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Super Bowl LI

​Patriots, Falcons y un poco de política: Todo lo que tienes que saber sobre Super Bowl LI

Antes de que se pongan cómodos para ver el Super Bowl LI, así es como llegaron los Falcons y los Patriots al último partido de la temporada, y rodeados de tensión política.
Imagen vía NFL México

Este artículo es presentado por Samsung.

El Super Bowl LI será sin lugar a duda uno de los eventos deportivos más políticos en la historia de los Estados Unidos. Pero no tiene que haber expresiones abiertas durante el partido entre los Patriots de Nueva Inglaterra y los Falcons de Atlanta en Houston este domingo. El trasfondo de ambas franquicias, ciudades y participantes, tienen suficiente poder para proyectar la situación actual del país en el evento más "estadounidense" que hay, y uno de los que más atención global genera. Y todo empezó en septiembre de 2015.

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Tom Brady colocó la ahora odiada y amada gorra roja de "Make America Great Again" en un lugar donde las cámaras la capturarían a la perfección por varias semanas. Una posición tan prominente para entrevistas, que se encuentra a sólo centímetros del logotipo del patrocinador del estadio del equipo.

Hoy, con las acciones de semana y media de la administración Trump, tras millones protestando en el país, y una ilegal discriminación religiosa pasada al vapor con una firma un viernes por la noche que ha puesto en peligro a refugiados y residentes permanentes legales, Brady se ha negado a contestar una sola pregunta sobre el hombre que él, su entrenador Bill Belichick y el dueño de los Patriots, Robert Kraft, apoyaron, y cuyas amistades Trump utilizó antes y después de la campaña.

Nos encanta pedir que los atletas usen su plataforma para ser más políticos, más activistas, pero sólo cuando es a favor de nuestro lado. Colin Kaepernick fue odiado por no levantarse ante el himno de su país, pero a diferencia de Brady contestó cada una de las preguntas que le hicieron por ese acto.

Esto ha hecho de los Patriots el perfecto villano para los Falcons, especialmente después de los ataques de Trump al miembro de la cámara de representantes de los Estados Unidos, John Lewis.

Lewis, considerado parte del Big Six, los líderes más importantes en la lucha para la obtención de igual de derechos civiles de los afroamericanos, condenó a Trump como un presidente ilegítimo. Trump respondió a Lewis, cuyo distrito incluye más de tres cuartos de Atlanta, y quien marchó junto a Martin Luther King, Jr. recibiendo toda la violencia física de la policía, diciendo que éste era "sólo palabras". Mientras el trasfondo político seguirá toda la semana, la tarde del domingo habrá que jugar.

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En un partido que por primera vez en 20 años junta a dos de las mejores cinco ofensivas de la NFL en puntos y yardas por partido, y yardas por jugada, Bill Belichick y Tom Brady buscarán afianzar su lugar en la historia.

Fotografía por Kirby Lee-USA TODAY Sports

Los Patriots llegan a su noveno Super Bowl, séptimo de la era de Bill Belichick, ambas cifras récords de la NFL, la franquicia que más veces ha llegado al juego con el entrenador que más veces lo ha hecho.

De vencer a los Falcons, quienes llegan a su segundo Super Bowl y buscando su primer triunfo, los Pats empatarían a los Cowboys de Dallas y los 49ers de San Francisco en segundo lugar de victorias con cinco, a una del récord de los Steelers de Pittsburgh. Belichick por su parte se convertiría en el entrenador con más victorias en Super Bowl, rompiendo el actual empate con Chuck Knoll.

Con Matt Ryan recogiendo de manera merecida el trofeo como el jugador más valioso de la NFL un día antes del Super Bowl, éste ha ejecutó de manera perfecta la visión del coordinador ofensivo Kyle Shanahan en apenas su segunda temporada juntos, y será la ofensiva más anotadora que haya enfrentado Nueva Inglaterra en un Super Bowl.

Fotografía por Brett Davis-USA TODAY Sports

Ryan cerró la campaña regular con 69.9 % de sus intentos completados, 70.7% en postemporada, e hizo historia al convertirse en el primer jugador en completar envíos de anotación a 13 jugadores diferentes durante una misma temporada regular. Esa distribución, y la velocidad de esta ofensiva, fueron clave para anotar 540 puntos, octavo lugar histórico en la NFL.

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Fotografía por Brett Davis-USA TODAY Sports

Julio Jones siempre será la clave por aire para los Falcons. Aunque Jones no tuvo su mejor año estadísticamente, y se perdió un par de partidos por lesión, la variedad ofensiva le ayudó para tener rutas más largas, promediando 17 yardas por atrapada. Los Patriots jamás han enfrentado una ofensiva que haya anotado tantos puntos como esta en un Super Bowl, pero con dos semanas de preparación, Bill Belichick tendrá la respuesta.

