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Christopher Nolan y J.L. Borges: Una desconstrucción del tiempo

Entonces… ¿no existe el tiempo?

Captura por el autor vía.

“Antes las distancias eran mayores porque el espacio se mide por el tiempo” J. L. B.

Antes de que pisaran la tierra titanes del pensamiento como Newton, Galileo o incluso Aristóteles estuvo un individuo que polemizó la mera idea del tiempo y el espacio. Ese personaje fue Parménides, un griego que nació entre el 530 y 515 a.C. Él, en un muy famoso poema, propone una cosa simple… el movimiento no existe. Me explico, la teoría de dicho pensador giraba entorno a la idea del ser, la cuestión metafísica por excelencia.

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Para ejemplificar esto un poco, imagina que hay una carrera, en la línea de salida están Aquiles, el más rápido de todos los griegos, y una tortuga. Aquiles, al ver que aventaja demasiado a su contrincante en capacidades, decide darle ventaja, digamos la mitad de la distancia a la meta. Luego, ya puestos ambos velocistas en su posición, un grito da comienzo a la carrera. Sin embargo, algo muy extraño pasa pues Aquiles, que corre más rápido que la tortuga, se va acercando, constantemente, la mitad del espacio que le dio de ventaja al animal. Así, primero, recorre la mitad de dicha lenguitud y la tortuga, por su parte, habrá recorrido la mitad de esa mitad debido a su lentitud. Consecuentemente, el hombre, si quiere ganar la carrera, tendrá que recorrer la mitad de lo que la tortuga le aventaja. ¿Cuándo acaba el ciclio de división de mitades? Parece ser que no acaba, siempre habrá otra mitad que recorrer hasta el infinito. Es un hecho que no se puede recorrer una distancia infinita (como la que se infiere en la carrera), sino simplemente no sería infinita, pero ¿cómo es posible que el problema de la carrera sea lógicamente sostenible? Sinceramente no lo sé, pero las consecuencias de la paradoja son fuertes: si no se puede recorrer esa distancia y, por lo tanto niguna, no hay movimiento y si no hay movimiento no puede haber tiempo, y si no hay tiempo la carrera nunca empezó realmente.

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Capturas

            Hacer una construcción sobre el tiempo no es algo nuevo, la literatura, consecuencia de esto, es prácticamente infinita, pero la manera en que Borges se apropia de ella es única. Los referentes son muchos, por nombrar unos ejemplos, “El Sur”,“Las Ruinas Circulares”, “La Biblioteca de Babel”, “El Jardín de los Senderos que se Bifurcan”,“Un Sueño”, etc. El genial escritor argentino tocó el tema una y otra vez pero nunca de la misma manera, y su estilo escheriano/matemático es inconfundible, tal como se puede ver en su cuento Un Sueño:

En un desierto lugar del Irán hay una no muy alta torre de piedra, sin puerta ni ventana. En la única habitación (cuyo piso es de tierra y que tiene la forma del círculo) hay una mesa de madera y un banco. En esa celda circular, un hombre que se parece a mí escribe en caracteres que no comprendo un largo poema sobre un hombre que en otra celda circular escribe un poema sobre un hombre que en otra celda circular… El proceso no tiene fin y nadie podrá leer lo que los prisioneros escriben. (J. L. Borges)

¿No es similar a la escena de Inception cuando Cobb (Leonardo di Caprio) y Ariadne (Ellen Page) suben unas escaleras de madera  hasta que la cámara enfoca a la escalera completa? Parecería que muchas obras de Nolan son en realidad un guiño a la de Borges. Sin embargo, al parecer en entrevistas y demás Nolan ha hablado muy poco sobre el argentino y, al mismo tiempo, es digno notar que uno de los libros de la biblioteca de Interstellar es Laberintos por Borges.

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En Inception, Nolan hace un magistral tejido de sueños que pasa por diferentes capas y momentos clave con la finalidad de sembrar una idea. Pero, en la última escena se deja el tótem (el artefacto que permitiría a los “extractores” del sueño saber si siguen soñando o no) girando, tal vez para molestarnos o tal vez para incrementar el impacto que genera la película. Es perpetuar esta tradición contra-intuitiva de ver al tiempo como un concepto débil y maleable, tal como nuestra propia existencia. Démonos el lujo de ser subjetivos y decir que el tótem no se iba a caer, explico las razones: de entrada, como se puede ver en el transcurso de la película, todos los tótems son necesariamente diferentes, además, para que puedan cumplir su función, tienen que ser activados a través del movimiento; está el dado cargado de Arthur, la moneda de Eames, la pieza de ajedrez de Ariadne y el “trompo” de Cobb. El único de todos los tótems que necesita de una constante motriz es el de Cobb y dudo que sea un elemento al “azar,” y entrecomillo la palabra “azar” porque, al menos en la película, todo está determinado.

En la película, Arthur le dice a Ariadne que no se puede tocar el tótem de otra persona pues éste perdería su efecto, sin embargo, Cobb usa el tótem de su difunta esposa, Mal. Se ve en el transcurso de la película que el tótem cae, pero ¿es posible decir que ese tótem ya estaba comprometido? Todos los tótems tienen un elemento que solamente su usuario conoce, el de Cobb es tan simple que no supieran los otros su función. La necesidad de una constante de movimiento lo vuelve el símbolo o leitmotiv de la obra, todo ocurre a partir de su movimiento, incesante y fluido, eterno. Tiene que recorrer infinitamente la mitad del tiempo necesario para acabar su carrera, misma que es caerse. El tótem de Cobb no es otra cosa que la determinación ya presupuesta a partir de que no funciona, así tendría perfectamente sentido la finalidad existencial e ideológica de la película y es que Cobb se vuelve indiferente, si cae o no su tótem no importa, pues él ha hecho sus paces con el destino irrelevantemente de que sea “real” o no. Al aceptar la muerte de Mal que, al parecer, catalizó toda esta serie de eventos, Cobb aceptó el determinismo frente a la libertad aplastante y desgarradora que buscaba defender. Inception, tiene el esquema y tesis de la tragedia griega: el destino y la determinación. Aceptó que entre el sueño y la realidad no hay una disyuntiva temporal que lo pudiera situar como individuo espacial.

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Teorías filosóficas que se planteen un mundo determinado y circular, hay muchas, con puntos que no dejan de cautivar. Pero al mismo tiempo, toda nuestra experiencia nos muestra lo contrario. La cosa es que al final, lejos del análisis de la película o de la obra de Borges ¿no es algo pertinente preguntarnos si existe el tiempo en realidad?

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