antigua portavoz del UKIP y defensora de la salida de la UE, no cree que eso vaya a suceder. "La primera Ley de Igualdad de Salarios de Gran Bretaña se firmó tres años antes de que entráramos en la UE", escribió en el Express. "Y anteriormente ya se habían aprobado la Ley del Aborto y la Ley de Reforma del Divorcio, además de haberse instaurado la gratuidad de la píldora anticonceptiva a través del sistema sanitario público".

Jayne Adye, directora de 'Get Britain Out' ("Saquemos a Gran Bretaña"), está de acuerdo: "Tanto las mujeres como los hombres tendrían un papel mucho más importante a la hora de decidir sobre las leyes que les afecten después del Brexit. Sus leyes serían creadas por 650 Miembros del Parlamento en Westminster, no por 28 comisarios de la UE que ellos no han elegido", explicó a Broadly.

Aunque Evans técnicamente tiene razón al afirmar que algunas leyes se aprobaron antes de la entrada de Gran Bretaña en la UE, fue preciso un fallo del Tribunal Europeo de Justicia para que Gran Bretaña garantizara que el "trabajo de las mujeres" se juzgaba igual que el "trabajo de los hombres", siempre que este exigiera el mismo nivel de capacidades, esfuerzo o responsabilidades, y también para que se pagara de forma igualitaria.

Si el Reino Unido abandonara la UE, "la interpretación de la legislación no tendría necesariamente que seguir la interpretación del Tribunal de Justicia Europeo", explicó Kenneth Armstrong, profesor de legislación europea en la Universidad de Cambridge. Aunque los defensores de la salida de la UE afirman que las leyes sobre derechos de las mujeres serían más duras si se incubaran en la acogedora burbuja de Westminster, "los tribunales del Reino Unido no interpretaban la discriminación sexual como tal en cuestiones de embarazo hasta que el Tribunal de Justicia Europeo lo dejó bien claro", añadió. También es gracias a la legislación de la UE que los trabajadores a tiempo parcial tienen derecho al mismo salario que los trabajadores a tiempo completo, una situación que afecta desproporcionadamente más a las mujeres, ya que el 42 % de ellas trabaja a tiempo a parcial mientras que solo un 12 % de los hombres lo hace.

Pero con el referéndum ya encima, parece que la apatía ha triunfado como una ligera lluvia en un día de verano. "Resulta interesante", afirmó Loeb, "pero cuando preguntamos a varias personas directamente cuál pensaban que sería el impacto real en su vida personal, dijeron que la vida continuaría exactamente igual que antes y mostraron alivio al pensar que después del referéndum podrían volver a ocuparse de las cosas que realmente son importantes".