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cambio al reglamento

A la NFL no le salen las cuentas

Los puntos extra son muy fáciles. ¿Pero la decisión de la NFL de hacerlos más largos los hará realmente más complicados?
Joe Camporeale-USA TODAY Sports

Cuando se trata de hacer dinero, la NFL es tan viva y analítica con sus números como un banco de inversión de Wall Street —masticando números, fijando los modelos, pensando cuidadosamente, y siempre maximizando las ganancias mientras se minimizan los costos.

Sin embargo, cuando se trata de las reglas del juego, la misma NFL puede llegar a ser visceral y correr riesgos tanto como un coach ordinario: es consciente de que las matemáticas están de su lado en cuarta y última oportunidad, pero no se decide a tomar la oportunidad porque, chingada madre, despejar se siente bien.

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¿El caso más reciente? El mes pasado, la liga aprobó por una temporada un cambio en la línea de golpeo para los puntos extra, retrasándola 15 yardas resultando en un intento de punto de 33 yardas.

El cambio tiene en mente hacer los juegos más emocionantes, con puntos extra más extensos se producirán más errores, bloqueos, y oportunidades para que las defensas se recuperen y anoten safeties de un punto.

El problema es que la NFL parece no haber considerado los números ocultos: tal y como Benjamin Morris de FiveThirtyEight.com ha resaltado, los pateadores obtuvieron el 96.7% de los goles de campo de 33 yardas en 2014 —algo un poco menos "automatizado" que el índice actual del 99% y pico de los goles de campo—. Además, el modelo de Morris indica que el índice de goles de campo exitosos de 33 yardas cobrados desde el centro del campo —donde éstos se ejecutan—, habría de incrementarse a un 98% durante la década.

En pocas palabras, la liga está cambiando una digna regla de campo —aun cuando la información disponible sugiere que el cambio de la regla en cuestión no funcionará, al menos no de una forma estadística significativa—, con el propósito de sacarle jugo al juego y evitar que los televidentes corran al refri en el cobro de los puntos extra.

Resulta que se está siguiendo un patrón.

A menudo, el Comité de Competencia de la NFL ha dejado de lado información disponible relacionada con el deporte, para respaldarse en un sentido común anticuado del fútbol americano. Se trata de una aproximación que produce, repetitivamente, medidas a medias incapaces de resolver los problemas existentes al mismo tiempo que introduce otros.

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Dan Carpenter cobra un punto extra. ¿Crees que lo anotó?Foto por Tommy Gilligan-USA TODAY Sports.

Regresemos al 2009. Después de que el juego de Campeonato de la Conferencia Nacional terminara con un Brett Favre mirando sin mucho qué hacer desde la línea de banda, el Comité de Competencia decidió asegurarse de que el tiempo suplementario no diera demasiada ventaja al ganador del volado, o permitiera que 60 minutos de un juego de ida y vuelta fuera decidido por un par de jugadas preparadas.

La solución que se les ocurrió no solucionó los problemas de siempre con el tiempo extra, como lo ha señalado Brian Burke de Advanced Football Analytics, pero sí introdujo un montón de complejidades y escenarios de "qué tal si…", de los cuales ahora las televisoras tienen que explicar con viñetas y texto en las pantallas.

Antes de que la NFL hiciera cambios, de acuerdo con el análisis de Burke, el ganador del volado solía ganar los partidos el 60% de las veces. El paquete de cambios complejos sobre el tiempo complementario que la NFL adoptó, se enfocó en un escenario específico —la marcha ganadora del juego de las primeras dos oportunidades y la falta personal—, sin haber resuelto el problema. Siguiendo los cálculos de Burke, los ganadores del volado en tiempo complementario aún tienen un 56% de probabilidad de ganar.

Si el Comité de Competencia hubiera consultado el modelo de probabilidad de victorias de Burke, habría sabido que la ventaja del volado podría ser anulada simplemente al colocar la posesión después del tiempo extra en la línea de la yarda 20: una solución más elegante y efectiva.

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Algo similar pasó en 2011 cuando el Comité de Competencia aceptó la propuesta de mover los saques hasta la línea de la yarda 35 para reducir los impactos de alta velocidad —pero vetó la propuesta que movería los touchbacks a las 25 yardas del contrario. El resultado fue dolorosamente predecible: De acuerdo a Scott Kaczmar de Football Outsiders, el índice de touchbacks en toda la liga se incrementó cuatro veces de 11.3% a 45.5%.

Touchbacks: ¡Siente la emoción!

"La [NFL tiene] a su disposición cualquier número de estadísticas," dice Burke. Todo esto es cierto. Los equipos pagan bien al Elias Sports Bureau Stats Inc. para entender mejor lo que sucede. El índice exitoso de puntos extra desde la yarda dos, y los goles de campo desde diferentes distancias, son fáciles de enumerar. De hecho, cuando el Comité hace o decide hacer cambios, regularmente cita números históricos.

¿Entonces cuál es el problema?

