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Identidad

Por qué los Papeles de Panamá afectan a los derechos de las mujeres

Desde Emma Watson a la anterior Primera Ministra de Islandia. Mucha gente se ha visto involucrada en los Papeles de Panamá. Exploramos cómo la evasión de impuestos afecta a los derechos de las mujeres.
Screencap via YouTube

La evasión de impuestos es un problema feminista. Para entender por qué, empecemos dando nombres, pero no los de los peces gordos que ya hemos visto publicados en todos los artículos sobre la filtración de los Papeles de Panamá: políticos y accionistas, el Primer Ministro de Islandia o incluso Emma Watson, que más tarde afirmó que había establecido una compañía offshore con el único fin de "proteger… el anonimato y la seguridad".

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Empecemos por quienes realmente pagan sus impuestos siendo las que menos se lo pueden permitir: los millones de mujeres trabajadoras que están —ahora mismo— taponando una grieta en la economía mundial de 600.000 millones de dólares de forma silenciosa y fuera de la vista.

Asana Abugre es una de ellas. Es propietaria de una pequeña tienda en Accra, Ghana, donde fabrica y vende tejidos teñidos con la técnica de los nudos. Abugre trabaja mucho y también paga mucho al estado. Todas las mujeres de su localidad lo hacen. Hasta un 37 % de sus ingresos va directamente a los recaudadores de impuestos que llaman a su puerta con regularidad. El fraude fiscal no es una opción y no hay dónde ocultarse. Estas mujeres están pagando por todos los miembros de la élite africana, que guardan un tercio de sus fortunas en paraísos fiscales extranjeros.

Y han sido Francesca Rhodes y Chiara Capraro, asesoras en política de género que trabajan en Oxfam GB y Christian Aid UK respectivamente, quienes han dado la clave para vincular por fin la historia de Abugre con la evasión fiscal en el mundo. Estas dos mujeres esbozaron el motivo por el que es obligatorio que exista una justicia fiscal para los derechos de las mujeres en un convincente artículo publicado en openDemocracy el pasado mes de abril.

"La evasión de impuestos por parte de los ricos y los poderosos deposita la carga fiscal sobre los hombros de quienes menos pueden permitírsela. Alguien debe pagar las infraestructuras y servicios que todos necesitamos", me explica Rhodes.

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Y ese 'alguien' normalmente son las mujeres del mundo en vías de desarrollo. "Cuando quienes se sitúan en lo más alto de la pirámide económica utilizan bufetes de abogados y empresas fantasma para evitar pagar impuestos y contribuir a la sociedad, quienes más sufren el impacto son quienes están en lo más bajo de dicha pirámide", indica Rhodes.

Fijémonos bien en los Papeles de Panamá: 11,5 millones de documentos filtrados procedentes del bufete panameño Mossack Fonseca en los que se detalla información financiera correspondiente a más de 214.488 cuentas offshore. Rápidamente puede verse que los nombres de las personas incluidas son abrumadoramente masculinos, porque los puestos de poder están ocupados predominantemente por hombres. Rhodes afirma que, a nivel global, solo el 23 % de los políticos nacionales son mujeres y solo el 20 % de las 500 principales compañías del mundo tienen a una mujer como CEO. Hacinadas en la base de la pirámide, las personas más pobres del mundo son desproporcionadamente mujeres y niñas con empleos mal pagados e inseguros.

Ciudad de Panamá: se han filtrado 11,5 millones de documentos financieros procedentes del bufete de abogados Mossack Fonseca. Foto vía el usuario de Flickr f.emert

Y no se trata solo de Panamá. Suiza encabeza el Índice de Secreto Financiero de la Red de Justicia Fiscal, por delante de Hong Kong, EE. UU. y Singapur. En marzo de este año, se puso sobre la mesa en Ginebra una cuestión absolutamente revolucionaria: se planteó si ese pequeño país europeo debería responder a la acusación de que su "sistema financiero opaco" menoscaba los derechos de las mujeres, especialmente en el mundo en vías de desarrollo. El Centro de Derechos Económicos y Sociales (CDES) es uno de los cuatro colaboradores que trabajaron en el planteamiento de esta cuestión. "Suiza tiene un amplio historial de venta de confidencialidad", afirma Nicholas Lusiani, director del Programa de Derechos Humanos en la Política Económica del CDES.

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La gente más rica tradicionalmente invierte su dinero en acciones bancarias, pero en los últimos 20 años esta tendencia ha cambiado, indica Lusiani. Actualmente son sobre todo las corporaciones más ricas las que transfieren sus beneficios a Suiza, donde los impuestos son muy bajos. El CDES calcula que casi un billón de dólares abandona el mundo en vías de desarrollo con destino al mundo desarrollado cada año. Y cuando a los gobiernos pobres se les despoja de sus ingresos —en Colombia o Zambia, por ejemplo— son las mujeres quienes deben taponar la brecha económica.