La defensiva de Matt Patricia, quien cumple 13 años con los Pats y cinco años como coordinador defensivo, tuvo un año brillante recibiendo sólo 250 puntos, a 34 de distancia del siguiente equipo, los Giants de Nueva York; y fue una de las nueve defensivas en toda la NFL que tuvo menos de 1,000 jugadas desde scrimmage.

La clave para frenar a Atlanta será, darle tiempo y espacio. Los Pats estarán contentos cediendo yardas y buscando coberturas amplias. Julio Jones será la preocupación, quien es mucho más grande, rápido y fuerte que cualquier cornerback que tengan, y le darán espacio a Mohamed Sanu, Taylor Gabriel, y al corredor Devonta Freeman, tanto en ese rol como en el gran trabajo que hace como receptor.

El primer propósito de Malcolm Butler y la secundaria de los Pats es alargar las ofensivas de los Falcons, gastar tiempo en el reloj y al final del partido haber restado dos o tres oportunidades de anotación. Nueva Inglaterra probablemente haga lo mismo que ha hecho durante casi toda la temporada, mover a Butler en cobertura uno a uno con el segundo receptor del equipo ofensivo, para poner doble cobertura a Jones y restar opciones a Ryan.

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Buscando acelerar las cosas, los Falcons utilizarán la velocidad que les dará la superficie sintética del NRG Stadium en Houston, la cual se instaló de manera definitiva apenas esta temporada luego de que los Texans utilizaran pasto natural desde 2002, cambiando a una superficie temporal de AstroTurf la temporada pasada, y al recién instalado Surface UBU Sports Speed Series S5-M, usado por 13 equipos en la NFL.

En el Super Bowl XLIX Tom Brady inició su sexto Super Bowl, récord de la NFL, pero aún hay un récord que busca: una quinta victoria que lo pondría como el más ganador por arriba de Joe Montana y Terry Bradshaw. Brady es simplemente el mejor quarterback en la historia de la NFL, especialmente al tomar en cuenta que ha jugado en una era de tope salarial y agencia libre completamente diferente a la mayoría de las leyendas que nombramos regularmente en la posición.

Sin importar el nivel de talento del equipo, Brady sabe utilizar a la perfección sus armas. A pesar de perderse los primeros cuatro juegos de 2016 por la suspensión del escándalo de Deflategate, Brady tuvo uno de sus mejores temporadas a los 39 años de edad con más de 3,500 yardas, 28 touchdowns y sólo dos intercepciones.

No tuvo el mejor juego ante los Texans en la ronda divisional de playoffs, pero ante Pittsburgh en el campeonato de la Conferencia Americana lo vimos brillar, imponiendo el récord histórico de los Pats en yardas por aire con 384, complementadas con tres touchdowns. Dos de ellos fueron a Chris Hogan, quien no podría ser mejor testamento a la manera en la que Belichick y Brady obtienen lo mejor de los jugadores.

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Después de jugar Lacrosse cuatro años en Penn State, Hogan decidió transferirse a la Universidad de Monmouth para jugar futbol americano. Después de pasar por varios equipos de práctica en la NFL, Hogan tuvo cuatro olvidables temporadas con los Bills, quienes lo dejaron ir cuando los Patriots enviaron una oferte inigualable por su rival divisional.

Belichick vio un receptor atlético y rápido. Hogan respondería con una sólida temporada donde fue líder en yardas por pase de toda la conferencia, y estableciendo el récord de yardas de recepción en playoffs por un jugador que no fue seleccionado en el draft de la NFL.

Pero con la lesión que dejó fuera de esta temporada a Rob Gronkowski, Julian Edelman se ha vuelto completamente indispensable. El receptor de slot, blanco favorito de Brady en yardaje corto, ha sido buscado en más ocasiones este año que en toda su carrera teniendo apenas su segunda temporada con más de 1,000 yardas.

La defensa de Atlanta tendrá un día complicado. El entrenador en jefe Dan Quinn ya enfrentó a los Pats en un Super Bowl como coordinador defensivo de los Seahawks de Seattle y sabe lo que es ser destrozado por Tom Brady, quien en el Super Bowl XLIX ante Quinn implantó la marca de pases completos en un Super Bowl con 37, cuatro de ellos para anotación.

Así es como se buscará hacer historia el domingo en el Super Bowl LI. Bill Belichick y Tom Brady buscarán extender una de las dinastías más espectaculares en cualquier deporte, evitar las incómodas preguntas políticas, y negar el final de cuento de hadas a la reconstrucción de los Falcons.