"Creo que no quieren ir más allá," dice Burke, refiriéndose a la construcción y uso de modelos estadísticos para entender probabilidades y resultados.

Esto lo que algunos modelos básicos dicen sobre el reciente cambio a los puntos extra: aunque no va a producir una serie de errores extra y bloqueos, sí apunta a eliminar el único resultado emocionante típico de un intento de punto adicional. Un fake punt.

Tal vez sólo los no convencionales Oregon Ducks pondrían en acción una jugada rápida con un despejador y un pateador, pero ni siquiera el entrenador de las Philadelphia Eagles, Chip Kelly, lo intentaría después de las 15 yardas. De acuerdo con el director de árbitros Dean Blandino, el viejo despeje de rebote, o drop-kick, de Doug Flutie tampoco puede ser realizado desde la formación de conversión de dos puntos —lo que significa que en cuanto el equipo se forme, sabrás lo que va a suceder.

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Aún más extraño, la supuesta NFL obsesionada con las conmociones cerebrales habría hecho el juego un poco menos seguro para los sesos. ¿Cómo? "Me siento mal por mis compañeros en la línea defensiva," declaró el pateador de los Seattle Seahawks, Dan Carpenter, para SiriusXM. "Ser parte de la protección en los goles de campo es probablemente el peor trabajo en el fútbol americano. Lo sé y mis compañeros también." Con la oportunidad mucho más realista de bloquear una patada, más la posibilidad de anotar, las unidades encargadas de bloquear las patadas saldrán con todo en cada intento de punto extra.

"Para un deporte que estaba tratando de minimizar las colisiones," Carpenter dice, "probablemente tendrán que añadir mucho más cosas en ese tipo de situaciones."

Si te preguntabas cómo la NFL podría deshacerse de las matemáticas de una forma dañina, la respuesta podría estar en otro lugar: en la psicología. El guardia de los Baltimore Ravens e investigador adjunto de matemáticas de la universidad de Penn State, John Urschel, escribió en The Players' Tribune que los entrenadores de fútbol americano tienden a ser conservadores, renuentes a cambiar estrategias ya probadas y a primera vista efectivas, incluso cuando los números sugieren lo contario.

El entrenador de los New England Patriots, Bill Belichick, nunca ha desperdiciado una sola ventaja, y pocos entrenadores ponen atención a los porcentajes —a los porcentajes reales, respaldados por información—, tan bien como él. En un partido para el olvido en 2009 contra los Indianapolis Colts, Belichick decidió jugársela al final del juego en cuarta y dos en su propio territorio. Tal y como Burke escribió en The New York Times, el modelo matemático indicó que su decisión maximizaba las probabilidades de ganar para los Patriots —y también que es "muy difícil encontrarse" con números que favorezcan un despeje.

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De todos modos, Belichick fue casi linchado por su "arrogancia", y en gran medida culpado por haber perdido el juego. Si hay un entrenador en el mundo que se ha ganado el derecho de tomar decisiones como esta, es el cuatro veces ganador del Super Bowl. Hasta por haber tomado una esencial y agresiva decisión, millones de mariscales de campo de escritorio lo criticaron.

Menos entrenadores, en otras circunstancias, habrían sido despedidos. Los coaches de la NFL están, sobre todas las cosas, desesperados por ocupar una de tan sólo 32 posiciones disponibles en su industria. De forma similar, los dueños de la liga están obsesionados por seguir acariciando a su borrego de oro.

Esto da como resultado un Comité de Competencia que consistentemente se equivoca aparte del peligro percibido, incluso si eso también implica equivocarse aparte de, bueno, el error mismo.

Aaron Schatz, el jefe de redacción del sitio Football Outsiders, de estadísticas de fútbol americano, dice que no cree que los dueños del Comité estén dispuestos al cambio tanto como sus ejecutivos —de los cuales muchos ya están sacando ventaja de los análisis estadísticos.

"Generalmente, está en la naturaleza de la NFL," dice Schatz, "intentar hacer pequeños cambios a las reglas, no muy grandes, porque no quieren volver a corregirlas."

Puede que sea cierto. Pero tal y como las nuevas reglas de los tiempos complementarios lo sugieren, la aproximación de tipo conservadora, minimalista, y de "vamos a probar esto y ver qué pasa" puede ser deliberadamente cubierta. Cuando la NFL se mete con sus propias reglas, debería interesarse por considerar cada ángulo y cada impacto posibles. Debería estar clamando por los servicios de modelos estadísticos como los de Burke y Schatz, los cuales pueden analizar probabilidades y buscar óptimos resultados. En su lugar, la liga está haciendo un cambio a medias en su producto principal.

"Básicamente me dijeron, '¡Oye, vamos a hacer un gol de campo un poco más grande!'," Schatz dice, lo cual no soluciona el problema, y probablemente adopte unos cuantos más.

Podría decirse que, al igual que [el comisionado Roger Goodell](commissioner Roger Goodell), la aproximación a las matemáticas por parte de la liga se ha tornado tan predecible que prácticamente se ha automatizado.