"Se llega a una especie de círculo vicioso en que el dinero se sitúa en lo más alto", explica Lusiani. "Los directores generales, quienes gestionan la riqueza y los abogados fiscales son generalmente hombres blancos, y normalmente quienes deben correr con los gastos son mujeres mal pagadas y sobrecargadas de deudas. Lusiani denomina este fenómeno "efecto Robin Hood invertido": cuando el dinero sale de los bolsillos de las mujeres pobres en los países más empobrecidos y va a parar a jurisdicciones donde se salvaguarda el secreto financiero como Suiza. .

Rhodes, Capraro y Lusiani citan tres motivos específicos por los que el secreto financiero y la evasión fiscal son una acuciante cuestión feminista. En primer lugar, el motivo fundamental es que los evasores fiscales están acabando con la 'economía asistencial' y las mujeres y las niñas desempeñan el 75 % de este trabajo no remunerado. Cuando no hay guarderías infantiles para los niños o cuidados paliativos para los ancianos debido a la falta de fondos públicos, normalmente son las mujeres las que asumen ese rol y, en el proceso, incrementan sus horas de trabajo y reducen el tiempo que pueden dedicar al trabajo remunerado, el estudio o el descanso. "En lugares sin electricidad o agua corriente, son las mujeres y las niñas quienes pasan horas y horas todos los días limpiando, cocinando y acarreando agua", añade Rhodes.

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Zúrich de noche: Suiza encabeza el Índice de Secreto Financiero de la Red de Justicia Fiscal. Foto vía Wikimedia Commons

La pérdida de ingresos fiscales se traduce en menos dinero para servicios públicos esenciales como colegios, hospitales y protección social. "Cuando las familias pobres deben elegir cuál de sus hijos va a ir a la escuela", explica Rhodes, "normalmente son las niñas las que quedan privadas de una educación que podría ayudarlas a salir de la pobreza".

Y después está el IVA. Cuando los gobiernos no recaudan ingresos fiscales de las personas y corporaciones más ricas, la forma más rápida de cubrir el déficit es elevando los impuestos sobre las ventas. Estos impuestos indirectos no solo afectan a las personas con ingresos más bajos, sino que también repercuten en los hábitos de consumo doméstico de las mujeres. Tal y como Capraro y Rhodes indican en openDemocracy, tradicionalmente es más común que las mujeres se encarguen de equilibrar el presupuesto de los hogares. Tomemos como ejemplo la ropa infantil, que está libre de IVA en el Reino Unido pero no en muchos otros países, como Ghana.

¿Qué es preciso hacer? Lusiani me explica que Suiza jamás ha llevado a cabo ningún estudio para evaluar su impacto sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género. "De modo que les hemos pedido que lo hagan, y hemos solicitado a la ONU que brinde su apoyo a nuestra solicitud", afirma. "Es preciso que cambien las leyes. Jugar con elementos legislativos individuales ya no funciona, debemos replantear el modo en que conceptualizamos la fiscalidad internacional y crear leyes nuevas".

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Sin embargo, tal y como señala Rhodes, "en las negociaciones llevadas a cabo con la ONU el pasado mes de marzo vimos una vez más cómo los líderes mundiales no hacen suficiente para combatir la evasión fiscal. A pesar del atisbo de cierto progreso, las propuestas fragmentarias dejan a los evasores fiscales numerosos vacíos legales que explotar y paraísos fiscales en los que hacer negocios. Necesitamos planes conjuntos para terminar con el secreto offshore a nivel mundial".

Exigir a los líderes mundiales que prioricen urgentemente los derechos de las mujeres y la justicia económica sin duda parece un paso adelante, pero teniendo en cuenta que 140 políticos de más de 50 países se han visto involucrados en la reciente filtración de los Papeles de Panamá, me pregunto hasta qué punto se siente optimista Rhodes con respecto a la urgencia por cambiar las cosas. ¿Existe esa voluntad?

"La gente normal de todo el mundo está harta de ver una norma para los ricos —normalmente hombres— que hace pagar las consecuencias a todos los demás", afirma.

"El hecho de que el año pasado los líderes mundiales se comprometieran a conseguir plenos derechos para las mujeres e igualdad de género en el año 2030 es un paso adelante muy significativo, pero ahora es preciso que veamos las medidas reales que se toman para que eso suceda".

Las mujeres trabajadoras, como Asana Abugre, no pueden permitirse la espera.