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fútbol e igualdad

Sportif Lezbon, el club LGBT turco que combate la discriminación con fútbol

Ante la ola de conservadurismo que sufre la sociedad turca, varios equipos de fútbol formados por LGBT luchan contra la discriminación mediante un arma muy poderosa: el deporte.
Image via Sportif Lezbon on Facebook

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"El fútbol es uno de los bastiones más grandes de la masculinidad", explica Selin, jugadora estrella y cofundadora del club turco Sportif Lezbon. "Por lo tanto, es un lugar donde la comunidad LGBT, particularmente las mujeres, sufren para tener reconocimiento".

La llegada de Recep Tayyip Erdoğan al poder y la hegemonía política del partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en Turquía han inclinado la balanza del país hacia una sociedad más conservadora caracterizada por el mayor peso de la religión y una notable capacidad de represión.

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El Sportif Lezbon quiere combatir la homofobia y la discriminación convirtiéndose en el primer equipo de fútbol LGBT de Turquía, un lugar que abre sus puertas a todos los sexos y orientaciones sexuales. Su historia comenzó hace unos años cuando un grupo de mujeres bisexuales y homosexuales empezaron a reunirse en Ankara para jugar partidos amistosos.

El club es el resultado de la fusión de dos equipos más pequeños: el Strapon y el Elle decidieron unir fuerzas y formar una sola entidad tras dos años de organizar partidos en el barrio.

El equipo —cuyo nombre se inspira en el Sporting de Lisboa de Portugal en un juego de palabras— se unió rápidamente a la Özgür Lig, una liga turca alternativa que se posiciona "en contra del racismo, el nacionalismo, el sexismo, la homofobia y la transfobia." Fundada en marzo de 2015 en la capital de Turquía, Ankara, la competición está formada mayoritariamente por estudiantes universitarios y activistas LGBT.

La Özgür Lig es uno de los muchos torneos de fútbol alternativos que han surgido en el país en los últimos tiempos para luchar contra la homofobia. Otros ejemplos son la Gazoz Ligi, la Efendi Lig y la Karşi Lig, todas con sede en Estambul. En la gran metrópolis turca han nacido dos nuevos equipos LGBT: el Queen Park Rangers y el Atletik Dildoa. Nótese la creatividad a la hora de jugar con los nombres.

Imagen vía Facebook

La trascendencia cultural y social de un equipo de fútbol LGBT en un país socialmente conservador como Turquía es evidente.

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En el informe de la Estrategia de Crecimiento de 2015 sobre Turquía, la Comisión Europea escribió que "Turquía […] necesita garantizar de manera efectiva los derechos de mujeres, niños, gais, lesbianas, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) […]. La violencia basada en el género, la discriminación, el discurso del odio en contra de las minorías y el respeto por los derechos del colectivo LGBTI son una de las áreas de mayor preocupación".

De acuerdo con un informe de crímenes relacionados con el odio realizado por la Oficina para las Instituciones Democráticas y los Derechos Humanos (ODIHR) de la OSCE, los prejuicios contra las personas LGBT fueron el origen de 34 ataques violentos y dos amenazas serias en Turquía en 2014. La página web LGBTI News Turkey lista con regularidad los crímenes de odio contra esta comunidad.

Ejemplos recientes incluyen el de una mujer transgénero que fue apuñalada hasta la muerte mientras trabajaba en la calle en el distrito Avcılar de Estambul. En julio de 2015, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (OHCHR) también expresó "una profunda preocupación por los ataques y la incitación a la violencia en contra de las personas de la comunidad LGBT en Turquía".

17-6 aldık @fckarakizil pic.twitter.com/fPwkP0g3cc
— Sportif Lezbon (@sportiflezbon) April 3, 2016

Esto sucedió poco después de que la policía turca utilizara gas lacrimógeno, balas de plástico, y cañones de agua para dispersar a la multitud durante el desfile del orgullo gay en Estambul y arrestara a varios participantes, ocasionando caos y pánico en las calles de la ciudad más grande del país.

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A pesar de que la comunidad LGBT de Turquía se ha vuelto más visible y las organizaciones han incrementado significativamente —más de 40 grupos a día de hoy—, la violencia y discriminación han ganado fuerza, innegablemente, bajo el mandato del AKP.

"El gobierno siempre ha considerado a los miembros de la comunidad LGBT como algo molesto y apartado de las normas", explica Seçin Tuncel, miembro de KAOS GL —uno de los grupos de apoyo e investigación LGBT del país— y ferviente seguidor del Sportif Lezbon. "Erdoğan está generando una ola de homofobia que se ve reflejada en nuestra sociedad".

En Turquía no existen leyes dirigidas específicamente en contra de la comunidad LGBT, pero tampoco hay leyes que la protejan contra la violencia y la discriminación.

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El fútbol sigue siendo un deporte dominado por los hombre en todo el mundo, un hecho que en Turquía se agudiza. La violencia y las confrontaciones en las gradas son habituales y los estadios se han convertido en un lugar en el que mostrar fuerza y virilidad. Los colectivos gais, evidentemente, no son bienvenidos.

Selin, la estrella del Sportif Lezbon, es una estudiante de la Universidad Técnica de Ankara que comenzó a jugar a fútbol en las calles de Estambul cuando era una niña, y casi siempre lo hizo contra niños. Cuando creció, ella y su compañera tuvieron la idea de formar un equipo alternativo de fútbol.

"Buscamos la forma de unir a las mujeres que no se atrevían a expresar las evidentes violaciones de sus derechos básicos", explica.

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El Sportif Lezbon no solo está abierto a mujeres, sino también a los hombres. El objetivo principal, insiste Selin, es darle a las mujeres y a los miembros LGBT la oportunidad de ser parte de un mundo del que generalmente son excluidos. El equipo no limita su papel al fútbol, ya que acostumbra a asistir a las manifestaciones del colectivo y organiza actos solidarios.

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El trabajo que queda por afrontar para alcanzar la igualdad es titánico. Selin recuerda cómo, hace unos meses, un grupo de ultrasprendieron fuego a un muñeco que traía puesto un vestido rojo ajustado —símbolo del desprecio machista hacia las mujeres— en las gradas tras un partido entre el Fenerbahçe SK y Galatasaray SK en Estambul. El incidente levantó protestas en las redes sociales que tuvieron su eco en la calle.

"Lo que sucede en los partidos de fútbol es un reflejo de todos los demás abusos que experimentamos en otras esferas de la vida", comenta Selin.

Lo que el Sportif Lezbon, la Özgür Lig y el resto de clubes alternativos están haciendo no es algo sencillo: tratan de combatir comportamientos arraigados y valores culturales que han sido parte de la sociedad turca durante muchos años. Solo el tiempo dirá si sus acciones pueden generar un cambio.

"El Sportif Lezbon entra al campo para combatir la heteronormatividad y el dominio masculino", explica Selin. "Es una gran herramienta contra el sexismo: nos dimos cuenta de que existía un nuevo campo de batalla donde podíamos levantar la voz y luchar".

Sigue a la autora en Twitter: @alicetcherno