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Por qué el mundo del vino natural es tan embriagante

"Sentí que había redescubierto el vino; realmente percibía el sabor de la gente que había elaborado el vino en la bebida misma".

Este artículo fue publicado originalmente en holandés, en MUNCHIES NL .


Mientras estuvo en Francia, Jan van Roekel se enamoró del mundo salvaje del vino natural. Renunció a su trabajo en finanzas y ahora se dedica a elaborar su propio vino en un viñedo francés que compró. Hablamos con él sobre cómo toma vino con SMIB [el colectivo holandés de hip hop], cómo se encarga de la vendimia en Francia y la forma en que los enólogos tratan de escapar al esnobismo de la industria vitivinícola tradicional.

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Los últimos años pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Descubrí el vino natural en 2012 y solo dos años después ya me encontraba elaborando mi propio vino. Ahora, cinco años después, me dedico a comerciar con el vino natural a tiempo completo. Lo vendo a personas y restaurantes o bares como Choux y Bar Central, todo mientras viajo entre Francia y Holanda sin parar.

Fue fácil dejar mi aburrido trabajo en la oficina y dedicarme a esto. El mundo del vino natural es fantástico, muy contrario al vino 'regular'. En primer lugar, la bebida es mucho más pura que el vino 'regular'. Es diferente, porque no tiene aditivos, quizá algunos sulfitos pero nada más. Esa pureza también se refleja en la parte empresarial de las cosas que es mucho más atrevida. El vino natural no es una bebida que sirva el tío rico que acaba de terminar un curso sobre vinos del que no puede dejar de hablar en la cena. [El vino natural] es mucho más inclusivo y mucho menos displicente.

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Por ejemplo, los chicos del colectivo hip hop SMIB. Ellos aman el vino natural. GRGY hizo las ilustraciones para mis botellas. Para la primera, me dejó usar un dibujo que ya había hecho y para la segunda se sentó en mi cocina y creó algo completamente nuevo mientras bebíamos unas cuantas botellas juntos. En realidad no conocía mucho de SMIB en ese entonces —me estoy haciendo algo viejo—, pero sus dibujos eran perfectos para mis vinos.

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Un dibujo de GRGY en una de las botellas de vino de Roekel.

En 2012 pasé la temporada completa trabajando en la región de Borgoña en Francia. Un día lluvioso, no pudimos salir a los campos, de manera que un amigo y yo fuimos con un agricultor que conocíamos en el Jura. Llegamos cerca de la hora de la comida y destaparon una botella de un vino maravilloso. Sentí que había redescubierto el vino; realmente percibía el sabor de la gente que había elaborado el vino en la bebida misma.

Jan van Roekel. Foto de Raymond van Mil.

Percibir el sabor de la gente en el vino que producen puede sonar extraño, pero míralo de esta forma: con el método tradicional de elaboración también puedes saborear a los enólogos. Por lo regular esos vinos son tan rígidos y falsos como la gente que los fabrica. Cuando acudes a catar un Bordeaux Primeur, un grupo de universitarios sale a recibirte en el estacionamiento —ubicado a no más de 90 metros de la entrada— y te llevan al chateau en carritos de golf, donde mujeres con faldas te dan la bienvenida y puedes saludar a los dueños que jamás han tocado una uva en toda su vida. Después de 30 minutos catando, te piden que te retires. Para mí, eso no tiene nada de divertido.

El vino natural es diferente. Te invitan a un granero, donde puedes conversar con una persona que se encarga de todo el proceso. Te invitarán a quedarte a cenar y pasar ahí la noche. La mejor experiencia que puedes tener es en Bojalien. El nombre es una combinación de 'bo' porque está en el área Beaujolais y 'alien' porque los enólogos de vino natural son los raros. En Bojalien, los enólogos se conocen entre ellos e intercambian vinos. Cualquier persona importante dentro del mundo del vino natural prueba lo que los demás están creando.

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Todos llevan un punto verde en la frente, el cual se supone que enfatiza la conexión e importancia de la naturaleza. Cuando se trata de vinos completamente naturales, la propia naturaleza es pieza clave. La sesión de cata continúa durante todo el día, hasta las 7 PM. Los sobrantes se mezclan para crear un nuevo vino. Luego, es posible que organicen una exposición de vino más grande y verás a todas estas personas vestidas muy propiamente mirándonos con nuestros puntos verdes, pensando: ¿quiénes son esos idiotas?

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Hasta los perros llevan puntos verdes. Foto de Hannah Fuellenkemper.

Reunir estas experiencias me inspiró a aprender todo lo que pude sobre el vino natural. Hoy en día, paso toda la temporada de cosecha en el viñedo. Los días son largos, hay mucho vino (pero también cerveza) y comida deliciosa. Es un trabajo duro, pero también muy divertido, a veces demasiado divertido.

Foto de Raymond van Mil.

En Domaine des Grottes, localizado en el área de Beaujolais, a veces algún viticultor saca su piano al campo en un cochecito para tocar mientras la gente está en la vendimia. Hay tantas personas diferentes trabajando aquí: trabajadores de temporada, locales y gente que solo se divierte, como yo. Cuando la cosecha está terminada, todos los que ayudaron están invitados a la fiesta. Por supuesto, la celebración requiere mucho vino. Ahí está el detalle: el vino natural es tan fácil de beber. Es un vino ligero y sencillo, además por lo regular contiene menos alcohol. Por suerte las crudas provocadas por el vino natural no son tan malas.

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Comencé a elaborar vino por accidente en Domaine des Grottes. Vi unas uvas sobrantes en una parcela cubierta de hierbas. Decidí seguir mi instinto y hacer vino con ellas. En una semana había hecho 600 botellas. Este año voy a exportar mi vino a Japón, Dinamarca y Suecia.

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Otros viticultores naturales por lo regular son nuevos en esta parte de la industria. Muchos son cocineros o sommeliers. Supongo que porque es más fácil hacer vino natural si no conoces el método tradicional de elaboración. Las personas que hacen vino natural tienden a evitar las zonas más tradicionales como Borgoña, porque las propiedades son muy caras. Las áreas como Auvernia son populares en la comunidad del vino natural. No es fácil hacer vino natural, pero es parte de la diversión. El vino no se produce en masa y tampoco se puede hacer gran cosa para cambiarlo. No se pueden usar sulfitos u otros aditivos para arreglar el sabor. En lo único que puedes influir es en el tiempo de cosecha, si conservas o desechas los tallos y la temperatura. Por lo regular estos elementos producen vinos bastante más sorprendentes, pero la desventaja es que las cantidades son menores. Encontrar un vino natural genial en definitiva es motivo de celebración.

Los vinos naturales no son tan refinados; no guardan matices entre líneas. Eso es lo que me encanta y lo que hace que este mundo sea tan embriagante. Es mucho menos rígido y tan diferente. Los jóvenes que no saben nada de vinos solo aprecian el buen sabor, aunque tal vez es demasiado bueno.

Tal y como fue contado a Wilbert van der Kamp, bebiendo vino natural.